Demon’s Souls Remake – Mi razón para comprar PS5
Desde que se anunció Demon’s Souls Remake este verano con su tráiler, en el cual veíamos la presentación del juego ya hecha para PS5, tenía claro que PlayStation 5 iba a ser una compra segura por este juego. No es que sea lo mejor de la historia, porque eso va mucho en gustos, y más en relación a juegos como Demon’s Souls, pero es que en su día en PlayStation 3 fue de los juegos que más disfruté. Lo alquilé, me lo terminé y me pasé un tiempo buscando una copia GAME tras GAME, incluso compré una edición en japonés para jugarlo, sin tener ni idea de que estaba leyendo.
Pero la magia del juego que comenzó la carrera de From Software en los souls, es algo que nunca se va, ni cuando salió en 2009, ni ahora con este remake 11 años después. El equipo de Bluepoint Games, que se ha encargado de este remake, ha sabido hacer muchas cosas bien, muchísimas, pero hay algunas cosas que podrían haber mejorado más. Así que sin mucho más, vamos al análisis de Demon’s Souls Remake.
Un recuerdo exacto
Cuando hablamos de un Remake, normalmente se espera un título que sea fiel al original, mantenga el juego prácticamente idéntico a cómo era a nivel de mecánicas, pero con algunos apartados renovados, como es el gráfico, y alguna que otra mejora de calidad general. En la anterior generación hemos visto varios remakes que eran muy deseados, muchos de ellos cambiando más de lo que creíamos (para bien), pero en el caso de Demon’s Souls, lo cierto es que es casi más un «Remaster» de cara al usuario final. Sí, el juego se ha rehecho, y se han mejorado muchísimas cosas, pero el resultado final, es prácticamente un calco de lo que jugamos en PlayStation 3. Aclaro, que me refiero en cuanto a historia y jugabilidad, pues visualmente es un cambio espectacular.
Demon’s Souls Remake es un clon del original, en más de un sentido, y es algo que creo que todos los fans del juego esperábamos. No necesitamos que se añadan nuevas cosas, ni complejidades, aunque hay alguna que otra. Queríamos nuestro juego de PlayStation 3 adaptado a PlayStation 5, pero con mejoras como un importante nuevo apartado visual y algunos cambios que solucionan varios problemas de los que teníamos en su día, como el almacenamiento o la tendencia de mundo online. Ahora bien, sabiendo que Demon’s Souls Remake es la «misma experiencia» que nos brindó en su día, vamos a repasarla poco a poco, porque es el título con el que todo comenzó.
Comenzando nuestro viaje a Boletaria
Antes de irnos al reino de Boletaria, tendremos que pasar por la creación de nuestro personaje. Este típico apartado del juego en el que perdemos 30 minutos para que luego apenas nos fijemos en el personaje. Al tratarse de un remake, es obviamente diferente del original, de hecho, la mejora aquí es bastante sustancial respecto al original. Ahora hay muchas más opciones de personalización relativas al aspecto físico, permitiendo que nuestros personajes destaquen más gracias a la configuración de cada aspecto, o al menos que parezcan más únicos. Por supuesto también contamos con una amplia gama de personajes predeterminados para escoger y no complicarnos, así como la fantástica opción de aleatorio, que crea menos monstruos de lo que me esperaba.
En lo personal, soy más de escoger un personaje predeterminado y para delante, ya que soy más fan de la acción. Pero visto lo que llega a hacer la gente con un buen editor de personajes, la verdad que aquí van a hacer cosas muy interesantes.
Respecto a las clases iniciales disponibles todo sigue igual, se mantienen las que conocíamos en la versión original, bastante variadas y pensadas para jugadores diferentes. Algunas harán más fácil nuestra partida, otras igual requieren de más habilidad. La principal novedad, si no me equivoco, es el anillo de providencia, un nuevo anillo que puedes coger como regalo inicial y que nos otorgará una mejora de adquisición de objetos. Una vez escogemos nuestro destino, es hora de enfrentarlo.
Desde el Nexo por Boletaria
A diferencia de los títulos posteriores, Demon’s Souls tenía una clara separación de niveles, sirviendo como punto común a todos estos el Nexo. Para los que no jugasen nunca a Demon’s Souls, el nexo es una especie de «El sueño del cazador» de Bloodborne. Desde aquí podemos acceder a todo cuanto necesitamos, exceptuando algunos NPCs específicos de los diferentes mundos, pero subiremos de nivel, compraremos, accederemos a nuestro almacenamiento, aprenderemos hechizos… Es sin duda el lugar más importante, y el que nos llevará por las 5 archipiedras a distintas partes del reino de Boletaria.
Los veteranos veremos que es un sistema que sigue igual, incluso en el menú de tendencias se incluye la archipiedra que nunca llegó al juego, y que ojalá hubiese llegado en este remake. Y aun siendo algo tan antiguo, para mi es lo que mejor funciona, pues una vez tenemos la posibilidad de viajar a todas las archipiedras desde una misma, se ahorran muchos caminos.
En su día, lo mejor de viajar por los diferentes niveles de Demon’s Souls era que cada uno es una experiencia muy diferente: el fuego en los túneles, los enemigos voladores de la isla, el veneno y la plaga del valle o incluso el mundo mágico de Latria. Hoy día el motivo para volver a todos y cada uno de ellos es sin duda el nuevo apartado visual, ya que algunos, siendo honestos, merecían un mejor trato en su versión de PlayStation 3 el cual por, supongo potencia de la consola, no se llevó a cabo.
Me refiero a zonas especialmente oscuras, como Latria, donde no se veía prácticamente nada a la distancia y se perdía mucho detalle del mundo, o el valle, donde gracias a una buena iluminación ahora agobia más pero también se disfruta más. Algunos incluso gozan de una mejor construcción como es la isla, donde los desniveles se aprecian muchísimo más.
Por supuesto, sigue siendo un título que juega cierto factor nostalgia en mi caso, y siempre hay ganas de rejugarlo, por lo que en lo personal lo hubiese hecho con y sin mejoras gráficas. Es decir, que, si me llegas a dar la posibilidad de meter mi disco de PlayStation 3, yo ya hubiese sido feliz.
Mejoras que eran necesarias
Además del apartado gráfico, en el que tanto insisto, el juego trae algunas novedades interesantes que hacen del título algo mejor de lo que disfrutamos en su día. Sin ir más lejos, hay una fantástica novedad relacionada con el inventario y el peso del mismo, ya que, recordemos, aquí teníamos peso de inventario. Ahora al ir a recoger objetos que no entran por peso en el inventario, podemos enviarlos directamente al almacén, aunque esto no se aplicará a ciertas armas que se recogen de manera especial. También podemos vaciar nuestro inventario mandando las cosas al almacén desde ahí mismo. Sin duda, la mejor novedad en calidad de vida, que era lo que más molestaba en el original.
Aunque esto no acaba aquí, pues también se ha añadido el maravilloso esquive omnidireccional, que facilitará la vida de muchos y bien usado es una herramienta más para acabar con los enemigos. Se puede usar el acceso directo de atajos, para el que no lo sepa: si mantienes el botón de cambio de objetos, vas al primero que tengas colocado. Las hierbas también ha sido un aspecto que se ha retocado, teniendo ahora límite dependiendo del tipo de hierba que sea, aunque el farming de estas va a acabar siendo el mismo de siempre.
Por supuesto, no se iba a quedar en simples mejoras, pues también se ha añadido un par de piezas de equipamiento más, como por ejemplo los nuevos anillos que se comercian con el cuervo, o el set del penetrador, que viene cargado de un increíble trabajo para conseguirlo, del cual hablaremos en breves. También se han refinado las animaciones en general, incluso hay expresiones faciales bastante interesantes, así como las de los impactos críticos entre otras cosas.
Nuevas sorpresas y mejoras en la tendencia
Y como estoy sacando este análisis algo «tarde», creo que podemos hablar del añadido de la «puerta misteriosa», algo que mantuvo a la comunidad del juego un par de días ocupada para descubrir cómo se abre. Resulta que, de igual manera que añadieron un enorme huevo de pascua en Shadow of the Colossus, lo han hecho con Demon’s Souls Remake. Si invertimos 25.000 almas en la estatua del nexo, ganaremos acceso a un nuevo modo de juego, en este el juego estará invertido, cual espejo, y además se encontrará una serie de monedas ocultas bajo las condiciones de tendencia pura blanca o negra. Un «pequeño» añadido que le ha dado vida de más al juego dentro de la comunidad, una pena que ahora ya se sepa dónde está todo.
Hablando además de la tendencia, esta ha sido algo más depurada, sencillamente porque ahora se trata siempre de manera individual. Para los jugadores veteranos, es todo un acierto, ya que en sus inicios digamos que esto era un poco infernal al tratarse de una tendencia «online». Ahora la única tendencia que cambia en online es la de personaje, mientras que la del mundo dependerá de nuestros actos en cada mundo, siendo mucho más sencillo llegar a las tendencias puras de cada uno de ellos.
De paso podemos hablar del online del título, que ahora cuenta con las «modernizaciones» que hemos visto en las siguientes entregas de la saga, contando ahora con un sistema de contraseñas para jugar con conocidos. Decir que está todo bastante movido a día de hoy, tanto para cooperación como invasión, aunque eso sí, la experiencia personalmente no ha sido la más deseada. Tampoco lo ha sido nunca en la saga con el online, exceptuando los momentos de cooperación con amigos, pues lo cierto es que las conexiones nunca son de lo más estables y el lag juega muy malas pasadas con desconocidos, tanto en cooperativo como en plena invasión.
Mismos Fallos
Pero hablando de fallos, hay un aspecto que personalmente me ha traído de malas durante todos mis runs. Hay que tener en cuenta que he ido a por el platino del juego, que, aunque no es difícil, si te decides algo tarde, pues vas a echarte un par de partidas seguramente para conseguirlo. Esto equivale a muchas horas de juego mediante las cuales repites de principio a fin, y al final te das cuenta de que hay algunos fallos que siguen ahí.
El primero de todos, y más notable, es la inteligencia artificial del juego, que no hace gala de ser la mejor ni siquiera tras un remake. No voy a hablar mucho de los enemigos básicos del juego, que con alguno he tenido serios problemas como incluso que se vuelvan invulnerables (excepto por daño crítico), sino de los jefes, especialmente el Desollador (adiós Devorador de hombres). Es el ejemplo perfecto de que la IA del juego no se ha retocado en exceso, pues este jefe sigue teniendo el mismo comportamiento errático que en su día, perdiéndose en la lejanía, andando por el aire o atascándose debajo del escenario donde peleamos.
Otro problema que recuerdo perfectamente del juego, es de las colisiones. Tanto las de algunos ataques, como las de los escenarios donde hace falta hacer cierto parkour. He visto exactamente los mismos puntos traicioneros que teníamos en el original, por ejemplo, en algunas secciones de ciudad túnel.
Y por supuesto, algo que parece ya tradición en la saga, independientemente del estudio y del año, es la cámara. Ya conocemos alguna muy traidora en la saga, y de hecho recordamos perfectamente que en Demon’s Souls de PS3, esto era algo que incluso entorpecía gran parte de los combates contra jefes. Al igual que con la IA, me voy a centrar en un ejemplo de esto, que en este caso es el «Acechador Ígneo», donde la cámara y el escenario no juegan nada a favor, siendo mejor combatir sin fijar siquiera al objetivo y controlando nosotros manualmente la cámara.
Personalmente esperaba que estos 3 apartados estuviesen algo más refinados, y que se hubiesen tenido en cuenta para el remake, ya que en alguna ocasión me han dado cierto dolor de cabeza.
Título adaptado a PS5 y al público
Por último, es el momento de hablar del juego en sí en PlayStation 5, su desempeño y las fantásticas mejoras que tenemos simplemente por pertenecer a la nueva generación de consolas. Comenzando por apartado gráfico y rendimiento, el juego cuenta con 2 modos de visualización:
- Rendimiento: prioriza que el título mantenga 60 FPS estables.
- Cinemático: prioriza que el título se vea lo mejor posible.
El primer modo de juego es, no solo el más recomendable, sino el que mejor experiencia de juego nos va a dar. Los 60 fotogramas por segundo, insisto que tendría que ser el estándar desde hace unos años, y títulos como Demon’s Souls son los que más se benefician de ellos. De igual manera, el juego mantiene un aspecto visual bastante espectacular, tanto de texturas, modelados como iluminación. Si optamos por el modo cinemático, que no recomiendo más que para verlo 5 minutos o sacar un precioso pantallazo, tendremos 30 FPS a cambio de un apartado visual más impactante, pero perderemos por completo la fluidez de los 60 fotogramas por segundo.
El modo foto del juego está bastante trabajado por cierto, tenemos muchas opciones, algunas vistas pero otras muy interesantes para Demon’s Souls Remake. Hablo de los filtros, los cuales permiten ver el juego casi desde otra perspectiva, pero es que no solo porque se apliquen al modo foto, sino que se aplican al juego también. Si somos temerosos y no nos gusta la oscuridad, por ejemplo, podemos optar por jugar con algún filtro que aumente la luminosidad, o si echamos de menos la paleta de colores algo más apagada del original, también podemos ponerla.
Sacando partido del potencial de PlayStation 5 encontramos los tan esperados tiempos de carga casi nulos, durando de media estos unos 2-3 segundos. El Dualsense por su parte, ofrece de vez en cuando, si queremos, la resistencia en los gatillos con algunas acciones y una vibración «inmersiva». La vibración, de hecho, ha sido casi más favorable que el efecto gatillo, ya que cuando tenemos algún hechizo como encantar arma, este vibra muy flojito, simulando el «aura» de nuestra arma. No todo se limita a nuevos efectos visuales y partículas, hay más elementos como este que influye en una buena inmersión en el título.
Y bueno, por supuesto, también contamos con un buen trabajo de adaptación a nuestro territorio, contando con una localización a nuestro idioma y, de manera increíble, también doblaje al completo, tanto de la parte narrativa del juego como de los diálogos con los NPCs. La banda sonora también ha sido rehecha, y se aprecia bastante que es diferente, siendo un apartado que, personalmente, diría que va a ir muy en gustos por el factor nostalgia. La banda sonora remasterizada no es nada mala, pero muchos tenemos grabado a fuego algunos temas como el de Maiden Astraea y es difícil de olvidar.
Conclusiones de Demon’s Souls Remake
Confieso que mi relación actual con Demon’s Souls Remake es de puro amor y odio, una relación dada precisamente por una gran cantidad de horas muy seguidas, en las cuales he podido ir viendo sus virtudes y defectos, siendo estos últimos pocos, pero que como digo, no son tampoco nuevos, son fallos heredados. No cabe duda que el trabajo de Bluepoint Games es algo maravilloso, Demon’s Souls luce mejor que nunca, incluso por encima de lo que nos podíamos imaginar. La experiencia de juego es como nuestra primera vez con el título, aunque eso sí, al fin con 60 fotogramas, y algunos cambios que mejoran dicha experiencia. Se han tomado la molestia de añadir algunas cosillas como más equipamiento o el mundo espejo con ese tremendo huevo de pascua, dándole algo más de vida al juego, aunque se echa de menos que no hayan arriesgado a recomponer la archipiedra que falta. Y bueno, cabe destacar que PlayStation 5 mejora con sus características aún más la experiencia final.
No cabe duda que Demon’s Souls Remake hacía falta, era algo que mucha gente quería, y para los nuevos conocedores de la saga que no tuvieron oportunidad de probarlo, hacerlo de la mejor manera posible. Es un título que todos aquellos interesados en el mundo de From Software debe probar, ya sea para iniciarse (que tampoco es tan difícil) o para saber qué es lo que nos enganchó a todos en su momento. Sin duda, uno de los mejores trabajos de Bluepoint Games hasta la fecha.
Nota: 9/10
*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de PlayStation España.