Atomic Heart llegaba a nuestras pantallas de la mano de Mundfish. El estudio debutaba con esta pieza magistral retro-futurista que a más de uno nos ha encandilado, ¿quieres saber por qué? Continúa leyendo.
La revolución de las máquinas
En esta Unión Soviética de los años 50 “ligeramente” diferente a la real, somos Sergei (no podía ser de otro modo) o Agente P-3. El carismático agente se ve en mitad de una misión aparentemente sencilla que se complica de la forma más loca. “Por suerte” no estamos solos. Nos acompaña nuestro fiel guante parlante que no se calla ni bajo el agua y que nos informa de todo cuanto pasa a nuestro alrededor.Sechenov, el científico, amo y señor de la zona, nos pide que vayamos a la instalación 3826 donde las cosas se han desmadrado. Al parecer, un sofisticado dispositivo cuya implantación en humanos debía ser coser y cantar… no ha sido tal.
Cuando llegamos nos damos cuenta de la gravedad del asunto. Lo bueno es que estamos totalmente convencidos de nuestra misión y lo necesaria que es… o igual no tanto.
La historia me ha resultado bastante interesante y ha conseguido que me interese como hacía tiempo no conseguía otro juego. Sí que es cierto que en determinados momentos se hace algo tediosa y sin mucha chicha, pero en general es una buena historia bien contada.
¡Menuda pasada!
Si la historia me resultó buena, lo que de verdad me maravilló fue el diseño general del juego. No son pocas las veces que me he empanado mirando el escenario, alucinando con la cantidad de cosas que hay en escena y lo logradas que están.
Es una auténtica pasada salir de una zona y descubrir todo lo que se muestra ante nosotros. De verdad que me pareció una maravilla. Además, aunque jugué en PS4, gráficamente se ve bestial por lo que imagino que en las nuevas generaciones se verá todavía mejor.
Lo chirriante aquí es lo ridículamente pequeños que son los subtítulos. En un juego en el que el 80% de tu atención está en el entorno, meter unos subtítulos minúsculos no ayuda en absoluto. En contrapartida, el juego está completamente en español por lo que, aunque no podamos ir leyendo lo que nos dicen, lo oímos en nuestro idioma ayudando a no perder el hilo (porque hablan y mucho).
Donde me pareció peor ejecutado fue en el diseño de personajes y enemigos. Respecto de los primeros, echaba de menos que el prota fuese más carismático y que el guante cerrase el pico de vez en cuando. Al final no terminaba de empatizar con quien debía acompañarme durante todo el juego y eso nunca es bueno. En cuanto a los enemigos, hay poca variedad y son algo simples. Es cierto que no siempre variedad es sinónimo de calidad, pero sí se agradecería algo más variado que edulcorase el combate. Un mínimo cambio en ellos (por poco que fuera) habría resultado muy agradable.
Guardemos las distancias
Sabemos que Atomic Heart fue comparado en su día con Bioshock y confieso que yo me decidí a probarlo por eso mismo. Soy una gran fan de la saga y poder volver a jugar algo similar me convenció. No obstante, hay que tener claro que esto no es Bioshock y que la premiada trilogía sigue manteniéndose por encima de este título… pero ¿por qué?
Las similitudes con el juego de 2K se basaban en lo enseñado en cuanto al combate. Quizá también un poco en esa ambientación rollo retro, pero futurista a la vez… un poquito de ciudad en el cielo… esas cosas.
Pero sin duda alguna, lo llamativo fue el combate. El guante parlanchín nos surte con una variedad de poderes que podrían asemejarse a los plásmidos. Tenemos desde descargas eléctricas a la posibilidad de congelar a los enemigos caminando por un espectro más o menos amplio de poderes.
Lógicamente estos poderes se irán desbloqueando y mejorando según vayamos avanzando en la historia. Como un combate solo con poderes no se sostendría en este universo, también contamos con armas tanto de fuego como para el cuerpo a cuerpo.
Aunque iniciemos el juego con un par de armas, deberemos ir crafteando el resto y solo podremos si hemos dado con el plano para crearlas. En este punto me acordé de FallOut o incluso The Evil Within ya que, si abusamos de las armas a distancia en según qué dificultades del juego, se nos complicará el combate al no haber apenas munición ni recursos por el mapa.
Si nos olvidamos del combate y nos centramos en las misiones y el mapa, tenemos un avance lineal con pequeñas oportunidades de investigación y looteo… algo similar a FarCry, pero en pequeñito… Lo malo aquí es que, personalmente, me abrumó la cantidad de enemigos que encontramos en algunas zonas haciendo casi inviable el avance sin recurrir al sigilo o, como hice yo, ir por las vías secundarias. En alguna ocasión he notado que el sigilo no es lo mío, así que aquí rápidamente descubrí que liarse a tiros no es buena opción y que lo mejor era huir del combate por un lateral. En cuanto sales del foco central, los enemigos desaparecen y el mapa queda vacío. A mí me vino bien, pero considero que es un fallo para tener en cuenta.
En resumen, Atomic Heart bebe de muchos géneros y juegos creando un híbrido que cumple con los mínimos de todos sin destacar en ninguno de ellos. No es un shooter, ni un RPG, ni un juego de acción sin más, tiene puzles, algo de plataformeo… una mezcla extraña que como digo, cumple y agrada sin destacar.
Mira y aprende
En una mezcla de géneros de videojuegos así de compleja es normal sentirnos algo abrumados por las posibilidades que ofrece. Hablo ahora del combate y las mejoras del personaje.
Si bien el combate puede ser un mero trámite entre fases de jefes finales, el desarrollo de habilidades, armas y del propio personaje está bastante conseguido.
Por un lado, como ya he dicho, debemos recorrernos el mapa para dar en primer lugar con ingredientes para nuestros objetos y en segundo lugar con planos para poder construirnos nuevas armas. Las armas a su vez permiten incluir mejoras de diferentes tipos haciendo que golpeen más veces, más rápido, más fuerte…
Por otro lado, también conseguiremos experiencia con la que mejorar a nuestro soldado. Lo mejor de esta parte es que el árbol de habilidades está diferenciado en poderes del guante y en características del personaje y a su vez, el primero, separa unos poderes de otros. Que no te agobie esto, si por lo que sea has adquirido una habilidad y no te haces a ella o no te convence, es tan sencillo como dar marcha atrás y recuperar los puntos invertidos.
Lo que menos me gustó de esto es la maldita máquina a la que debemos recurrir para mejorarnos y crear objetos… una pesadilla de mal gusto.
Seguramente en nuestra exploración por dar con los planos nos encontremos con algún que otro coleccionable (otra vez recuerdo de Bioshock) que siempre le dan un poquito de vidilla al juego.
Conclusión
Atomic Heart me ha gustado y mucho. Es un juego que no consigue destacar en ningún género concreto y que ha preferido tocar un poco de todo sin sobresalir. Visualmente es una pasada. El mundo que han creado y cómo consiguen atraparte es una maravilla.
Todos los comienzos son complicados y Atomic Heart ha arriesgado y ha conseguido. Espero que este primer juego se convierta en el primero de una (larga o no) saga ya que tiene considero que tiene muchísimo potencial y sinceramente, me encantaría volver a pasear por esos escenarios.
8
*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de PLAION. Se jugó actualizado a la versión de PlayStation 4.