Desde el año pasado que me encontré con Dead Cells en Steam tenía claro que era un título prometedor, aunque para su desgracia estaba pasando algo desapercibido. Un año más tarde ha dado un salto tremendo saliendo de su versión de acceso anticipado y llegando a PlayStation 4, Nintendo Switch y PC en formato físico.
[dropcap]E[/dropcap]l estudio francés, Motion Twin, parecía tener claro prácticamente desde el inicio el estilo de juego que querían traernos y como hacerlo. Establecieron unas bases lo suficientemente sólidas desde el inicio hasta día de hoy para convertir Dead Cells en un título que podría ser referente a largo plazo para muchos otros estudios independientes. Y es que a primera vista, mezclar el género metroidvania y roguelite en un solo juego y, hacerlo bien, es difícil. Sin embargo, la mezcla que encontramos en Dead Cells es prácticamente perfecta.
Encarnamos un ser “inmortal” capaz de apoderarse de cuerpos inertes y que se apodera del cadáver de uno de los prisioneros. No sabemos muy bien qué ha pasado en la isla en la que nos encontramos, no sabemos ni quién somos y ni siquiera sabemos realmente qué tenemos hacer, tan solo seguiremos nuestro camino intentando huir, enfrentando enemigos y entre nivel y nivel, descubrir que ha ocurrido.
Lo cierto es que es un título cuya manera de desarrollar la historia se asemeja más a Dark Souls que por ejemplo a Castlevania. Todo cuanto aprenderemos sobre el mal que asola la isla, lo haremos principalmente mediante algunos NPCs con pequeños diálogos y descubriendo la gran cantidad de secretos que esconde, entre los que se encuentran un enorme puñado de easter eggs que hacen referencia a juegos como Uncharted, NieR: Automata, Dark Souls o Firewatch, pero estos os dejamos descubrirlos a vosotros con calma.
Dead Cells es una auténtica maravilla jugable por 2 sencillos motivos: fluidez y coleccionismo.
Una de las mayores ventajas que ofrece Dead Cells respecto a otros títulos de índole similar, es que todas y cada una de las partidas te va a aportar un mínimo al progreso. Para desbloquear las mejoras necesitaremos células que conseguiremos eliminando enemigos o bien cumpliendo con ciertos desafíos, y en cada intento conseguiremos un puñado de ellas casi seguro, por lo que el desarrollo está casi garantizado al 100%. A esto hay que sumarle, que el gameplay es uno de los más fluidos que he visto en un título de dos dimensiones en mucho tiempo.
Por lo general Dead Cells es un juego que exige rapidez tanto en movimiento como en reacción, por lo que tiene una tasa de fotogramas por segundo estable a 60 (al menos en PS4, y en PC está bien optimizado) junto a unos controles que responden a la perfección en todo momento. Cada nivel está diseñado para explotar al máximo esta fluidez, con saltos, volteretas y ataques encadenados continuamente.
Su otra gran baza, como decía, es el coleccionismo. Para desbloquear armas, escudos, habilidades y diferentes bonificaciones, las cuales no son precisamente pocas, tendremos que encontrarlos a lo largo de nuestros diferentes intentos derrotando enemigos principalmente. Al iniciar cada intento vamos a pasar por medio de una larga sala llena de frascos que representan los desbloqueables del juego, aquellos que tengamos aparecerán llenos y los que no vacíos, incitando a jugar y jugar para ver que nos queda por desbloquear y que será, también si tendremos la suerte de encontrar novedades.
Destaca dentro de los dos géneros que mezcla
En este roguelite los niveles no son lineales, sino que tiene diferentes rutas para llegar al jefe final. Muchos de estos caminos los encontraremos bloqueados al inicio y necesitaremos recoger una serie de runas que nos dan habilidades para poder acceder a los nuevos niveles. Al igual ocurre por ejemplo en Metroid, que hasta que no tenemos cierto tipo de disparo o habilidad, no podemos acceder. Y es bien curioso, porque todos los caminos llevan al mismo destino, pero la cantidad de exploración que ofrece cada uno y los secretos de los mismos, hace que en ocasiones nos olvidemos que, si morimos, toca empezar desde el inicio. Lo mejor de todo es que cada una de estas zonas tiene un apartado artístico totalmente diferente, de manera que no termina siendo repetitivo visualmente.
Para ir acabando el análisis os comentaré también que en lo que respecta al apartado visual. Antes he hablado de la variedad visual de los niveles, pero no solo hay que destacar eso, se nota que en Motion Twin han trabajado de manera minuciosa para crear un juego 2D pixel art donde no falta un solo detalle, cada animación, personaje, enemigo y nivel, nos sorprenderá en cada instante. Para que os hagáis una idea, os dejo aquí un artículo de Gamasutra en el cual nos explican el proceso de animación: artículo.
También la banda sonora está muy trabajada con una amplia variedad y muy a tono con lo que se refleja visualmente en pantalla, algo que personalmente como fan de las OST de videojuegos, agradezco de manera increíble. El hecho de no sufrir constantemente un maltrato auditivo con el mismo tema en bucle, ayuda increíblemente a que se pueda disfrutar de una experiencia donde la base es repetir. Sí aun no tenéis el juego y queréis escuchar un poco la podéis encontrar aquí.
Conclusiones
Tal y como un año atrás predije en su versión de acceso anticipado, Dead Cells tiene todos los ingredientes para un acabado perfecto, considerándolo por mi parte uno de los mejores “Roguevania” que he visto a día de hoy. Motion Twin ha puesto el alma en cada aspecto del título, consiguiendo algo memorable, tanto en lo jugable, artísticamente y musicalmente. La única pega, y que realmente me apena, es que ha pasado algo desapercibido en este mercado que últimamente está tan ajustado entre las compañías grandes que tapan los pequeños lanzamientos. Así que bueno, en definitiva, si lo que estás buscando es un título para entretenerte, pasar horas, divertirte y disfrutar de algo de dificultad, Dead Cells es lo que buscas.