Tras su anuncio inicial, los sucesivos y molestos retrasos crearon un malestar general entre los que lo esperaban con los brazos abiertos, pero fue durante la pasada Gamescom (2018) cuando definitivamente se le puso una fecha de lanzamiento.
El pasado dieciocho de enero de 2019, y de nuevo gracias a Project Aces, presente en la franquicia desde 2001, llegó ese gran día, un día en el que por fin ha llegado la hora de devolver la paz mundial, un mundo lleno de incertidumbre que está a punto de verse inmerso en un conflicto entre países que asumirá al planeta en el caos total y cuyo destino depende totalmente de nosotros.
Un argumento que le da consistencia al resultado
Sin desmontar mucho el argumento de Ace Combat 7: Skies Unknown como ya es habitual en la franquicia nos sitúa en un conflicto geopolítico entre dos países ficticios del universo de Strengereal. La República Federal de Osea ha desarrollado una novedosa tecnología para el uso de drones de combate, poniéndola en práctica lanzando un poderoso ataque contra su enemigo, el Reino de Erusea y la obsesión por controlar un elevador espacial.
«Los luchadores no tripulados ya no son un sueño. Los pilotos que suban al cielo pronto serán un recuerdo lejano».
Este conflicto obliga a una serie de convictos, encarcelados por diversos motivos, Avie, Trigger, Mihaly… a pagar su pena combatiendo al enemigo invasor, un argumento que a pesar de pasar a un segundo plano, enriquece la línea argumental del videojuego de una manera positiva, aunque a veces nos parezca algo confuso entender en que bando estamos en cada momento.
Enorme el trabajo con Unreal Engine 4
Considero que uno de los aspectos que más llaman la atención a la hora de empezar con un videojuego es el apartado gráfico y, en el caso de Ace Combat 7, es indiscutible que lo es. El trabajo del equipo de desarrollo con el uso del motor gráfico Unreal Engine 4 ha sido magnífico. Tanto el diseño de los aparatos, como el de los extensos escenarios llenos de detalles, no da lugar a dudas de que sorprenderá al jugador. Detalles como la orografía del terreno, caminos, edificios, estructuras… en que la sensación de estar volando es bastante tangible, provoca que en más de una ocasión no le tomemos atención a nuestra misión y nos vayamos a curiosear bajando la altitud del aparato hasta el límite de jugarnos una colisión, y todo por ver desde más cerca el enorme trabajo realizado por los diseñadores.
Pero este apartado coge aún más relevancia cuando experimentamos como los efectos meteorológicos también dejan su seña de identidad. Los reflejos del sol pueden llegar a deslumbrar nuestro pilotaje, cruzar las nubes limitan nuestra visión, mientras que las tormentas humedecen la cúpula de la cabina, condensación… Todo un lujo de detalles que son de agradecer y que aparte de distraer nuestra atención, convierten el vuelo en una experiencia visual sin precedentes.
Variedad de aparatos y armamento
Continuando con el apartado gráfico y de diseño, al margen de los aparatos ficticios que aparecen durante la aventura, es de elogio la enorme similitud de los reales, no solo exteriormente sino también el interior de ellos están perfectamente representados. Cada uno de los modelos, hasta un total de 30 distintos, que se podrán ir adquiriendo a través del árbol de aviones, cuenta con su propia consola, botonera, radar, armamento y demás equipamiento que podemos ir seleccionando antes de emprender cada misión. Otros elementos, como los poderosos portaaviones, fragatas, destructores, piezas antiaéreas y demás material militar que aparece en el vídeojuego están perfectamente representados.
Un arcade con aires de simulación
En cuanto al apartado jugable, Ace Combat 7: Skies Unknown es todo un lujo para los fans del género. El manejo de los aparatos se convierte en toda una experiencia, ya que cada uno de ellos cuenta con sus propias especificaciones que los diferencian de los demás divididas entre velocidad, manejo, estabilidad, combate aire-aire, combate aire-tierra y defensa, haciéndolos idóneos dependiendo del tipo de misión a la que nos enfrentemos. También se podrán mejorar ciertas características, equipando nuestro aparato con hasta ocho piezas especiales que se podrán adquirir mediante el uso de PRM en el árbol de aviones.
Nos encontramos con dos modos de pilotaje: Estándar y Experto. El primero de ellos nos ofrece una jugabilidad mas arcade, para los menos experimentados, mientras que el segundo, es algo más complicada, ya que tendremos que cabecear el aparato antes de los virajes. Pero ese no será el único apartado que interferirá en nuestro pilotaje, los fenómenos meteorológicos, como la lluvia, o el cruce por nubes, además aderezar el apartado técnico, provocarán el enfriamiento del aparato, haciéndonos que terminemos entrando en perdida si no salimos pronto de ellos. Otros fenómenos como las corrientes de aire también interferirán en el vuelo, dificultandonos los virajes.
Durante la partida se podrán elegir tres tipos de vistas: Tercera persona, desde la que veremos el aparato desde la tarde trasera, considerando que es la más cómoda para los menos experimentados en el género y dependiendo del tipo de misión. Primera persona, desde en la que solo veremos el hub y las marcas de inclinación, velocidad, altímetro… Y finalmente la desde el Interior de cabina, en mi opinión la más realista, pero también la más difícil de controlar, ya que tanto la cúpula como la consola del aparato nos resta parte de la visión, obligando al jugador a a guiarse mediante el radar y sensores.
La variedad de misiones también es un plus dentro de esta entrega, no solo se trata de coger pista y empezar a eliminar enemigos, aunque a veces lo parezca. En cada una de las misiones habrán unas prioridades, como escoltar otros aparatos, eliminar enemigos, realizar un trayecto, evitar radares, o finalizar la misión tomando pista en un portaaviones. Además, dentro de cada una habrán misiones secundarias que ayudarán a subir la puntuación y rango.
Combate contra los más hábiles
Hoy en día no hay videojuego que no le añadan un modo multijugador en línea con el que batirnos en duelo contra otros jugadores, es un tópico a la orden del día y el trabajo de Kazutoki Kono no iba a ser menos. Bandai Namco ha desarrollado para Ace Combat 7 un simple pero frenético modo multijugador que nos hará sacar a relucir nuestras mejores habilidades a los mandos de los aparatos más demoledores que han surcado los aires, un modo en el que pararnos a pensar u observar otra cosa que no sea la consola y el hub del aparato nos costará un impacto o el derribo de nuestro aparato.
En este modo se podrá combatir contra otros jugadores en batallas aéreas tanto en «duelo a muerte por equipos», como en combates «todos contra todos», en salas donde el matchmaking no es nada malo aunque su organización se muestre un tanto caótica. De esta manera accederemos a salas creadas por nosotros mismos u otros jugadores, pudiendo modificar los parámetros de juego, escenarios y demás opciones.
Además, según nuestra pericia a los mandos, al igual que en el modo Campaña, obtendremos PRM con los que mejorar nuestro aparato mediante piezas y armas nuevas, comprar otros, o darle nuestro toque personal con emblemas, camuflajes y demás opciones. Además, según nuestras acciones (evaluación de rendimiento) en combate nos premiarán con bonificaciones y medallas. También, como en la mayoría de los modos multijugador actuales el nivel de los jugadores se medirá mediante rangos mediante puntos de experiencia.
Un excelente resultado
En conclusión, tras este contacto con Ace Combat 7: Skyes Unknown y como amante de los juegos de simulación tan solo puedo elogiar el trabajo técnico realizado por Kazutoki Kono y su equipo Project Aces, consiguiendo crear una verdadera experiencia arcade muy cercana a la simulación. Un videojuego que se sitúa entre el límite de lo virtual y lo real, donde surcar los cielos a los mandos de las réplicas de estos potentes aparatos, es todo un disfrute constante tanto para los conocedores de la franquicia como a los que se quieren iniciar con esta espectacular entrega. Sin duda, un título merecedor de una oportunidad en un mercado que se presenta escaso de títulos de este género.