Ghost of a Tale – Análisis PS4 (PS5)

Ghost of a Tale swith

Ghost of a Tale – El cuento del bardo

El exitoso Ghost of a Tale ya se encuentra disponible para PlayStation 4, aunque anteriormente de forma digital, ahora con una edición física bastante completa de la mano de Tesura Games. Nosotros hemos puesto rumbo a la Fortaleza de los Altos de Derruina para conocer la historia de Tilo, un bardo ratón que se encuentra prisionero allí y su principal objetivo es encontrarse de nuevo con su amada, Merra. Por supuesto, no es un camino fácil, pero contaremos con algunas caras amigables que nos echarán una mano, aunque casi siempre porque también necesitan nuestra ayuda. Es un juego donde nosotros, al igual que muchos otros habitantes de la fortaleza, buscamos algo. Así que, si quieres saber que te vas a encontrar en Ghost of a Tale, te recomendamos quedarte a leer este análisis.

Muy centrado en su historia

A lo largo de esta aventura controlaremos a Tilo, quien despierta en la prisión de la Fortaleza sin muchos recuerdos, pero hay una nota y una llave, lo que le ayuda a escapar poco a poco de la prisión. Él solo sabe que su esposa, Merra, no está con él, y que tiene que averiguar donde se encuentra para reunirse de nuevo con ella. Eso sí, a poco que salimos de la prisión y empezamos a tener nuestras primeras conversaciones, descubriremos que Merra no se encuentra aquí, así que toca averiguar dónde se la han llevado. Gran parte de la historia se centra en, poco a poco, descubrir más sobre su paradero, pero también sobre Merra, aquí comienza la búsqueda.

En la fortaleza, que es más grande de lo que parece, vamos a encontrar diferentes aliados que nos ayudarán a saber dónde estamos, investigar sobre Merra, aprender más sobre el universo del juego, y también sobre ellos mismos. El principal personaje en el que nos apoyaremos es la rata Silas, alguien muy misterioso y que dice estar dispuesto a ayudarnos, pues sus motivos tendrán. Sin embargo, gran parte del juego nos lo pasaremos, realmente, ayudando nosotros a los demás, o al menos es la sensación que acaba dando.

La historia está bastante completa, de hecho, de una manera casi excesiva para ser un equipo de desarrollo tan pequeño. Ghost of a Tale tiene una increíble cantidad de mimo en estos detalles, prácticamente todo lo que vemos y hacemos, aporta un poquito más a su elaborado universo. Siempre que conversamos con alguien vamos a conseguir mil y una respuesta, ya sea en relación a nuestro objetivo, lo que está ocurriendo, o de manera general sobre este mundo, pero algo aprenderemos. De hecho, todos los personajes con los que podemos conversar tienen su propia historia, algunas más elaboradas que otras, y acaban aportando bastante a la experiencia en este sentido. Para aquellos que les guste indagar hasta en el más mínimo detalle, sin duda, es una delicia.

Una jugabilidad sencilla

Ahora bien, si su historia y universo está bastante bien construido, tiene un problema, y es su jugabilidad. Esta no es mala como tal, es un pequeño conjunto de cosas que al final emborrona la experiencia un poquito más de lo que debería. Ghost of a Tale es una mezcla de un poquito de infiltración con un componente RPG, no muy grande, pero que se hace notar in-game a la hora de realizar ciertas cosas.

Nuestro pequeño Tilo puede correr rápidamente, pero también ir sigiloso, conseguir habilidades e incluso cambiar sus ropas para ganar diferentes estadísticas y bonificaciones que facilitarán la vida en la Fortaleza. Eso sí, quizá no todo está tan bien en conjunto como puede sonar, o simplemente se debe más a un «cómo el juego está diseñado vs cómo el jugador lo juega». El plan inicial que nos propone el juego, es el del sigilo, ya que Tilo está ligeramente indefenso contra las ratas armadas de la fortaleza, para ello cuenta con herramientas como palos y botellas, que sirven para distraer o derribar temporalmente al personal.

Sin embargo, a poco que avancemos, estas herramientas se quedan atrás, ya que los guardias van mejor armados, y nos rentará más usar el sigilo aprendiéndonos las rutas. Pero, una vez más, la cosa acaba mejorando a nuestro favor, y gracias a que podemos cambiar de trajes, conseguimos el de soldado y podemos caminar por donde queramos, sin que nos ataquen. Todo un lujo, pero a costa de nuestra movilidad, ya que iremos más lentos (incluso con la mejora) y esto incide en otro problema que comentaremos después.

Aunque si algo hace bien, es simular esa vida de ratón. Para explorar la fortaleza usaremos pequeños túneles, podemos saltar por las ventanas que tiene espacio, robaremos llaves de diferentes sitios e incluso a los guardias, si hasta tenemos que usar taburetes para llegar a ciertos sitios porque somos enanos… Como dije, es un juego que tiene muchísimo cariño puesto, pero está más orientado a los detalles que a la jugabilidad.

Otra cosa que, me gustó al principio, pero luego me dio bastante más igual, es la recogida de objetos. Tilo puede recoger prácticamente cualquier cosa que ve, unas más útiles, otras menos, siendo principalmente la comida para regenerar nuestra salud lo más interesante. Si exploramos lo suficiente, también recogeremos pequeñas notas, libritos, y objetos que suman a esa cantidad de detalles que posee el título. Pero ya de camino al final, digamos que solo me interesaba preocuparme de coger las llaves para avanzar, o los objetos importantes de misión, la comida pasa a un 2º plano cuando tienes la armadura y dejas de picotear todo lo del suelo.

Que se ve finalmente empeorada

Y aunque la jugabilidad es aceptable dentro de que acaba resultando sencillo de entender, y usar sus mecánicas, el problema reside en el modelo de desarrollo del juego, que resulta, en ocasiones, abrumador, y es lo que más emborrona la fantástica experiencia que puede llegar a ser Ghost of a Tale.

Desde que inicié el juego, me encontré bastante perdido, no me quedaba muy claro a dónde tenía que ir o qué hacer. Di muchísimas vueltas en mis primeras horas de juego buscando diferentes cosas que hacer, igual no presté mucha atención o algo, pero resulta que más adelante seguía en las mismas. Es un juego que hace una cosa terrible, y es llenar al jugador de misiones que, en ocasiones, no queda del todo claro lo que tiene que hacer o cómo completarla. No quiero un indicador de misión de «ve aquí», pero en alguna que otra más información no hubiese estado de más, ya que cuesta aprenderte la fortaleza aún con mapa en mano y sus diferentes localizaciones.

Pero lo que realmente acaba volviendo algo repetitivo y aburrido el juego, es que nos pasamos gran parte del juego haciendo misiones que nos manda del punto X al Y, y luego volver. Pero no es el hecho de la misión, si no de que serán caminos algo largos y, generalmente, pesados de realizar constantemente si tenemos que ir esquivando guardias. El juego cuenta con 57 misiones, pero muchas son así, y acaba generando mucha repetición en el jugador, tanto por los eternos paseos constantes por lugares visitados tropecientas veces, como por muchos de sus objetivos similares.

Aclaro que, por supuesto, hay unas cuantas misiones la mar de interesantes que incluso incluyen puzles, pero no suele ser la norma general. Si te dedicas a hacer todas las misiones, sí, vas a tener muchísimas cosas, pero no está hecho para todo el mundo este sentido. Casi disfrutaba más cuando estaba perdido las primeras veces, que cuando por fin me aprendí el mapa y hacía todo de seguido.

Visualmente es increíble

Sí algo hay que destacar del juego es su apartado visual, ya que el equipo de desarrollo (https://www.ghostofatale.com/seithcg y ) no es especialmente grande y toda responsabilidad cae principalmente en una sola persona. El juego está perfectamente medido en este sentido, y los modelados de personajes e ilustraciones están geniales. Los niveles también cuentan con todo tipo de detalle, dentro de la estética con la que cuenta el juego, por supuesto. De hecho, cuando vi a Tilo por primera vez, con tanto detalle, me quedé un buen mirándolo.

A nivel de rendimiento, primero pensaba «uf, 30 FPS» en PlayStation 5, ya que lo juego con retrocompatibilidad, pero indagando en las opciones vi que viene por defecto la sincronización vertical activada a 30 FPS, pero se puede desactivar y dejar libre. Tendremos esos fantásticos 60 FPS, que se notan bastante en la fluidez de este título, a cambio de, en algún momento ocasional, ver un poco de frame-tearing pero nada molesto. Aunque eso sí, desconozco su rendimiento en PlayStation 4 como tal.

Ghost of a tale analisis

A nivel sonoro, la banda sonora del juego también es bastante decente, acompañando muy bien ciertos momentos del juego, así como los escenarios y temas de cada personaje, terminando de complementar la experiencia audiovisual que supone jugar Ghost of a Tale.

Conclusiones de Ghost of a Tale

Ghost of a Tale es un juego bastante recomendable, incluso con esos fallos comentados. La historia que nos cuentan en Ghost of a Tale es realmente sorprendente, llegas a conectar con Tilo y su afán por encontrar a Merra, su mujer. También conoceremos buena cantidad de personajes cuyas historias ocultan secretos, que, de primeras, son impensables y todo un mundo nuevo lleno de misterios que ni siquiera Tilo comprende. También os digo que es un juego para echarle horas y hacerlo con calma para poder disfrutar de todo el conjunto, ya que si no prestamos atención, vamos a perdernos todos esos detalles que hacen de Ghost of a Tale una increíble aventura.

Os recordamos que la edición física normal y coleccionista la tenéis disponible en Amazon gracias a Tesura Games.

Nota: 8/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Tesura Games.