Prey – Análisis

¿Serás la presa? O el depredador

[dropcap]B[/dropcap]ethesda, creadores de The Elder Scrolls, Fallout y ahora inmersos en Quake Champions, han cogido un buen puñado de dólares, un estudio como Arkane Studios, una pizca de ingenio, una porción de ideas pasadas, presentes e influencias de otros títulos y unos cuantos meses después. Aquí tenemos Prey.

Tras un apartado gráfico alucinante (aunque no brillante), con un juego de luces increíble y dinámico, datos de los cuales hablaremos más tarde, se esconde un fuerte escenario y una gran historia ante nosotros de la cual trataré de hacer los menos spoilers posibles.

Su rejugabilidad, uno de sus puntos fuertes

Los personajes aparecen junto a un gran halo de misterio para despertar nuestra curiosidad, aunque si bien son pocos con los que podemos interactuar durante la aventura, sí que nos dejan esa impronta de querer aprender más sobre ellos y descubrir todos los secretos que esconde la Talos I. Este es, en mi opinión, el punto fuerte del juego. Rebuscar y rejugar todas y cada una de las zonas por las que hayamos pasado, buscando todos los secretos sobre los personajes en los diferentes terminales que nos encontraremos durante nuestro periplo espacial.

La Talos I, cuanto más una estructura fascinante

Durante el juego me preguntaba a qué ingeniero de estructuras se le ocurrió el escenario, pues si lo miramos desde un limitado punto de vista unidimensional y solo pensamos en ir hacia adelante, contando únicamente el espacio horizontal, definitivamente es un mapa pequeño, pero si nos paramos a pensar en la verticalidad en la posibilidad de coger nuestra pistola Gloo y crear caminos en vertical para llegar a diferentes pisos, coger atajos y sortear enemigos; El mapa no solo se vuelve gigantesco por sí mismo, si no las posibilidades de crear caminos y de explorar otras opciones de juego basadas en el subterfugio se vuelven enormérrimas.

En mi opinión, el gran protagonista de Prey no es otro que la propia Talos I. Hablando de protagonistas el nuestro es muy interesante, un investigador científico que en aras de la ciencia decide autoproclamarse conejillo de indias, para probar los neuromods, (la ciencia que nos hará subir de nivel). Lo malo de estos es que si te los quitas, te formatea el cerebro así que podemos decir que el inicio de Prey es cuanto menos curioso. No obstante, ¿Toda esta tecnología es puro desarrollo humano? Ahí es donde entran en juego los Typhon, unos entes alienígenas que tienen la curiosa habilidad de transformarse, camuflarse con cualquier objeto mediano o pequeño que esté a su alrededor. Cuidado no uséis muchos neuromods Typhon, no sea que la estación os confunda con uno de ellos.

Recapitulemos, un entorno tridimensional donde podemos desplazarnos en los cuatro ejes espaciales, una historia cargada de misterios y un apartado sonoro que te introduce y te ayuda a sentirte integrado dentro de: El juego, la historia, y la atmósfera en sí misma.

Un refrito de varias franquicias

Prey intenta mostrarnos muchas cosas de muchas maneras y aquí viene uno de los problemas con los que creo que a primera vista nos vamos a encontrar y es el siguiente; Coged un poco de Bioshock, una migaja de Spacedead y una pizca de Alien Isolation y a eso le sumas el max mix de interfaz adaptada de Fallout y… ya está ahí tienes Prey. Aquí es donde se me presenta el declive del juego, puesto que le encuentro demasiadas similitudes con otros juegos da entender que este carece de identidad propia, solamente camuflada por el trasfondo de la historia que es lo que nos convence lo suficiente para no darnos cuenta de la vil falacia ilusoria de que, es un max mix de muchas otras cosas.

Los enemigos aparecen en forma de “scarejump” la ya tan explotada mecánica de intentar sorprendernos con la mezcla de ruidos extraños, más música de tensión y, más un movimiento rápido y sorpresivo por parte del enemigo. Si eres una persona con bastante calma, vamos, que no te impresionas por los sustos de unos cuantos píxeles revoloteando por la pantalla el juego no será un reto para ti. Es más, si eres de los que se ha pasado Alien Isolation mientras cantaba el opening de Toy Story, Prey no te causará ningún impacto. Triste, pero es una realidad.

Banda sonora impecable

No obstante, no van a ser todo malas críticas o noticias, Prey tiene cosas muy buenas y es una banda sonora impecable que ayuda a meterte en situación. Los efectos de sonido ambientales no caen en una simple amalgama de los clásicos de ciencia ficción, si no que se compaginan muy bien con lo que estamos observando y los objetos con los que interactuamos. En cuanto a las voces de los personajes están muy logradas tanto en versión original como en su versión localizada al castellano, los doblajes tienen una interpretación genial, lejos de esos tonos neutros y planos que en muchísimas ocasiones se nos cuelan en los doblajes al castellano; Incluso momentos que podríamos satirizar incluyendo el clásico grito Willhelm, en Prey no lo veremos tiene su propio banco de sonidos y expresiones el cual nos deja una buena sensación en los odios regalándonos una gran experiencia inmersiva.

En cuanto al apartado gráfico, Prey es bueno, realmente bueno, aunque no brillante. No hay nada nuevo, no hay nada sustancialmente significativo en comparación con los títulos que le preceden en el primer trimestre del año, no hay nada que me haga decir: <<¡Wow, Prey es acoj****te.>> Y toda la retahíla de palabras malsonantes que suelen acompañar esas sensaciones cuando un juego nos deja sin palabras. Por desgracia Prey no lo consigue, no me hace arrancar un << ¡Uala! >> de mi boca. Más bien es como coger un juego de hace dos años o tres, lavarle la cara, ponerle unos cuantos buenos shaders y embotellarlo, venderlo y a ver si la gente no clama al cielo. Otros juegos con más tiempo de juego, más calidad gráfica y más o menos la misma calidad de audio han sido más aclamados y han causado bastante más impacto. Prey es de los que, por desgracia, pasará rápido a las estanterías de reventa.

Conclusión

Prey tiene muchos puntos fuertes y muy pocos puntos débiles y aquí es donde viene el problema con Prey. ¿Es un buen juego? Si. ¿Es un mal juego? No. ¿Entonces, porque el análisis está cada vez más abocado a juzgar negativamente este título? No quiero engañaros, nunca lo he hecho desde que muchos me leéis. Prey es un buen juego, pero es demasiado corriente.

Sí, está es tal vez mi conclusión final sobre el juego. Una gran historia que merece ser jugada y rejugada porque el juego invita a ello. El resto de apartados es el problema es demasiado corriente, cuando estamos en una época en la que los jugadores reclaman más horas de juego en historia principal y no en meros coleccionables por el mapa; Los jugadores también reclaman una mejor experiencia gráfica, más inmersiva, con más calidad, con más y más de todo. Prey cumple varios de estos aspectos de sobremanera, pero tanto en cuanto a otros y tal vez los más importantes como su identidad propia o su gestor de interfaz entre otros datos que ya he mencionado antes. Es su rejugabilidad es lo que lo hace un título que guardar en vuestras bibliotecas.

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Ziran.