Un RPG interesante que cae por su propio peso.
Existen muchos géneros, y muy variados, dentro de la industria del videojuego, y es que nos encontramos ante un medio que puede dar mucho de si, y ofrecer experiencias muy variadas unas de otras. De entre todos los géneros que pueblan nuestra variada industria podría decir que al que más le dedico mi tiempo es al rol, y no solo porque suelen durar bastantes más que cualquier otro género, sino porque consiguen enamorarme fácilmente.
Como habréis podido ya suponer, por esta introducción, hoy vamos a hablar de un RPG, más concretamente de The Last Oricru, un videojuego perteneciente a este género y que desde el primer momento apuntaba maneras. Bastantes de las propuestas que parecía tener el título conseguían enamorarnos, y darnos cada vez más hype por este título exclusivo de la ya presente generación de consola.Nosotros ya lo hemos probado a fondo, desgranando todo lo que el título tiene para ofrecernos, y a continuación os contaremos que nos ha parecido The Last Oricru, aunque como anticipo solo diremos que nos encontramos ante un título con mucha ambición, pero el cual se acaba quedando a medias.
Una historia y personajes que termina siendo lo mejor del título
Esto es algo común a todos los RPG, y es que una de las cosas más importante en estos es la historia, salvo ciertos casos como la franquicia Dark Souls, la cual prefiere centrarse en otras cosas, dejando su trama escondida para que solo los jugadores más «avispados» puedan llegar a descifrarlas. En este caso, y a pesar de que en cuenta a combate y mecánicas bebe mucho de la obra de Miyazaki, The Last Oricru apuesta por contar una historia interesante, y la cual cuenta con diferentes ramificaciones, las cuales vienen dadas por tus decisiones.
A diferencia de otros títulos similares, en The Last Oricru nosotros no crearemos a nuestro personaje, sino que tendremos un protagonista predefinido, de cuyo aspecto no podemos editar muchas cosas, aunque sí que en el menú tenemos una opción para cambiar su tipo de pelo. Podríamos decir que esto es un problema, porque no consigue la sensación aquella de «vivir tu propia aventura» que sí tenemos en otros títulos similares, pero a decir verdad, esto lo recupera al mostrarnos una historia en la que no parece un pegote, sino que más bien estamos asistiendo, y participando de la vida del personaje que controlamos.
También es necesario el tema de las facciones, y es que contaremos con los Naboru y los Rátidos, los cuales son en esencia, un pueblo opresor y los rebeldes, por lo que siempre estarán en guerra, con las criaturas con forma de ratas intentando sublevarse, mientras que los Naboru nunca pararán de avasallarlos. Lo mejor, es que tu no serás un simple espectador, sino que tendrás que decidir a qué bando apoyar, lo que cambiará bastante la historia y los acontecimientos futuros. La cuestión es comprobar si querremos luchar por el orden de los Naboru o por la rebelión de los Rátidos.
Un combate tipo de souls que se acaba quedando a medias
Ya hemos hablado de lo mejor del título, y ahora toca hablar de la mayor decepción de este: su combate. Sí, no es un combate malo per se, pero si que nos encontramos ante unas mecánicas de soul muy simplificadas, y no nos referimos a simples en el sentido de accesibles, sino más bien simples en el sentido de que les falta profundidad.
Si en un combate de este tipo puedes terminar resolviendo todos tus enfrentamientos simplemente pulsando un botón hay algo que está mal, y que las mecánicas de pelea de The Last Oricru se sienten simples en exceso, además de anticuadas, aunque es necesario mencionar que esto último es más culpa de las animaciones del juego, de las cuales hablaremos más adelante.
En un título de este estilo, la historia y el combate tienen que darse la mano, para traernos una experiencia que nos permita pasar gran cantidad de horas jugando sin aburrirnos, pero en The Last Oricru esto está desbalanceado. Una historia y personajes que consiguen enganchar, además de diversos enigmas que quieres resolver lo más rápido posible, se unen a un combate que se siente sin alma, monótono y realmente poco excitante, siendo esto algo que no se puede permitir un título de rol.
Un poco más de tiempo de desarrollo no le habría venido mal
El título de este apartado es autoexplicativo, ya que refleja muy bien el mejor resumen que podríamos hacer del juego, aunque en este caso nos estemos refiriendo al apartado técnico de este título.
Para ser más concretos, nosotros lo hemos jugado en una Xbox Series S, pero estos problemas son totalmente extrapolables a otras versiones según diversos vídeos realizados por expertos. En concreto, nos referimos a diversos problemas, como una tasa de frames muy baja, la cual cae en picado más veces de las que debería (ninguna). Esto es totalmente inexcusable, pero podríamos llegar a entenderlo si este título fuera un portento a nivel gráfico, pero por desgracia esto no es así. Sí, es un título exclusiva ya de esta generación, por lo que sí, se ve mejor que muchos juegos de la pasada generación, pero no que todos. No consigue marcar un estándar en este aspecto, y en rendimiento consigue marcar el punto de cómo no hacer una versión.
Además, en nuestro proceso de análisis hemos podido encontrar numerosos bugs, los cuales no rompen en ningún momento el juego, porque se centran básicamente en errores gráficas, como texturas que no están o personajes en poses extrañas, pero sí que consiguen sacarte de la inmersión.
Por último, es necesario mencionar que la banda sonora si termina estando a la altura, regalándonos piezas que recordaremos durante un tiempo luego de haber terminado de nuestro aventura. Así mismo, el doblaje al inglés también está muy bien logrado, destacando especialmente la voz de nuestro protagonista.
Conclusión
The Last Oricru es un juego que prometía mucho en muchos aspectos, pero que se acaba quedando flojo en algunos de ellos. Aún así, es necesario destacar que la trama, así como los personajes que conocemos en esta, y como está llevada, merecen bastante la pena, lo que no deja de lado que el resto del juego termine siendo un quiero y no puedo.
Las ideas están ahí, y se nota el talento detrás de este título, por lo que es probable que con un poco más de tiempo de desarrollo estuviéramos ante un muy bien juego, no sobresaliente, pero sí un RPG digno de ser recordado. Es una pena que la simpleza del combate, así como los numerosos problemas técnicos acaben por estropear bastante la experiencia final.
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*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Plaion España.