Monster Crown – Análisis PS4

Monster Crown - Análisis PS4

Aténgase a lo pactado.

No podemos dejar de recordar a la famosa saga Pokémon cuando iniciamos Monster Crown. Soedesco y Studio Aurum se zambullen de lleno en el estilo de juego del titán de Nintendo dando lugar a un juego con demasiados puntos de conexión o recuerdo. Vamos a ver qué nos depara Isla Real.

¿Firmo aquí?

Monster Crown se desarrolla en Isla Real, un mapa no demasiado grande, pero lo suficientemente extenso como para que no sea un paseo.

Una vez que nos pongamos en las botas del jugador, pasaremos a conocer qué se cuece por ahí. Aquí, a diferencia de lo que suele ser habitual, los monstruos viven en armonía con los humanos. Pero no una armonía de evitar el conflicto, sino que cooperan para avanzar juntos. Así, nosotros nos convertiremos en un domador y trataremos de hacernos nuestro equipo a golpe de notario puesto que no capturamos a los monstruos, en cambio les ofrecemos un pacto. Si este pacto es aceptado por la criatura, ¡ya somos uno más en el equipo!

El Domador jefe

Con esto aprendido, nos dirigimos a cumplir con la tarea impuesta por nuestro padre: visitar al rey y rendirle pleitesía. En nuestra aventura nos iremos topando con todo tipo de personas que dejarán claro que no todos son buenos. Entendemos que la historia no es lo más importante del juego (como suele pasar) sino evolucionar como domador y conseguir hacernos con la ayuda de todos los monstruos.

La estrategia lo es todo

El juego consiste, aunque lo pinten diferente, en combatir hasta la saciedad para subir de nivel. Nuestros monstruos no serán los únicos que suban de nivel y es que nosotros, debemos mejorar como domadores para que ellos puedan seguir aumentando su experiencia.

El combate como parte central del juego adolece de algunos fallos significativos. Se trata de un combate por turnos donde la estrategia es imprescindible. Hay distintos tipos de monstruos pudiendo ser tenaces, corpulentos, incansables, crueles o inestables. Y debemos saber cuáles son las dinámicas de poder (piedra gana a tijera) para hacernos con la victoria. Aquí encontré el primer problema y es que, si bien un monstruo puede ser del tipo tenaz, es posible que ninguno de sus ataques lo sea por lo que no debemos fijarnos en el tipo de la criatura sino en el tipo del ataque.

Guía de tipos

Destaca aquí la posibilidad de conseguir la sinergia. La sinergia consiste en llenar una barra que aparece sobre la vida de nuestro monstruo a base de cambiar entre ellos. Una vez llena, podremos realizar un ataque más potente que en muchas ocasiones nos hará vencedores. Es importante controlar esto a la hora de enfrentarnos a retos más difíciles según avancemos en el juego.

Por otro lado, el combate se hace ridículamente lento. Ya no por la velocidad en que se desarrolla la acción del ataque sino porque las líneas de diálogo aparecen lentísimas y tardan en avanzar una eternidad.

Lo bueno es que desde el primer momento tendremos la posibilidad de repartir la experiencia y eso nos ayudará a cubrir la necesidad de subir de nivel. Y menos mal porque hay zonas en las que tendremos que perder alguna que otra hora consiguiendo experiencia para poder continuar. En este aspecto no ofrece un buen equilibrio entre la experiencia conseguida y la requerida pues no es tan sencillo encontrar con quién pelear.

Después de pactar la hipoteca, vienen los niños

Si hay algo más humano que firmar un pacto para vender tu alma al demonio es tener hijos. Y nuestros monstruos no quieren perderse ese aspecto tan llamativo. Aunque pueda parecernos algo ajeno y totalmente innecesario, nada más lejos de la realidad. En Monster Crown estamos “obligados” a conseguir criar puesto que llegará un momento en el que los monstruos de nuestro equipo no estén al nivel exigido.

La cría es un aspecto bastante llamativo pues nos invita a probar combinaciones para dar con el caballo ganador. Mezclar habilidades para conseguir las mejores en un mismo monstruo que, además, tendrá unos stats mejores que los demás. Aunque de primeras pueda parecer tedioso, al final nos haremos a ello y trabajaremos con soltura este aspecto.

Menú de monstruos

 Iremos así consiguiendo un equipo cada vez mejor y más equilibrado que facilitará enormemente nuestra tarea.

No es oro todo lo que reluce

Monster Crown se ve bonito. Es un juego retro que sin duda alguna nos llevará directos a la época Game Boy. Los escenarios están trabajados y ofrecen bastante variedad como para no aburrirnos. Las ciudades por su parte son diferentes y aportan un aire de frescura que se diferencia del resto. Pero de nuevo me parece demasiado similar a Pokémon.

Entre los monstruos, aunque variopintos y muy diversos, encontraremos algunos demasiados similares a algún Pokémon en concreto, pero a mi parecer bastante menos trabajados. De hecho, no realizan animación alguna en combate ni fuera de él.

De paseo por la ciudad

En esta línea retro, acompaña, como no podía ser de otra manera, la banda sonora. Al más puro estilo politono de los 90. De nuevo creo que vuelven a fallar porque se me hizo bastante repetitiva y estridente en más de una ocasión.

El domado se come al domador

Lamento decir que Monster Crown no es un buen juego. Tampoco es mal juego, pero simplemente es un juego. Uno más del montón que tristemente quedará abandonado y olvidado en la biblioteca.

Y esto se debe sumado a todo lo anterior a la cantidad de problemas que presenta a nivel técnico: menús que fallan, cambios de idioma en mitad del juego, caídas de frames, repetición de animaciones sin sentido… una catástrofe.

Combate

Si queremos competir con los mejores, debemos ofrecer algo más que mediocridad y aquí no han estado a la altura.

Conclusión

Monster Crown alimenta las listas del quiero y no puedo. Peca de ambicioso y termina por no alcanzar unos mínimos para convertirse en un juego aceptable al que dedicarle tiempo. Quizás, su mayor lastre sea sus inevitables comparaciones con la franquicia Pokémon.

Es un juego que a priori es entretenido pero que terminará por parecernos insulso y sin nada que ofrecer salvo hastío. No consigue atrapar como otros lo hicieran en su día, pero tampoco lo abandonarás en la primera hora.

Lo salvable es su apartado visual pues se ve muy bonito y siempre gusta volver a la infancia de algún modo.

5

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de SOEDESCO.