Dead Island 2 – Análisis

Dead Island 2 análisis

Dead Island 2 vuelve de entre los muertos convertido en una experiencia que brilla por ser extremadamente divertida pese a su simpleza.

Tras muchos de años de desarrollo tortuoso y habiendo atravesado múltiples momentos de completa incertidumbre, Dead Island 2 ha visto la luz y ya podemos tenerlo entre nuestras manos tal y como ansiamos desde hace tanto. Ha pasado un montón de tiempo desde que se anunció esta secuela por primera vez, por el proyecto han pasado varios desarrolladores y muchos de nosotros llegamos a pensar que acabaría cancelado y no volveríamos a saber nada de Dead Island 2 nunca más. Por suerte, el juego resurgió de sus cenizas y se prometió que esta vez era la buena, que íbamos a poder disfrutarlo de una vez por todas. El caso es que aún con el regreso del título, no han faltado los jugadores a los que este juego ya les venía oliendo a añejo pese a las ganas de catarlo. En el aire había un miedo atroz a que tantos años en el horno desembocasen en una obra desastrosa tal y como ha pasado con otros titulos antes.  

Y ahora es cuando tengo que quitaros ese nudo en la garganta y confirmar que Dead Island 2 no solo no es un mal juego, sino que también es un título sorprendentemente divertido y con un acabado tan bueno que sorprende y mucho. Te explico todo esto y mucho más en el siguiente análisis. 

NOS VAMOS A LOS ÁNGELES 

Ubicado tras los sucesos del primer juego, Dead Island 2 abandona las islas paradisíacas como escenario para la masacre zombi y nos lleva de viaje por algunos de los lugares más emblemáticos de Los Angeles. Parece que ha habido un nuevo brote zombi que ha convertido a casi toda la población en zampa cerebros y como no podía ser de otra manera el follón nos ha pillado de lleno. El título arranca con una cinemática que explica que las autoridades han puesto en marcha un avión para evacuar a grupos de supervivientes y nuestros posibles protagonistas estarán entre ellos. La cosa de huir sale regular porque uno de los pasajeros se convierte en zombi durante el vuelo y provoca que el avión se estrelle contra el suelo. En este momento tocará elegir a que matazombis controlaremos durante la aventura. Hay varios para seleccionar con sus correspondientes habilidades características. Cabe destacar que todos los diálogos cambian según el personaje que hayamos escogido, lo que mola bastante y demuestra que ha habido curro detrás. No obstante, más allá de esto no habrá muchas más diferencias en la partida, así que no te preocupes demasiado y simplemente escoge al matazombis que más te llame la atención. 

Insisto en lo de no preocuparse, porque a Dead Island 2 no se viene a pensar ni mucho menos a quebrarnos los cascos intentando entender mecánicas complejas o una historia enrevesada. Dead Island 2 es, por encima de todo, un juego de acción más simple que el asa de un cubo, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva. Para empezar, la narrativa no te vuela la cabeza y el argumento fácilmente podría ser de cualquier película de serie b. Eso sí, donde más brilla este apartado es en su apuesta por la comedia y la locura descerebrada. Partiendo de la base de que los multimillonarios son estúpidos y en un apocalipsis zombie lo serían aún más, Dead Island 2 suelta una humorística ristra de personajes y chistes que juegan con la sátira y la parodia de personalidades famosas y forradas de dinero. Puedes esperar actores de Hollywood narcisistas, influencers que aún se preocupan por la fama pese a estar a punto de morir, viejas glorias retiradas un poco zumbadas y algunos raritos más que encontraremos en el camino. 

El humor, la diversión y el gore se dan la mano

Desde el comienzo del juego, estas excéntricas personalidades nos darán misiones que consistirán en su mayoría en excusas para ir del punto A al punto B y en la ruta matar todo lo que se nos ponga en medio además de hacer algún pequeño puzle que se repetirá continuamente en el futuro (en serio, solo hay dos tipos de puzles). Pero por mucho que acabes desconectando de la trama principal durante estos recados, lo cierto es que vas a tener ante ti unos de los mejores simuladores de matar zombis de los últimos años. Dead Island 2 se sostiene casi por completo gracias a un sistema de combate ultra divertido y adictivo. Golpear con armas cuerpo a cuerpo, propinar patadas voladoras o cubrirse para ejecutar un parry ultra gore son algunas de las cosas que estaremos haciendo durante las 15/16 horas que dura el título. Y por increíble que parezca es casi imposible aburrirse de reventar muertos vivientes una y otra vez.

La culpa la tiene el funcionamiento de las físicas de los zombis y un gore muy sangriento que hasta asusta de lo detallado que es. En función de cómo machaquemos a nuestros enemigos con según que armas, los cuerpos responderán de manera realista a nuestros ataques. Por ejemplo: si golpeamos con un bate el pecho de un zombi podremos ver como su piel se desgarra, como los huesos se vuelven visibles, como se salen sus órganos y como se rompe cada zona que golpeamos. Es violento, grotesco y espectacular. A este paraíso de tripas y casquería contribuye un apartado gráfico que quita el hipo incluso en sus versiones para la antigua generación de consolas. Dead Island 2 se ve MUY bien, tanto que a veces parece una de esas demos técnicas del futuro. Los entornos de la ciudad lucen casi como en la realidad y la expresividad de los cadáveres andantes es tan repugnante como fascinante. Si los intestinos desparramados a golpe de machete y el sonido de los huesos al romperse ante un martillo se te hacen desagradables, será mejor que evites este juego. 

Porrazos, cartas y libertad para matar

Ya digo, el combate no es muy complicado, recogeremos armas que encontremos y las mejoraremos en talleres con los materiales que hayamos recolectado para añadirles mejoras como atributos elementales de fuego, ácido y electricidad o la capacidad de producir sangrado o ser más contundentes, entre otras. Eso sí, las armas tienen durabilidad, por lo que podrán romperse a menos que las reparemos en el taller antes. También existe un cierto componente de inmersive sim gracias a elementos del escenario como baterías o unos bidones de agua, gasolina o ácido que habrá desperdigados por todo el juego y que podremos usar a nuestro favor en distintas situaciones. Por ejemplo: Si nos topamos con un charco de gasolina, podremos prenderle fuego con nuestra arma modificada y calcinar un grupo de zombis del tirón. De la misma forma podremos lanzarles bidones de agua para dejarlos empapados y acto seguido lanzarles una batería de coche para electrocutarlos o darles una patada para que tropiecen en una piscina de ácido que hayamos preparado previamente. No se acerca al nivel de posibilidades de otros juegos como Dishonored, pero aporta mucha libertad para que probemos formas locas y divertidas de aniquilar a nuestros enemigos.  

Por otra parte, contaremos con una serie de cartas que proporcionarán distintos efectos durante la partida como más daño a las patadas, recuperación de salud al bloquear, aturdir enemigos cuando hagamos ciertas acciones, etc. A medida que las desbloqueemos podremos asignarlas a nuestro protagonista hasta crearnos la combinación de cartas que más nos convenga o que mejor se ajuste a nuestra forma de jugar. Al menos esa es la teoría, pero la realidad es que esta implementación acaba resultando un tanto olvidable, pues aporta más bien poco. Puedes completar el título sin necesidad de detenerte a leer lo que hace cada carta porque sus efectos no afectan lo suficiente al gameplay como para que sea relevante prestarle atención. Puedes equiparte con lo primero que veas y avanzar sin siquiera acordarte que hace la build que llevas puesta porque sencillamente no lo notas ni tampoco te va a importar al cabo de un rato. 

Una dificultad irregular con decisiones de diseño cuestionables

Por lo general, Dead Island 2 no es un juego tan complicado como para que haya que medir al dedillo nuestra build, nuestra reserva de armas o las estrategias a llevar a cabo. Aquí la cosa va más de pulsar el botón de atacar hasta convertir en puré lo que se nos cruce en el camino y repetir el proceso hasta que no quede nada. Pero ojo, porque habrá ocasiones en las que la curva de dificultad pegará subidones imprevistos que pueden hacerte pasar un mal rato. Algún que otro boss planteara un tedioso combate contra una esponja que absorbe el daño y también habrá momentos en los que nos veamos rodeados por zombis con un nivel mucho mayor que el nuestro que nos mataran de un golpe. Porque sí, los zombis tienen su propio nivel, así como nosotros. Y por algún motivo nosotros siempre recibimos la misma experiencia independientemente del zombi que matemos y su nivel. Además, si morimos no cargaremos un punto de control anterior, sino que volveremos a aparecer en la zona con el mismo equipo que teníamos en el momento de morir. Es decir, que si te atascas en un combate y comienzas a desgastar tus mejores armas, no se van a restaurar cuando mueras y tendrás que continuar con lo que te quede en el inventario. En el peor de los casos agotáremos el arsenal y tendremos que dar marcha atrás y volver a reunir más armas o reparar lo que nos quede. No es tan grave ni sucede tanto como para llevarnos las manos a la cabeza, pero sí que es una decisión de diseño que no puedo llegar a entender y que penaliza con cada vez más dureza que el jugador muera en una parte concreta del juego.  

Dead Island 2 análisis

CONCLUSIÓN

Dead Island 2 es un título sencillo y divertidísimo pese a algunos puntos flacos y ciertas decisiones de diseño que no terminan de encajar como deberían. Un simulador de matar zombis que cualquier aficionado a este tipo de juegos tiene que probar de inmediato si no quiere perderse una propuesta que pone toda la carne en el asador para que masacrar zombis continuamente, lejos de resultar aburrido, sea una auténtica delicia gore llena de posibilidades y humor.

8

De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido jugado gracias al envío de una copia de prensa por parte de de PLAIONSe jugó a la versión de PlayStation 4.