Okinawa Rush – Análisis Switch

Okinawa rush

Un homenaje a los míticos juegos de acción retro.

Los juegos de plataformas que buscan combinarse con otro género, son una experiencia que vale la pena visitar, principalmente si son de la misma generación de los 90’s donde el arte pixelado dominaba en los juegos y en las recreativas. Sokaikan ltd es el desarrollador que de la mano de PixelHeart nos trae esta gema oculta que tiene esa buena vibra retro que rememora los clásicos de la NES, Okinawa Rush es un beat’em up (Yo Contra El Barrio) con un toque de acción plataformera 2D.

La historia es sencilla y cumple su cometido.

La narrativa comienza con nuestro personaje principal Hiro que descubre asesinada a su esposa por el Clan Black Mantis, lo que nos lleva a la clásica búsqueda de venganza. En nuestro recorrido salvaremos a otras personas que han sido maniatadas mientras luchamos contra oleadas de enemigos.

Debo decir que, si bien la historia no nos vuela la cabeza, tiene ese encanto de película de acción y artes marciales que hoy en día es raro ver en películas. Asimismo, cuenta con pequeñas cinemáticas que enriquecen la aventura de gran manera.

La jugabilidad es fácil de entender con una profundidad dedicada

Aquí jugamos como Hiro, un artista marcial curtido que podremos controlar a nuestro antojo, típico del género beat’em up con perspectiva 2D. Entre nuestras opciones de combate, tenemos una miríada de movimientos por dominar, por lo que el mismo juego nos ofrece un modo de entrenamiento que nos guía para aprenderlos. Pero, si no deseamos, es posible lanzarnos de lleno a la acción.

Realmente me ha sorprendido la profundidad que se tiene en los movimientos, en principio con un único movimiento de ataque podremos realizar los movimientos, en donde la variedad de ataques está en el movimiento de palanca al presionar el botón de golpe. Lo cual es bastante divertido y accesible para aquellos que no nos gusta memorizar comandos de botones o aquellos novatos del género.

Contamos con ataques especiales para esos momentos de desesperación y que consumirán una parte de nuestra salud, como se acostumbra en el género. Contamos con distintos personajes jugables que tienen sus propias cinemáticas y actuaciones de voz, los movimientos entre cada uno de estos son muy similares por lo que uno no destaca del otro.

Utilizar el dojo de entrenamiento nos ayudará a mejorar las estadísticas de nuestro personaje. Debo mencionar que un fallo de Okinawa Rush es su menú principal que es muy poco intuitivo, en donde será fácil perdernos en la búsqueda de encontrar el modo historia o el entrenamiento. La posibilidad de jugar en modo cooperativo local para 2 jugadores duplica el caos en esta aventura de acción.

El título nos ofrece un sistema de dificultad muy interesante, que se divide en Arcade Mode y Story Mode. En el Arcade vamos directo al punto, seleccionar personaje y a jugar con vidas limitadas. Mientras que en el Modo Historia es el ideal para comenzar como novato a pulir nuestra técnica en la sala de entrenamiento. En la campaña tenemos una libertad de opciones a configurar en la partida.

Luego de cada nivel superado seremos calificados por un tablero de puntos que valorará nuestro rendimiento. Debo mencionar que estamos ante un juego corto que está conformado de cinco niveles que podremos rejugar en búsqueda de superar nuestra propia marca con los distintos personajes; Hiro, su hermano Shin o Meilin.

Gráficamente es un fiel homenaje a los clásicos de las recreativas de Pixel Art.

A pesar de solo contar con cinco niveles, Okinawa Rush es muy versátil en cuanto a los diseños de escenarios. Las hordas de enemigos nos harán movernos rápido y acelerar la emoción del combate, dicho sea de paso, la variedad de enemigos es muy buena teniendo ninjas, pesces, plantas, gusanos, incluso monstruos demonio.

En nuestro recorrido nos encontraremos con coleccionables ocultos, mejoras de salud y armas de ataque. Por lo que, curiosear por el nivel está bien recompensado. Habrán flechas que nos indicarán el camino, aunque hay que ser cuidadosos porque nos podremos encontrar con trampas mortales.

Visualmente en su primer arranque se aprecia ese bello arte pixelado con un filtro CRD que simula las scanlines de la TV de tubo, por fortuna se puede desactivar y tener la visión mucho más clara. Los fondos de los escenarios tienen un excelente nivel de trabajo que lo dotan al juego de una encantadora profundidad. Las cinemáticas también tienen su encanto y logran hacernos sentir parte de la historia en la manera que es contada.

El juego corre a 30 fotogramas por segundo a una resolución de 1080p en la Nintendo Switch en modo sobremesa. Mientras que en modo portátil la resolución es de 720p, en cualquiera de los modos el juego se mantiene a buen rendimiento, no pude detectar fallos que arruinaran la partida. Teniendo en consideración que es un juego con ese aire retro que supone la necesidad de pocos recursos para ser jugado.

La banda sonora nos acompaña con una encantadora variedad de tonos de acción.

Okinawa Rush cuenta con melodías synthwave retro con un ligero toque oriental que me trajo buenos recuerdos de aquellos años en las maquinistas. Aun con la corta duración, cuenta con una variada lista musical que nos acompañará en la aventura, sin llegar a sentirse odiosa y ayudándonos a sentir el progreso.

El ritmo musical está tan bien trabajado que de un momento a otro logra cambiar la tonalidad de los niveles. Los efectos de sonido son una barbaridad, cada torta que repartamos se verá reflejada en los sonidos de dolor de los enemigos, de igual manera al blandir un arma se notará la diferencia al mismo nivel de cuando jugábamos en las recreativas.

En las actuaciones de voz, el título cuenta con voces en inglés que cumplen bien con el cometido. Mientras que en los textos y subtítulos tenemos español. Configurable desde el menú principal, el tamaño es normal y se puede leer sin problema, aunque no se puede cambiar el estilo.

Conclusión

Okinawa Rush es un divertido juego Beat’em up con una capa de plataformas 2D que aquellos amantes de las recreativas rápidamente se enamorarán al jugarlo. Su sistema de combate tiene una interesante profundidad para aquellos que desean perfeccionar su estilo de lucha. La única pega que le encuentro es que su menú es poco intuitivo y fácilmente nos perderemos en encontrar el modo idóneo.

La acción desenfrenada es brutalmente entretenida con un nivel de desafío que roza la frustración. Visualmente es muy encantador con esa vibra de los 16-bit y esa música sintetizada con un ritmo retro. Se trata de un juego recomendable para tanto casuales como aquellos que desean un juego de ritmo rápido para periodos cortos entre juegos más densos.

7,5

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Pixel Hearth.