Siete puertas y tras cada una de ellas un enigma diferente. Así es Seven Doors
Indigo Studios nos trae un juego de lo más curioso que pondrá a prueba nuestro ingenio.
En la variedad está el gusto
[dropcap]A[/dropcap]vanzaremos por esta aventura en primera persona a través de siete puertas. Cada una de ellas pondrá a prueba una de nuestras destrezas, aunque quizá no nos demos cuenta de cual hasta el final.
Una vez que iniciamos el juego, vemos que el entorno es de lo más sencillo y es que no debemos entretenernos con eso sino con lo que de verdad importa: el puzle.
Cada sala nos ofrecerá un puzle totalmente diferente. Aunque por regla general no son muy complejos y rápidamente sabremos dar con la solución, no debemos subestimarlos pues hay alguno que nos dará algún que otro quebradero de cabeza.
Diversidad en la resolución
Algo que no terminó de convencerme y que rompía en cierto modo con el cómputo general de resolución de los puzles es una puerta específica en la que nuestro único cometido es evitar una serie de obstáculos (cuchillas giratorias, hachas pendulares, pinchos en el suelo…).
Esta puerta se sucede tras dos en las que hemos tenido que leer, descifrar y resolver por lo que rompe con lo anterior y realmente, al no depender del ingenio sino de la habilidad con el control, descuadra el juego.
Si le sumamos que los controles son algo toscos, esta puerta se convertirá en una auténtica tortura y totalmente fuera de lugar. Cuando inicias Seven Doors esperas puzles que pueden o no ir complicándose, pero no esperas una prueba de habilidad puramente “física”.
Sencillez con errores
El juego es sencillo. Una jugabilidad correcta sin ser una maravilla en un entorno dirigido a centrarte en el puzle.
Gráficamente no es ningún espectáculo y se notan ciertas carencias en el acabado. Por su parte, la BSO tampoco es de lo mejor, aunque hay en sitios que sí mejora la experiencia jugable.
Debemos tener en cuenta que es un estudio pequeño por lo que son errores fácilmente asumibles y que no afectan realmente al juego. Salvo uno.
Al coger ciertos objetos, la descripción de los mismos estaba superpuesta en inglés y español por lo que era completamente ilegible. Esto hacía que en muchas ocasiones necesitases un objeto que llevabas en la mano, pero no supieses que era ese.
Vuelta a los orígenes
Como he dicho, algunos puzles son bastante sencillos y se resuelven en apenas unos minutos, pero hay otros que nos darán una grata sorpresa.
Llegados a un punto, se hace necesario tirar de papel y boli para tomar notas de ciertos datos para con ellos resolver el acertijo y poder avanzar. Este punto me resultó muy gratificante pues por regla general no solemos tener que recurrir a esto ya que nuestro personaje automáticamente memoriza la información que acaba de conseguir y resuelve sin más.
Una línea demasiado irregular
Sintiéndolo mucho, aquí el gran fallo. La línea que sigue el juego, si bien debería ser homogénea dada la corta duración no lo es y mientras tenemos puzles de pura investigación otras veces avanzaremos sin saber muy bien qué teníamos que hacer en la sala.
Dejan demasiado a la imaginación o a nuestro entendimiento de la situación sin apenas información por lo que a algunas soluciones llegamos por pura suerte o a través del ensayo-error.
Mientras que en la primera puerta nos dan prácticamente todas las pautas a seguir de manera indirecta, según avanzamos vamos perdiendo esa información externa y realmente podemos sentirnos totalmente perdidos.
Conclusiones
Si bien Seven Doors es un juego sencillo con algunos errores, conviene darle una oportunidad al estudio que ha logrado hacernos pasar un buen rato estrujándonos el cerebro.
Espero tener buenas noticias en el futuro con juegos del estilo que terminen de pulir todo su potencial.
Nota 6/10
* De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Indigo Studios.