OMNO – Análisis PC (Xbox Game Pass)

Omno

Un viaje precioso en tiempos necesarios.

OMNO es de esos juegos que entra por los ojos con solo ver un tráiler o un par de imágenes. Desde el primer momento que se anunció en una campaña exitosa de Kickstarter en 2018 consiguiendo más de 3000 mecenas y tras su paso por un ID@Xbox de este mismo año, llamó poderosamente mi atención por su estética preciosista y colorida y por traer de vuelta un género que nunca ha bajado su producción pero que no siempre llega al mercado con la calidad que cabría esperar.

Estamos ante lo que se suele conocer como Walking Simulator pero no me parece una buena etiqueta para este juego ya que el énfasis del mismo no está en el hecho de andar. Yo lo catalogaría de juego de aventura y rompecabezas en 3ª persona. Me vienen rápidamente ejemplos a la mente como Journey o RIME, juegos que claramente han influenciado el desarrollo del mismo y en ningún momento quiere esconderlo. Ni falta que hace.

Omno

El arte y la música le dan personalidad

Una de mis mayores preocupaciones al jugar a un videojuego no se trata de elementos muy analizables como su jugabilidad o su historia. Es algo mucho más intangible, son sensaciones. Hablo de personalidad y alma. Dos características de las que muchos juegos carecen actualmente, pero tengo buenas noticias: Este no es uno de ellos.

Visualmente es sencillo pero también muy bonito y original. Pasear por esos prados se hace mucho más ameno gracias a ello. Pero por muy bonito que sea no sería suficiente sin una buena variedad de entornos. Por suerte los tenemos, cada zona tiene biomas y colores distintos. Un prado verde, un desierto o una zona nevada son algunos de los entornos que nos encontraremos.

Y la banda sonora no se queda atrás, acompaña muy bien durante toda la aventura. Aunque no es tan original como el arte, tenemos temas a piano, con cuerdas y con voces que pueden recordar a la banda sonora de Ori (y eso es mucho decir). El momento de máximo esplendor visual y sonoro llega cuando nos subimos a animales gigantes para pasar de una zona a otra. En ese momento alcanza su máximo potencial y consigue que te fundas con el juego en un ejercicio sensorial maravilloso.

También sirve como juego relajante, probablemente el mejor título que he probado del año en eso sentido. Es difícil encontrar un equilibrio visual, jugable y sonoro que no se haga aburrido pero nos sirva para relajarnos antes de ir a dormir.

Una historia anecdótica

Eso de que no me gusta la etiqueta de Walking Simulator para OMNO es precisamente porque suele ser un género en el que la historia y la narrativa son importantes y tienen peso en el juego. Pero aquí es todo lo contrario, tiene una pequeña historia pero muy superficial que sirve como excusa para que el viaje tenga una razón de ser. Desde Studio Inkyfox nos dicen que «es una historia atemporal de sacrificio y autodescubrimiento mientras reconstruyes la verdad detrás de tu peregrinaje».  A lo largo de la aventura iremos encontrando pequeñas notas que responderán a preguntas sobre quién somos o por qué hacemos este peregrinaje.

La búsqueda de coleccionables como pilar de la exploración

Como decía, es un juego de aventura y resolución de puzles. Pero donde recae el peso del juego es en la exploración de los mundos y para ello los escenarios son muy abiertos y llenos de secretos. Estamos solos en todo momento pero se respira vida, de los animales y de la naturaleza. Una prueba de la importancia que le da a la exploración es que en todo momento te indica el porcentaje de completado de cada nivel.

Los coleccionables van desde encontrar todos los animales de cada zona, pasando por notas que te cuentan pinceladas de la historia, y acabando con puzles que hay que resolver. Para acceder a algunos de ellos el juego nos propone secciones de plataformas, pero lo hablaremos un poco más adelante. La mayoría de veces se completan las zonas buscando 3 pilares a los cuales tenemos que darles energía con nuestro báculo.

La resolución de puzles y las habilidades como motor jugable

Los puzles son la base jugable del juego y el objetivo principal de cada nivel es resolverlos. Para hacerlo a menudo tenemos que usar las habilidades que va adquiriendo nuestro personaje, y no hay muchas sorpresas: Que si un dash, que si un golpe vertical hacia abajo, o un movimiento más rápido que vamos a agradecer, entre otras cosas. Y aquí un pequeño tirón de orejas: Algunas de estas habilidades son poco precisas en ciertas ocasiones, y algunos puzles muy sencillos se nos pueden atascar por culpa de ello. Además también se echan en falta más habilidades y también más variedad en los puzles, ya que prácticamente siempre siguen la misma fórmula.

Quizá os estáis preguntando donde están los enemigos: No hay. Ya os he contado todo lo que propone este juego a lo largo de sus 4 horas. Una duración perfecta para una aventura de este estilo, y hace que no se haga pesado en ningún momento. Y para los interesados en sacar el platino o el 100% de los juegos, el de Omno se puede conseguir en poco más de lo que dura el juego jugando normal.

Conclusión

Si estáis buscando un juego relajante, bonito y que os podáis pasar en una tarde OMNO es para vosotros. No tiene una jugabilidad tan pulida como otros, ni mucha variedad de mecánicas pero es un juego con personalidad. Que sea tan bonito y con un estilo tan propio, que estemos rodeados de naturaleza y fauna, y que la banda sonora haga de perfecto colchón en todo momento, es lo que hace de este un buen juego. No tiene mayores pretensiones que ofrecer un buen rato resolviendo pequeños puzles y observando el precioso entorno que nos presenta.

Como colofón final quiero destacar que es un juego enteramente desarrollado por una persona, lo cual es de un mérito sin paliativos. Desde aquí mi más sincera felicitación a Jonas Manke.

Nota: 8/10

*OMNO está disponible en Nintendo Switch, PS4, Xbox One y PC e incluido en el servicio Xbox Game Pass.

**De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado a través de la suscripción Xbox Game Pass.