Doom Eternal – Análisis PC (Steam)

Doom Eternal: el regreso del rey

No es para nada descabellado si comienzo este análisis diciendo Doom Eternal es el regreso del rey los FPS. Y ha vuelto mejor que nunca. Desde el primer Doom hasta hoy día, es una saga que se ha mantenido en muy buena línea, especialmente en sus últimos años. En 2016 disfrutamos de la primera entrega de «nueva generación», la cual nos dejó a todos bastante encantados, pero ahora, 4 años más tarde, llega Doom Eternal. Y traigo buenas noticias, es todo cuanto se podía esperar de id Software y de una continuación de la anterior entrega. Así que bueno, vamos a contaros en este análisis lo que hemos vivido con Doom Eternal

La tierra no podía tener mejor salvador que la leyenda cazademonios… Doom Slayer.

Una campaña de infierno

Vamos a comenzar hablando, ya de manera directa, de la campaña de Doom Eternal. Creo que no hacen falta muchas más presentaciones al respecto, porque si algo tiene Doom, es que todos sabemos a lo que venimos: aniquilar demonios.

La historia de la campaña, como de costumbre, se centra en la vuelta del infierno en la Tierra, pero esta vez… De una manera un poco más exagerada, ya que están involucradas las diferentes «facciones» que existen en este universo. En especial cobra mucha importancia los Maykr, ya que son quienes están planeando usar la Tierra como sacrificio para asegurar la supervivencia de los suyos. Nuestra misión: acabar con todos ellos y evitar el infierno en la Tierra sin importar qué.

Sorprendentemente, este Doom viene con mucha más carga bajo mi punto de vista en lo que se refiere al lore. Mediante los diferentes códices e incluso alguna que otra parte de la historia principal nos enseñarán sobre este universo, incluyendo el origen del Slayer.

A lo largo de los 13 niveles disfrutaremos de la infernal belleza que nos ofrece este título, ya sea en la Tierra, en Urdak, Taras Nabad o Exultia entre otras localizaciones. Una de las cosas que me ha gustado de la campaña es que, aunque su base sea tirar para adelante y matar, es bastante dinámica y con muy pocos momentos de calma, por lo que además de bestial es entretenida. También podemos explorar de vez en cuando en busca de secretos, aunque todo esto lo tocaremos un poquito más adelante.

Terminar la campaña me ha llevado entre 12 y 13 horas en dificultad Ultraviolencia, pero teniendo en cuenta el plus de rejugabilidad para terminar de buscar secretos, solo con la campaña ya tendremos para un rato largo.

Niveles más grandes y más exploración

Si en términos generales la campaña es buenísima, hablemos un poco de sus niveles. Mientras que ya disfrutamos de un excelente diseño en la anterior entrega, cosa que se repite en este, aquí encontramos misiones más largas y algo más abiertas.

Todas las misiones del juego tienen un ritmo bastante similar, alguna con un poco más de descanso, pero que se acaba rápidamente. Generalmente avanzaremos, cogeremos alguna llave de acceso, y así hasta el objetivo final, eliminando cientos de demonios en el camino. Hay muchas partes de enfrentamientos desafiantes y contra muy buena cantidad de enemigos, al menos en la dificultad jugada.

Ahora, en lo que más cambio he notado en los niveles, es la verticalidad. Gracias a los nuevos movimientos del Slayer, como son la carrera, junto al doble salto y el agarre en ciertas superficies escalables permite un diseño más amplio, y como digo, en vertical. Se aprovecha bastante esto para crear buenas situaciones de combate, pero también para la exploración de los niveles.

Por lo general, ahora el Slayer es mucho más ágil gracias a las nuevas habilidades y esto se aprovecha en todos los sentidos. Agarre en paredes, saltos de barandillas, agarrándote a bordes donde llegas muy justo, desplazamientos rápidos con la carrera… Es una auténtica gozada en el combate. Quizá lo único que le ha fallado, han sido las fases acuáticas de camino al final, que se notan de muy lentas y rompe el ritmo general.

Para los más exploradores, podrán disfrutar buscando los secretos que se esconden en el juego, desde archivos del códice, discos de trucos muñecos, etc.

Jugabilidad excesivamente frenética

Vamos al núcleo de Doom Eternal, su jugabilidad. Desde la primera entrega en el 93 estamos acostumbrados a un ritmo frenético de juego, y por norma general siempre ha sido así. A fin de cuentas, es lo que acompaña a las habilidades de nuestro personaje. Desde el primer momento en el que comenzamos a jugar Doom Eternal, nos lo dejan claro: matar y ejecutar a cada demonio. Literalmente comenzamos dando escopetazos.

Se mantienen las «Glory Kills» (ejecuciones) para acabar con los demonios junto a un par de accesorios nuevos, que, si bien dominamos su conjunto, no se nos hará tan difícil la aventura, Ya que depende del recurso que necesitemos acudiremos a diferentes formas de matar a los demonios:

  • Motosierra: si necesitamos munición, hay que cortar en 2 algún demonio. Recordad que, a mayor categoría de demonio, más gasolina necesitaremos. Por lo general casi siempre hay algún bidón cerca en los combates.
  • Lanzallamas: un nuevo añadido más que jugoso. Una vez que hemos prendido fuego a los enemigos, estos soltarán armadura.
  • Granadas: no es que sean específicas para un recurso, pero hay 2 variantes: fragmentación y hielo. Las primeras harán daño general y las otras congelarán a los demonios.
  • Glory Kills: como de costumbre las ejecuciones nos otorgarán salud, así que son esenciales para sobrevivir.
  • Puñetazo Sangriento: esta nueva habilidad permite hacer un ataque cuerpo a cuerpo que eliminará a los enemigos más débiles de una, y soltarán salud. También sirve para eliminar algunas partes de demonios, y en general, para hacer daño.

Junto a esto, están las habilidades que he comentado en la sección anterior, y el enorme arsenal que, aunque sea mayoritariamente el mismo de siempre, hay algunos extras como la espada del crisol que permite eliminar a los demonios de 1 solo golpe.

Y bueno, qué decir de los jefes finales de esta entrega… Cada uno de ellos con una mecánica diferente y espectaculares, además de ser combates desafiantes y acompañados de una banda sonora que motivaría incluso al mismísimo satanás a matar a sus súbditos. Especialmente el combate final, totalmente inesperado y el que más he disfrutado del título.

Diseño de combate: mezclando el shooter con la estrategia

En lo que se desarrolla el frenetismo del combate, entre disparos, explosiones y ejecuciones, hay un factor a tener en cuenta: los puntos débiles. Esto acaba haciendo que muchos combates se vuelvan casi un acertijo entre que matar primero y que punto débil eliminar. Como muchos ya sabéis por los tráilers e información, hay algún enemigo de regreso como el arachnotron, que porta una torreta a su espalda.

El punto de esto está en que todos los enemigos tienen unos puntos débiles a tener en cuenta en mitad del combate. Por ejemplo, al arachnotron podemos quitarle la torreta, haciendo que no pueda atacar desde lejos, y entonces encargarnos de lo que tengamos más cerca. Esto mismo se aplica a otros demonios, como quitar las armas principales al mancubus o las torretas de misiles de los revenant. Sin ir más lejos podemos eliminar los cacodemonios con una simple granada en su boca y realizando una ejecución.

Al principio es posible que nos cueste acostumbrarnos a esto, ya que no es lo más «normal», pero es precisamente lo que dinamiza los combates. Puede que estés rodeado de demonios, pero si te sabes sus debilidades y qué es lo que te favorece, hace que los combates sean una muestra del potencial máximo del Slayer.

En conjunto, lo que tenemos es un combate donde lanzas granadas, quemas a los enemigos, recoges armadura, buscas al que te ataca desde lejos, eliminas su punto débil, te centras en los que tienes cerca… Acabas priorizando casi de manera automática al final el orden de eliminación. Personalmente, creo que ha conseguido redefinir el concepto de FPS en pleno 2020.

Recalcar que, si somos un poco malos, hay vidas extras en el juego que nos harán revivir de inmediato.

Mejorando al Doom Slayer

Si pensábamos que el Slayer de por si está potente, no os preocupéis que como de costumbre se puede mejorar, tanto sus armas como sus habilidades. Esta vez se divide en bastantes categorías diferentes que explicaremos a continuación:

  • Mejoras de armas: conseguiremos puntos de armas por completar los diferentes enfrentamientos del título, incluidos jefes, enfrentamientos ocultos y algún que otro desafió. Estos puntos los canjearemos en las diferentes mejoras de armas previamente compradas, para añadirles bonus extras.
  • Runas: llegan con un sistema diferente al del anterior título, aquí las encontraremos sin más en los niveles y se nos deja escoger cual desbloquear. Simplemente nos dará una bonificación pasiva, pudiendo escoger hasta un máximo de 3.
  • Fichas de pretor: como sucedía en la anterior entrega, podemos mejorar nuestro traje mediante estas fichas. Mejoras de mapa como encontrar secretos, hasta ambientales para aprovechar los barriles o poder disparar más granadas.
  • Cristales de centinela: con estos mejoraremos la salud, armadura o munición del Slayer, además de conseguir habilidades pasivas extras.

Principalmente con esto, es con lo que acabaremos lo suficientemente «OP» como para enfrentar a cada demonio que ose ponerse delante de nosotros. Muy interesante en general el sistema, ya que, si jugamos explorando, de camino al nivel final habremos encontrado casi todas las mejoras.

Secretos y rejugabilidad

Si bien hemos acabado el juego hay diferentes cosas que nos quedan por hacer si no hemos terminado el 100%, entre esto se encuentra la búsqueda de secretos, terminar de conseguir las mejoras y desbloquearlo todo. Doom eternal tiene una alta cantidad de coleccionables que recoger entre los que se encuentran los muñecos, entradas del códice, discos de vinilo, baterías centinelas para desbloquear cosas en la fortaleza del destino, los diferentes puntos de mejoras o incluso las llaves del empíreo.

También hay más cosas centradas en la jugabilidad como los hitos y desafíos para desbloquear personalización del Slayer, por lo que, si queremos todo, hay muchas horas por delante. Eso sí, contamos con la ayuda de las mejoras en el traje para encontrar todos estos coleccionables, así que tocará jugar una segunda vez como mínimo.

Por otro lado, dentro de la rejugabilidad, está el poder jugar con trucos y los niveles maestros. Estos últimos ofrecen un desafío extra por encima de lo normal, con muchos más enemigos y más fuertes en sitios donde antes no estaban.

Battlemode: Slayer contra demonios

Ahora bien, algo que no me ha terminado de convencer ha sido el cambio del multijugador a un 2 VS 1, que personalmente no me encaja. Creo que Doom es un juego que debería apostar siempre por el multijugador clásico estilo Deathmatch.

En este modo de juego el Slayer se enfrentará a 2 demonios, controlados también por otros jugadores. El Slayer hace uso de las mismas armas y habilidades de la campaña, mientras que los demonios, aparte de sus habilidades, pueden bloquear la recogida de botín e invocar diferentes demonios inferiores. Se hacen diferentes rondas tras las cuales cada equipo puede conseguir unas mejoras, y cuando sale un ganador de 3 rondas se acabó.

Los jugadores que estén en el lado de los demonios pueden escoger entre una selección de estos, y combinar la selección junto al del compañero para crear estrategias de combate contra el Slayer.

Ahora bien, como digo, personalmente es un modo que no me agrada, o bien el Slayer se ve superado por los demonios o viceversa, depende mucho de la habilidad de cada jugador. Prefiero infinitamente un Deathmatch clásico sobre este modo. Puede que sea de agrado a otros jugadores, incluso encuentren diversión, pero para mí esa diversión esta en la campaña.

Rendimiento en PC

Y ahora hablemos del rendimiento del título en PC, algo en lo que siempre ha destacado id Software. Con Doom (2016) ya pudimos ver la bestia que se traían entre manos hablando de rendimiento, y Doom Eternal es exactamente igual. El equipo en el que se ha jugado el título es:

  • GTX 1060 6gb OC
  • Ryzen 1600x 3,9Ghz
  • 16 GB Ram 3000Mhz
  • SSD NVME M.2 1TB

Comenzando por que el título tiene una increíble cantidad de ajustes gráficos, debo destacar que en general he jugado a resolución 1080p@60fps con el preajuste de pesadilla, con caídas en momentos muy puntuales, pero de no más de 5 o 10 fps. Mientras que el título en resoluciones 2k ya me ha dado algún problema para mantener los 60 fps estables, incluso en resoluciones bajas, estando siempre entre 45-60 fps. Por otra parte, intentar jugar a 4k con mi equipo resulta imposible a 60 FPS, aunque en calidad baja se mantiene bien entre 25.30 fps de media (Nvidia manda refuerzos).

Aunque sí que hay una cosa que he notado, la calidad gráfica del juego en general es bastante buena, incluso con el juego en bajo a 1080p se ve bien, sorprendentemente bien. Y también quiero hacer mención especial a la cantidad de ajustes de accesibilidad que tiene el juego, desde el soporte para daltónicos a diferentes ajustes como subtítulos más grandes, reprogramar teclas, soporte a mando, etc.

Incluso incluye un modo foto que está en fase beta y solo he podido toquetear conectando el mando, ya que con el teclado ni siquiera me carga. Pero bueno, está en beta, y espero que la fase final sea mejor, porque lo poco que he podido tocar esta chulísimo.

Mick Gordon lo ha vuelto a hacer

Y no podía acabar este análisis sin comentar la estupenda banda sonora que Mick Gordon ha vuelto a aportar al título. Temas conocidos, temas nuevos, todo suena genial y como siempre es buen Metal. De vez en cuando tenemos algunas melodías más suaves cuando no hay enemigos, pero rápidamente se intensifica, siendo todo un deleite de transiciones de una pista a otra. Os dejo un vídeo de cómo se hace esta maravilla de OST, porque incluso el diseño de sonido es genial.

Conclusiones

Doom Eternal es, efectivamente, eterno. El retorno de Doom debería ser algo que sucediese cada 4 años y plantando cara, sin comparar, a los shooters actuales, dejando claro quién es el rey. Vuelve a retomar todo lo bueno que sabe hacer, en una nueva entrega, mejorándose tras cada una de ellas. No le pedía mucho más que mantenerse en lo que vimos en 2016, pero es que se ha superado. Mejor diseño de combate, más visceral, más estratégico, una campaña bestial con buena duración y diseño de nivel, buena música, rejugabilidad y futuras actualizaciones, que espero, solo mejoren el título. Solo me quedo con la espina clavada del multijugador, pero es que con todo lo demás ¿para qué lo quiero?

Doom es eterno, el Slayer es eterno. Larga vida a Doom.

Nota: 9.5/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Ziran.