Atelier Ryza: Ever Darkness & The Secret Hideout
La famosa saga llega de nuevo a nuestras consolas y esta vez lo hace con un lavado de cara que no le sienta nada mal. Gust Studios juego y Koei Tecmo Europe han logrado mejorar esta vigesimoprimera entrega para complacer a veteranos y novatos.
De la mano de Ryza, descubriremos los encantos de la alquimia y su potencial en una aventura de lo más curiosa.
Un día normal, en la vida de una chica normal
[dropcap]L[/dropcap]a historia nos presenta un pueblecito normal, donde nunca pasa nada. Nuestra protagonista se define como una chica normal, con una vida aburrida en su pueblo natal.
Sin embargo, está cansada de esa vida tediosa y aburrida así que, ansiosa por vivir aventuras, embarca a sus dos mejores amigos, Lent y Tao, rumbo a una isla cercana en busca de esa gran aventura.
Allí descubrirán que no basta con querer vivir aventuras, hay que saber manejarlas. Así, se vuelven a casa con el rabo entre las piernas, pero habiendo conocido a alguien que cambiará sus vidas.
Ese alguien es Empel, un alquimista que hará que Ryza, una chica normal y corriente, se interese por un mundo tan complejo como el de la alquimia. Dando unos torpes primeros pasos, acabará metida de lleno en él.
Con conocimientos renovados y más ganas que nunca, acaban inmersos en una aventura de la que no saben muy bien qué esperar y es que, si algo me ha gustado del juego, es que los personajes son realistas y saben que hay muchas posibilidades de que salga mal.
La historia no es la guinda de este pastel ni mucho menos, una historia sencilla que permita el avance en el juego sin hacer que el jugador pierda el interés, pero tampoco siendo el punto de mira de éste.
Recoger, crear y vuelta a empezar
El funcionamiento del juego es sencillo si consigues entenderlo. Ryza, quiere convertirse en alquimista y para ello tiene que sintetizar y sintetizar objetos. Si queremos crear cosas, tendremos que mezclar cosas. Debemos explorar las diferentes zonas y conseguir diversos materiales.
Para recolectar tenemos varias opciones. Podemos hacerlo con vara, hacha, mazo… según qué usemos para recoger materiales, obtendremos uno u otro. Así, un mismo árbol puede darnos madera o fruto.
Esto puede llegar a ser lo más tedioso del juego, aunque no lo único. La creación de objetos debería ser la prioridad, pero la verdad es que seguramente avancemos hasta casi al final del juego sin haber creado nada o muy pocas cosas.
Este apartado se queda bastante cojo, primero por su complejidad hasta que logras entenderlo al cien por cien y segundo, por la nula utilidad de lo creado (salvo las armas).
Además, llega un momento en el que te ves obligado a crear cosas sin ton ni son para poder crear lo que de verdad necesitas haciendo aún más aburrido el momento.
Añadimos que en muchas ocasiones no sabremos dónde tenemos que recolectar los materiales o si tenemos que crearlos directamente. Es posible que no tengamos la receta todavía o que no hayamos hecho la misión secundaria que nos la da. Estas cosas añaden horas de juego sin que realmente sean productivas.
Combate por turnos
En cuanto al combate, es bastante sencillo y fácil de manejar. Teniendo en cuenta que la dificultad es nula salvo en contadas ocasiones.
En primer lugar, durante la batalla, a pesar de ser por turnos, el tiempo no se detiene en ningún momento y aunque decidamos no mover a nuestro personaje, el resto seguirán atacando igualmente. Esto es algo para tener en cuenta pues el combate está pensado para tres personajes en juego, si por lo que sea estamos despistados, es probable que muramos.
Durante el combate podemos elegir a qué personaje manejamos en cualquier momento pudiendo intercambiar entre ellos, pero solo en el menú podremos decidir quién combatirá. Existe una gran variedad de ataques y combinaciones de ellos.
Existen dos “modos” de combate. Uno en el que los personajes harán ataques básicos acumulando puntos de acción y otro en el que gastarán esos puntos. Recomiendo combinar ambos desde un primer momento para facilitarnos la tarea.
Los puntos de acción son compartidos de forma que, si uno de los personajes los gasta, el resto se verá obligado a atacar de manera simple hasta conseguir nuevos puntos. Si conseguimos un número suficiente de puntos de acción podremos “subir de nivel” durante el combate, lo que mejorará las acciones que realicemos.
Igual pasa con el uso de objetos. Si bien los objetos son individuales, el core charge es compartido y cada objeto gastará puntos si los usamos.
En este apartado el juego es completísimo. Da muchísimas opciones y están equilibradas entre sí creando un verdadero desafío. Pero tiene lo que calificaría de “dificultad extraña” y es que, si somos nivel 10 y nos enfrentamos a un nivel 8, ganaremos sin problema mientras que si lo hacemos con un nivel 11 moriremos sin remedio. Si conseguimos subir a nivel 11, ganaremos de nuevo sin ninguna dificultad.
Duración aceptable artificialmente alargada
Sin duda el peor punto del juego es la duración y desarrollo de este.
La historia en sí apenas nos durará unas 20 horas, menos si quitamos las largas sesiones de video y conversación que incluye. Esta duración se alarga, aunque no queramos, llegando al final del juego.
Una vez que nos encaminamos hacia la última misión, veremos que no estamos tan cerca como creíamos y es que nos obligarán a resolver unos cuantos asuntos pendientes antes de poder hacer frente a la aventura final.
Como cabría esperar, estos “asuntos pendientes” incluyen sus partes de video y diálogo propias que no aportan nada a la historia real.
Igualmente es destacable la cantidad de misiones que hay en la trama principal que son exclusivamente el ir de un punto a otro, ver un trozo de vídeo y volver a ir a otro sitio. Más del 80% de la historia se completa así. Yendo de un sitio a otro, creando algún objeto y viendo vídeos.
Realmente se echa de menos algo de acción que solo tendrás si te dedicas a explorar por tu cuenta cada zona que descubras buscando materiales y derrotando enemigos. En muy pocas ocasiones la historia nos hará ese tipo de peticiones.
Paisajes que enamoran
La verdad es que si algo destaca en este juego es lo bonito que es. Con sencillez hace que te sumerjas por completo en un mundo totalmente diferente según dónde estés. En cada zona los colores son diferentes creando atmósferas totalmente dispares.
Durante la aventura veremos lugares realmente bonitos que invitan a la contemplación. De hecho, el propio juego alejará la cámara en algunas ocasiones para ofrecer una vista mayor y mejor del entorno.
En el mapa, podemos descubrir lugares señalados como tal donde podemos dejarnos llevar por el entorno y disfrutar de un paisaje precioso.
La BSO por su parte cojea. Así como lo hacen los efectos de sonido resultando repetitivos e incluso molestos. No llega a ser nada destacable y la verdad es que es una auténtica pena porque una buena banda sonora que acompañase, supondría la guinda de este pastel medio amargo.
El problema del idioma
El gran problema y por el que seguramente mucha gente sea reticente a jugar este título es que sólo lo encontramos en inglés o japonés subtitulado al inglés.
En otro juego puedo decir que esto no debería ser un problema, pero en este sí puede llegar a serlo. Como digo hay muchísima información que conocer tanto a la hora de realizar alquimia como a la hora de combatir, por lo que no entender lo que nos están diciendo puede suponer un gran problema.
Conclusión
Atelier Ryza no es un juego para todos los públicos. La barrera del idioma puede ser un impedimento difícil de superar dada la complejidad del juego.
No obstante, si decidimos no centrarnos en eso y buscamos un juego con el que divertirnos unas horas y pasarlo bien, Atelier cumple y lo hace con creces.
Si buscas un juego con una historia magnífica o una jugabilidad que enganche, definitivamente no es tu juego, aunque nunca es tarde para darle una oportunidad.
Nota 7/10
*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Koch Media.