Una oportunidad perfecta para escapar
[dropcap]Q[/dropcap]ue la realidad a veces se vuelve (muy) dura es algo que prácticamente todas las personas aquí lectoras sabemos. Sin embargo, desde Zero Latency Madrid nos propusieron el 28 de noviembre un plan para afrontarla y no pudimos decir que no. Esta empresa, que tiene centros en Australia (su sede está en Melbourne), Norteamérica y Japón, lleva un tiempo consolidándose en España (de momento solo en Madrid). Portugal pronto se unirá a este selecto grupo.En Zero Latency conocen perfectamente lo que buscan los jugadores cuando se sumergen en una nueva aventura: la inmersión total. Hace un año se dieron a conocer con Zombie Survival, cuyo título ya marca a qué nos tenemos que enfrentar. En mayo de 2017 lanzaron Singularity, un juego en el que los jugadores se enfrentan a la inteligencia artificial en una nave espacial. Engineerium es el videojuego que rompe esta tendencia a la supervivencia.
Aventura gráfica en todos los sentidos
Lo que hace única esta experiencia VR es tener la posibilidad de disfrutarla en una estancia de 200 metros cuadrados. Y sin cables. En el caso de Engineerium, los jugadores llevan el equipo consigo aunque, una vez dentro de la historia, apenas lo recuerdan. Unos cascos con micrófono incluido (para permitir la comunicación entre el resto de personajes y el Game Master), un ordenador AlienWare en la mochila y unas gafas es todo lo que se necesita.
Una gran noticia es que estas últimas cuentan con la tecnología OSVR (Open-Source Virtual Reality for Gaming). Por un lado, con este software libre decimos adiós a Oculus y PlayStation, pero no solo eso. Permiten, además, que las personas con hasta 4 grados de miopía o astigmatismo puedan jugar sin lentes. Son todo ventajas, sobre todo para la miope que está escribiendo.
Cómo lo vivimos
PowerUps tuvo la oportunidad de participar en una partida de 6 jugadores en Engineerium, y el resultado fue altamente satisfactorio. Antes de empezar, el staff nos dio un briefing con las normas a tener en cuenta. Una vez enfundados en nuestra nueva piel, la aventura dio comienzo.
Engineerium nos lleva a un mundo de lo más colorido. Nuestro Game Master nos aconsejó fijarnos en los paisajes y la verdad es que son inigualables. Nuestro objetivo era desplazarnos a lo largo de la sala y llegar hasta las esferas de luz, repartidas en múltiples escenarios. Cuando lo consiguiéramos, lograríamos encontrar a nuestra tribu perdida al más puro estilo maya. Aunque al principio bastaba con avanzar en línea recta, la aventura se iba «complicando» conforme subíamos de nivel. A pesar de ser conscientes de estar pisando una superficie lisa, las zonas en las que el camino nos decía que íbamos hacia abajo eran de lo más reales. Recordaban a la sensación de estar en una montaña rusa y contemplar la cuesta que estábamos a punto de bajar.
Amena y llevadera
El factor «dificultad» no destaca y, gracias a ello, somos conscientes del despliegue audiovisual que Zero Latency ha conseguido. Precisamente zero latency (latencia/demora cero) es lo que han obtenido, ya que la sensación de mareo típica de otros juegos aquí desaparece por completo. Una apuesta que atraerá, sobre todo, a familias y a aquellos que quieran pasar un buen rato entre amigos sin tener la necesidad de sobrevivir a zombies o a robots demasiado inteligentes.
Si pensáis que sois demasiado patosos para estas experiencias, os equivocáis. El Game Master no solo se encarga de vigilar el juego, sino que vela por nuestra seguridad. El propio equipo detecta cuándo estamos frente a una pared o cuándo tenemos a un compañero cerca. De esta manera, se evitan colisiones o situaciones indeseadas.
¿Cuándo se puede probar?
A partir de mañana, 1 de diciembre, Zero Latency abre sus puertas para disfrutar de Engineerium. La compañía también ha anunciado que Zombie Survival ampliará su número de jugadores hasta un máximo de 8. Esto marcará un hito en lo que a experiencias VR se refiere.
Más de 22.000 personas se han paseado por las instalaciones en casi 5.000 partidas. Si las cenas de Navidad se están volviendo tediosas, ya sabes un sitio en el que puedes refugiarte.