Físico versus Digital, la guerra de los formatos

Algún día, el formato digital terminará por suprimir el físico, ¡o no!

[dropcap]L[/dropcap]o confieso: La primera vez que vi que un juego se podía descargar de manera legal, no le puse la mínima fe. No me entraba en la cabeza como la gente iba a estar dispuesta a pagar por un contenido que no se diferenciaba en nada de la versión pirata, también descargada de la misma manera y a la misma velocidad (o incluso más lenta). Hoy, en pleno 2017, me veo obligado a retractarme de mis palabras y lo hago con muchísimo gusto: El formato digital funciona.

La gran pionera en esto de abandonar el formato físico fue la música. Se dice pronto, pero hace ya casi 20 años que los primeros archivos de música se empezaron a compartir por Internet sin nunca haber pisado un CD. Los demás medios, van con mucha más calma: Las series han dado un gigantesco paso adelante con los servicios de streaming, y los libros, junto a los cómics, le han seguido un poquito por detrás. Como era natural, llegaría el turno de los videojuegos.

Hoy, en pleno 2017, me veo obligado a retractarme de mis palabras y lo hago con muchísimo gusto: El formato digital funciona.

Antes de apoyar o a criticar nada, debemos recordar siempre que cualquier cambio, por muy positivo que vaya a resultar, se debe hacer de manera gradual. Pasar de la noche a la mañana del formato físico al digital implicaría un impacto en la economía terrible. Pensad en todo el capital financiero y humano que se perdería: Crear un DVD, cartucho o Bluray, imprimir y diseñar las cajas, portadas, transportarlas hasta almacenes y tiendas, logística, pagar al personal de las tiendas que vende el juego… No estoy diciendo que se deba mantener el medio físico únicamente para que toda esta gente no pierda el empleo, sino que el cambio, que es inevitable, se debe ir haciendo de la manera más agradable posible.

Y ahora creo que ya se me empiezan a ver los colores. Sí, estoy a favor del formato digital por una infinidad de factores. Vivimos en una era donde el consumo está muy alejado de lo que vivimos cuando éramos niños. Antes, era muy poco común que alguien tuviera varios juegos, en cambio, hoy por hoy es lo más normal del mundo. Poco a poco vas llenando tu habitación de cajas de plástico preciosas, ordenadas por sagas, géneros y fecha de salida, luego por consola y, finalmente por generación. Aquí los coleccionistas ya están viendo por dónde van los tiros, y es que inevitablemente llega un punto de colapso en el que parece que te has quedado a dormir en una tienda del centro comercial.

Son muy pocos los juegos que presentan una ventaja clara en formato físico. Hoy en día ya no se dedica tanto tiempo al arte de la caja y manuales en los videojuegos. Es más, los manuales, salvo contadas excepciones, son una simple página en blanco y negro, contando lo más básico del juego. Tampoco podemos culpar a las grandes empresas: ¿Cuándo fue la última vez que leíste un manual antes de jugar? Leer aquél pequeño folleto en el camino de vuelta a casa tras comprar el juego es un arte perdido, y muy pocas personas han sabido encajarlo con gracia. Aquí queda mi pequeño homenaje a Nintendo, que en los juegos de 3DS han optado por añadir una opción de manual digital desde el menú de la consola, algo que jamás se me había ocurrido y que resulta de una practicidad enorme.

¿Cuanto tiempo llevas sin ver un manual como los de antes?
Si en las más recientes generaciones de videojuegos ya se han perdido prácticamente los manuales físicos como los que conocimos en años pasados, parece ser que el formato digital los terminará extinguiendo.

Hay títulos, no obstante, que son una auténtica maravilla para tenerlos en la estantería como ‘obra de arte’. Aquí entran todas las steelboxes, ediciones de coleccionista, ediciones limitadas, versiones extendidas y un largo etcétera. En mi caso y en el de cada día más jugadores, esas son las únicas versiones capaces de competir con el constante flujo de nuevos juegos a los que jugamos. Si a eso le sumas la pereza y comodidad de levantarte, abrir la bandeja de disco, coger el juego deseado y cambiarlo, y volver a sentarte, tener todos tus títulos en un único lugar es la solución más cómoda y natural hacia la cual avanza la industria. Y si no, pensad en porque las consolas tienen cada vez más capacidad de almacenamiento. Están pensadas para que combines tanto el los DVDs y Bluray Discs cómo los juegos descargados en formato digital.

Obviamente, no todo son ventajas. El almacenamiento en red tiene dos problemas enormes, que aunque no ocurren con frecuencia son el temor de todo jugador. El primero, es la posibilidad de que el proveedor se vaya al traste el día de mañana y pierdas todo aquello por lo que has pagado. Si se caen Netflix o Spotify o Steam o la PSN, todos los juegos que no tengas descargados en tu disco duro o que necesiten de cualquier tipo de verificación online quedará inutilizado. Para esa gente tengo una noticia buena y mala a la vez: Amigos, si llegamos a ese nivel de colapso digital, no tener acceso a tus juegos será el menor de tus problemas. Si Internet se va a pique no estarás preocupado con no poder jugar una partida al Overwatch, sino que estarás buscando agua potable y defendiendo tu territorio de amenazas de la naturaleza.

El formato digital también supone un problema para aquellos que venden un juego nada más terminarlo, o que los intercambian y prestan a sus amigos. Esto sería increíblemente útil para los juegos de deportes, en los que cada año hay una versión nueva y mejorada del año anterior y que rara vez se siguen jugando. ¿Habéis ido alguna vez a la sección de juegos usados de alguna tienda especializada y habéis contado cuantos FIFA del año anterior conseguís encontrar?

Hubo un tiempo en el que yo luchaba por tener la cajita de cada juego al que jugaba, como trofeos adornando una estantería. Ahora, no sólo no me importan los trofeos, sino que lo único que me importa es la experiencia que tendré jugando. Y para eso, la opción más rápida y cómoda es jugar en formato digital. ¿Llegará el día en el que los dos formatos puedan coexistir y complementarse sin competir por un mismo mercado? Ojalá.

*El presente artículo, iba a publicarse en el número 6 de nuestra revista digital PowerUps Magazine.