Sparklite: Una llamada a la reflexión
La época de los 16 bits siempre ha sido considerada como la época dorada de los videojuegos, ya sea por las consolas que llegaron al mercado o por sus videojuegos. Allá por los años 90 llegó el que se podría considerar el padre de todos los Zeldas; A Link to the Past, siendo uno de los RPGs de la franquicia más queridos, consiguiendo que muchas compañías inspiraran sus trabajos en él. Hoy por hoy el trabajo de Shigueru Miyamoto sigue muy presente en la industria, partiendo como base en muchos proyectos como Sparklite, del que aprovecho para hablaros en este análisis.
[dropcap]D[/dropcap]esarrollado por Red Blue Games, Sparklite llegaba al mercado en agosto del pasado año en forma de una potente bomba de nostalgia. Su combinación de géneros RPG y roguelite, inspirado en The Legend of Zelda: A Link to the past y Rogue Legacy, mezcla en un mismo videojuego las características clásicas junto con las nuevas tendencias en los videojuegos. Esto hace que Sparklite se convierta en un título único, en el que nunca recorreremos nuestros propios pasos en un mundo creado proceduralmente, el cual su desarrolladora, ha conseguido introducir en su ambientación.
El legado de la hija de las estrellas
La historia de Sparklite nos sumerge en una aventura sin igual. Nos pondremos en la piel Ada, una chica con aires de inventora que, tras un intento de sabotaje en su nave, tiene que abandonarla de emergencia, apareciendo en la cambiante tierra de Geodia.
Aparentemente Ada es una chica normal, pero solo tendremos que ir avanzando en la historia para darnos cuenta del legado que la rodea, de qué se trata el misterioso amuleto familiar y cuál es su misión, que nada más y nada menos se trata de salvar a Geodia de una terrible catástrofe natural provocada por el Barón, y su malvado plan de extraer toda la energía vital (Sparklite) de las tierras, utilizando su poder para controlar el mundo.
Básicamente la aventura Sparklite tiene un claro mensaje, se trata de una llamada a la reflexión de lo que ocurre en nuestra sociedad actual; la contaminación, la extracción de recursos y las ansias de poder, estaban haciendo de Geodia un lugar inhabitable. Por lo que los chicos de Red Blue Games, con este trabajo, lanzan un mensaje de alerta por el canal de los videojuegos.
Un cocktail refrescante
No es nada difícil darse cuenta de que Sparklite se trata de una aventura que mezcla la estética de los 16bits con los géneros RPG y Roguelite, consiguiendo crear una aventura rebosante de nostalgia por los cuatro costados. A priori, tenemos la oportunidad de disfrutar su magnífica estética pixel art junto a sus diseños que recuerdan continuamente al clásico The Legend of Zelda: A Link to the Past. Además, la orientación de la cámara, diseño del entorno y la paleta de colores hacen que el trabajo de Miyamoto esté presente en todo momento como si hubiera surgido de la misma factoría.
Pero si en lo estético nos parece estar volviendo a los noventa, en lo jugable es cuando notaremos de estar ante un título que aporta mucha frescura. Solo tendremos que jugar apenas unas horas para que nos demos cuenta de que la desarrolladora ha conseguido aprovecharse de las características del género roguelite, para convertirlo en un componente más la historia de Sparklite.
Como ya dije, Geodia se está fracturando por las prospecciones del Barón, por lo que el mundo que exploramos nunca será mismo. Esto provoca que Ada, cada vez que descienda del Refugio para continuar su tarea, se encuentre con un mundo totalmente diferente. Ni el mapa, ni la situación de las Criptas, los Hornos, ni los Titanes, estarán distribuidos de la misma manera, haciendo honor a las características de este género tan actual.
La aventura de Sparklite se desarrolla a través de cinco zonas diferentes (biomas). Cada una, controlada por uno de los titanes bajo las órdenes del Barón. Estos custodian cada una de las cuatro que runas que abren el camino del portal que nos lleva hasta el enemigo final y el desenlace de nuestro misterioso legado. Pero abrirnos paso a través de ellos tampoco será tan fácil. La recolección de Sparklite, ya sea derrotando enemigos o destruyendo los hornos de los Gremlins, es sumamente importante para que Ada pueda equipar nuevas armas y mejorarlas, por lo que el farmeo se convierte una práctica habitual si queremos avanzar en la aventura.
En cuanto a la jugabilidad Sparlite es una maravilla, en todo momento se siente el cariño que le han dedicado en su desarrollo, simulando como ya dije a la de títulos de los ’90. En ningún momento encontré problemas en los controles y menos en su distribución, que cuanto menos son de lo más intuitivos.
Sin embargo, terminé encontrando detalles que me chocaron en el videojuego siendo del género que es. Y es que las mazmorras son de lo más simples, apenas unas tres o cuatro pantallas y otras, solo para enfrentarnos directamente a los Titanes, dejando las zonas externas para las mayores complicaciones o la exploración. En este aspecto me esperaba algo más, ya que únicamente encontraremos la oportunidad de resolver algún puzzle dentro de las Criptas, o encontrarnos alguna pequeña dificultad con los enemigos de los hornos. Además, otro problema que me encontré es que siempre que bajemos del Refugio no habrá manera de volver a subir, por lo que, si queremos comprar nuevo equipamiento o mejorar la llave inglesa multifunción, únicamente estaremos de vuelta si nos dejan fuera de combate.
Ada, una ingeniera de herramientas tomar
Como ya dije en líneas anteriores, la recolección de Sparklite es de suma importancia para desarrollar nuestras armas durante la aventura. Ada, contará en su aventura con una llave inglesa multifunción como arma principal. Aparentemente no es para nada poderosa, pero se puede equipar con una serie de parches con los que añadir habilidades o mejorar las características. Dichos parches se pueden comprar directamente en la tienda de las instalaciones médicas o conseguirlos derrotando enemigos o en cofres.
Por otro lado, Ada cuenta con Wingnut, un robot asistente que siempre nos acompañará en la aventura. Gracias a él, Ada podrá cavar para extraer objetos enterrados, Sparklite, cofres u otros objetos de importancia como coleccionables. Sin duda este simpático robot nos ayudará en más de una ocasión, ya que podremos controlarlo a nuestro antojo pulsando R1 y el stick analógico o cediéndole el control a otro jugador en el modo cooperativo. Además, gracias a las mejoras conseguirá nuevas funciones con las que superar algunas zonas, como iluminar zonas oscuras mediante flashes o absorber la mugre que crean las criaturas e impiden seguir adelante en ciertas zonas.
Además, en cada zona tenemos las Criptas. Ni más ni menos son lugares que podemos acceder gracias al misterioso colgante familiar que nos acompaña desde el principio de la aventura. Dentro de cada una de ellas se encuentra un nuevo artilugio el cual, nos servirá de gran ayuda dentro de cada región que, tras superarla y realizar ingeniería inversa, podemos equiparla en los bancos de trabajo del Refugio.
Un gran trabajo musical
En Sparklite la guinda del pastel la pone su apartado sonoro. La aventura de Ada nos ofrece un océano de melodías que seguro que harán tararear a más de uno gracias al trabajo del compositor Dale North, conocido por sus trabajos en Dreamscaper, Wizard of Legend, Helvetii, The Long Return o M.A.S.S. Builder entre otros. Y es que con unos arreglos típicos de la época que quieren simular ayudan a que el jugador disfrute aún más de esta aventura. Melodías que encajan perfectamente con el colorido de los escenarios y el carisma de cada uno de los personajes que de la aventura y perfectamente seleccionadas para cada uno de los momentos que acontecen, desde las más alegres, hasta las más tensas para los enfrentamientos contra los jefes.
Conclusión
En resumidas cuentas, Sparklite se trata de un videojuego que hará las delicias de los amantes de los RPG de los ’90 provocando un tsunami de nostalgia a medida que lo vamos jugando. Un gran trabajo en cada uno de los apartados que, a pesar de sus pequeñas carencias, como la poca profundidad de las mazmorras y otros pequeños detalles, no consiguen eclipsar el trabajo de los chicos de Red Blue Games. Una excelente oportunidad para viajar en el tiempo y disfrutar de un título del que me atrevería a decir de los más frescos y simpáticos del panorama Indie actual.