Summer in Mara – Análisis PS5

Summer in Mara

Summer in Mara – El viaje de Koa

Chibig Studio, creadores de Deiland, nos han traído finalmente Summer in Mara a PlayStation. La obra de Chibig se financió mediante la plataforma Kickstarter con un rotundo éxito, consiguiendo un total de 233.919 € para su desarrollo, y uniéndose también al programa PlayStation Alianzas. En Summer in Mara nos metemos en el papel de Koa, una niña que, por desgracias la vida realmente, le toca vivir su aventura en un mundo que no conoce más allá de lo que su «abuela» le ha enseñado. Durante este viaje descubriremos el mundo de Mara y sus habitantes, así como gente de fuera de Mara, y disfrutaremos de un mundo lleno de paz y belleza. Así que vamos a ver poco a poco lo que nos espera en Summer in Mara con este análisis.

De nuestra isla al mundo

Summer in Mara comienza de una manera un tanto bella y triste, pues desde el inicio se ve a Haku, nuestra «abuela», rescatándonos en mitad del mar, de un barco en llamas. Ella nos adopta y nos trata como si fuéramos su nieta de verdad, algo que se ve reflejado en el trato entre ambas. Durante nuestra primera hora de juego aproximadamente, Haku nos enseñará lecciones muy importantes sobre Mara y la isla en la que estamos viviendo. Pues lo más importante es que siempre que Mara nos de algo, tendremos que devolvérselo, manteniendo el equilibrio.

También aprenderemos que nuestra isla esconde algo muy especial y que tendremos que protegerlo a toda costa. Sin embargo, para realizar esta tarea, nos vamos a quedar solos, pues Haku desaparecerá y no tendremos noticias de ella. Al poco tiempo conoceremos a Napopo, que nos animará a arreglar nuestro barco y surcar los mares de Mara en busca de Haku y alguna que otra aventura, comenzando aquí realmente Summer in Mara.

Nuestra primera visita será a la isla de Qüalis, un lugar multicultural donde los Qüidos, principales habitantes de Mara, conviven con el resto de gentes independientemente de dónde vengan. Eso sí, exceptuando los piratas y los Elit, una peculiar especie que viene de otro mundo con ansias de expansión, y no les importa nada más que eso, expandirse a cualquier precio. De hecho, forman parte de la trama principal del juego, ya que quieren hacerse con Mara, pero Koa está dispuesta a protegerlo todo, aunque con ayuda de los habitantes de Mara, por supuesto.

Los habitantes y el mundo de Mara

Aún no me voy a meter en hablar de partes como la «granja» de nuestra isla, eso lo haré después, porque tengo «mucho» que decir. Ahora vamos a hablar de Mara y sus habitantes, o al menos de los más importantes que nos vamos a encontrar, así como sus localizaciones.

Antes os he hablado brevemente de Qüalis, la ciudad principal de Summer in Mara. Aquí aparte de vivir en un entorno multicultural, también es el punto de reunión y principal lugar de comercio del juego. En Qüalis nos encontraremos con diferentes comerciantes y NPCs que nos ayudarán en nuestra aventura, como Saimi, una amiga de Haku que nos ayudará a comprender mejor Mara, Akaji, una fuerte herrera que nos ayudará a construir cosas muy interesantes, Onzo, con quien descubriremos más sobre la vida y lo que hay en el mundo de Mara, o Brram y Taka, a quienes ayudaremos constantemente a forjar una mejor relación entre ellos y sacar adelante su chiringuito de playa.

Son solo unos pocos ejemplos, pues lo cierto es que hay bastantes personajes en el juego con los que podemos entablar una amistad mediante sus cadenas de misiones y descubrir más sobre ellos, que Koa también descubra sobre ella, y también aprender sobre la vida en Mara y otros mundos. Muchos de ellos irán apareciendo según avancemos por puntos clave de la historia, mientras que otros estarán ahí desde el primer momento, por lo que lo mejor es siempre mantener conversaciones con todos quienes veamos y revisar cuando haya alguien nuevo.

Por su parte, Mara, es un extenso mar repleto de diferentes islas que hará falta visitar, tanto por misiones, como para recoger algunos recursos que siempre aparecerán ahí. La exploración es bastante sencilla, tenemos un barco al que hay que recargar de vez en cuando, e iremos por el mar de isla a isla, separadas en diferentes secciones. En nuestros viajes podemos pasar por diferentes objetos flotantes en el mar y conseguir recursos, así como conseguir animalitos nuevos para nuestra isla si tenemos sus instalaciones.

El mundo de Mara es un mundo bello, con bastante vida y movimiento, pero hay que prestar cierta atención para verlo todo, pues por la manera en la que se desarrolla el juego es posible que no pares a observar lo que te rodea. La paz con la que todo sucede en Mara es digna de que te pares y disfrutes de ella, es un juego que está mejor cuando lo tomas con calma y no te preocupas por lo que realmente tienes que hacer, sino que vas a tu rollo, tal y como debería hacer una niña como Koa.

Nuestra isla se queda un poco atrás

Ahora bien, mientras que el universo de Mara está bastante interesante, e incluso su historia principal y lo que le rodea, como la Marina, los Elit y los templos, hay cosas que no parecen tan bien cuidadas o que más bien pasan a un plano totalmente secundario. Sin ir más lejos, todo lo que podemos hacer en nuestra isla rápidamente pasa a un 2º plano. Para hacernos una idea, podemos plantar árboles, semillas, cuidar de animalitos, picar minerales e incluso pescar, pero la forma en la que el juego potencia esto es más bien pobre.

Por ejemplo, plantar árboles y semillas, se quedan al final para completar misiones en las que se nos piden algunos materiales. Los animales es simplemente darles de comer para que acaben dándonos su objeto correspondiente, la pesca literalmente no sirve de nada exceptuando misiones… Lo único que he conseguido ver que merece la pena es picar en las minas, son recursos que hacen falta y con un buen precio en el mercado, por lo que los usaremos para ganar dinero y comprar lo que necesitemos.

Las mejoras que vamos ganando son algunas recetas, principalmente de objetos estéticos, y solo unos pocos con utilidad real en la isla, por lo que la sensación de progreso es escasa. A esto se le suma que no sacamos semillas de nuestros cultivos directamente. Eso sí, un plus es que podemos plantar árboles que encontremos por Mara en nuestra isla, por lo que siempre tendremos recursos exóticos a mano. Pero al final es que da la sensación de que la parte de granjeo es lo de menos, pero es lo primero que nos presentan y nos enseñan, y uno espera que esto sea algo más principal. Si es que Koa incluso necesita comer y descansar, pero se puede evitar de maneras muy sencillas y apenas se nota que estas mecánicas están ahí.

También influye mucho que gran parte de los recursos, incluso los necesarios para misión, se pueden conseguir mediante comercio, dejando el conseguirlos por tu cuenta en una opción, no en lo necesario.

Quizá Mara es demasiado grande

Summer in Mara no es un título grande ni ambicioso, ni siquiera pretende serlo, solo quiere que vengas a echarte un rato en Mara y disfrutes de la paz que transmite este mundo. Sin embargo, el mundo de Mara se hace demasiado grande para lo que quiere transmitir, aunque la pesadez de su grandeza recae en su sistema de progreso: misiones.

Todos los avances del juego se basan en continuar con las diferentes misiones de los NPCs, las cuales nos darán acceso a más misiones, que desbloquearán herramientas para poder hacer más misiones… Y en sí el problema no es que haya misiones, sino que la mayor parte de ellas son del clásico: ve a hablar con X, entrégale X a Y, vuelve con X objeto. Y básicamente, así todo el juego, desde el principio al final.

Todo esto que he venido comentando hasta ahora, al final hacen que Summer in Mara caiga en un problema muy común de juegos de esta índole: la monotonía. Estar siempre viajando de un punto a otro, aunque haya viaje rápido, acaba cansando, al igual que siempre para avanzar haya que conseguir un objeto o simplemente hablar con algún NPC. Las cadenas de misiones de muchos NPCs no terminan de aportar lo suficiente, haciéndote perder el tiempo en alguna ocasión e incluso haciéndote sentir que simplemente se aprovechan del espíritu de Koa para hacer cosas.

Y de verdad, que no me quejo por gusto, la cantidad de misiones es abrumadora, y no consiguen llenar el progreso del juego de manera satisfactoria, incluso empañando lo que sí está bien, que es el universo de Mara.

Conclusiones de Summer in Mara

Summer in Mara como he dicho hace nada, es un juego pequeño, y de igual manera, se disfruta con las pequeñas cosas que hay en el juego. No recomiendo obsesionarse con el progreso, es mejor jugarlo en sesiones cortas y despacio, Mara funciona a un ritmo lento y hay que hacer las cosas a su ritmo, no al que quieras. Es un mundo bello, con buena dirección de arte (especialmente ilustraciones) y una banda sonora relajante, aunque a veces desaparece, no sé por qué. Es una pena porque todo lo bueno y bonito que tiene el juego, se empaña con sus sistemas de desarrollo, haciendo que se quede en una aventura monótona y que puede llegar a aburrir en largas dosis.

Nota: 6.5/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de PlayStation España.