Birthdays the Beginning nos muestra el Origen de las Especies
[dropcap]T[/dropcap]oybox Inc es el responsable de desarrollar Birthdays the Beginning, un simulador con una perspectiva diferente del resto del género, que apuesta por un modo de juego mucho más contemplativo que inmerso en la acción.Y por ello, nuestro trabajo será el de propiciar las condiciones apropiadas para el nacimiento de la vida y su correspondiente evolución. Podremos disfrutar de este interesante título en PlayStation 4 (Versión analizada) y PC, ya disponible por 39,99 euros.
Alterarando el ecosistema en función a las necesidades de una o varias especies
La premisa en Birthdays the Beginning es simple, funcional y totalmente adecuada al modo de jugar. Apareceremos en un cubo vacío como un ser que puede alterar el terreno, a la vez que al propio ecosistema. Si hundimos el terreno, hallaremos agua, pudiendo crear profundos mares y elevar así la temperatura. Mientras que si elevamos el terreno, crearemos montañas y disminuiremos la temperatura.
Cada criatura tendrá necesidades particulares para su nacimiento y evolución, desde altura, temperatura hasta la comida (otras especies dependiendo de su puesto en la cadena alimenticia) y causa de esto último, su probable extinción.
En este apartado se toma mucho en consideración lo escrito por Darwin en el Origen de las Especies, donde necesitaremos de una criatura y sus posteriores evoluciones para poder avanzar hacia la civilización humana. Sin embargo, para mi grata sorpresa, esto no siempre debe ocurrir de la misma forma en cada partida, aportándole variedad y personalidad al mundo de cada jugador.
A nivel jugable alternaremos entre dos perspectivas
La primera perspectiva se denomina Modo Micro, de esta forma alteraremos el terreno y las especies que vayan naciendo. Podremos documentarlas para ganar experiencia y obtener datos relevantes acerca de ellas.
La segunda perspectiva se denomina Modo Macro, en este modo alejaremos la vista para centrarnos en adelantar el tiempo y para ello dispondremos de dos velocidades. La primera velocidad avanzará a unos cuantos años a la vez y servirá para recuperar una barra de energía que gastaremos a medida de que moldeemos el terreno. Mientras que la segunda velocidad avanzará varios siglos a la vez, permitiéndonos observar los cambios en mucho menos tiempo.
Otro aspecto importante del Modo Macro, es que podremos observar los números de cada población que habite en nuestro cubo y sus alteraciones, además, también nos avisará cuando una nueva especie haya nacido o se haya extinguido una antigua.
Los problemas de Birthdays the Beginning
Quizá el más pequeño, pero recurrente problema, es el control sumamente impreciso. La cámara es una complicación constante y sobre todo al momento de registrar una especie voladora. A pesar de que el cubo tiene esa estética probablemente para dar mayor comodidad, las pocas opciones que tenemos para alterar el terreno se limitan a un cuadrado que aumenta de tamaño.
Las animaciones son muy básicas para lo que nos tienen acostumbrados en la actualidad. Las criaturas se limitan a caminar de aquí para allá y comer (un trozo de carne para los carnívoros y una hoja para herbívoros). Y lo que aún es peor, puedes tener un Tiranosaurio rex, lobos, tigres y humanos conviviendo el uno al lado del otro sin inmutarse por este preciso problema.
Conclusión
Birthdays the Beginning es un simulador que parte de una premisa más que interesante. Toma en cuenta bases científicas en las que apoyarse. junto a una jugabilidad que se acopla de forma adecuada al concepto.
A pesar de sus fallos, aquellos en los que podría haber ido más lejos, en cuanto a la interacción de las especies y diría sin temor a equivocarme, que estaríamos ante un juego excepcional. Aun así, si te gustan los simuladores y eres paciente, este juego es para ti. Será capaz de brindarte una experiencia más que interesante creando tu propio universo desde cero.
En dos largas partidas me encontré con 161 especies diferentes, algunas de ellas realmente geniales y lograron emocionarme cuando las vi. En otra ocasión me entristecí cuando tuve que decirles adiós.