Un divertido viaje a lo desconocido repleto de guiños con un toque de Zelda.
En la actualidad muchos nostálgicos recibimos con brazos abiertos toda experiencia que nos promete algo parecido a The Legend of Zelda o al mítico Earthbound. Algo que, los estudios independientes notan y rápidamente buscan capitalizar esta atracción agregándole su propio toque especial.
Gracias a la desarrolladora Pixpil de la mano de Meridiem Games, tenemos el privilegio de jugar Eastward, un juego que a título personal considero un triunfo en todos los aspectos. Esto al brindarnos una narrativa armoniosa junto con un estilo gráfico retro lleno de mucho color que le inyecta vida a este mundo fantástico.Su historia es entrañable con divertidas referencias
Ambientado en un mundo distópico futurista donde aparentemente un cataclismo ha afectado a los humanos y los ha obligado a vivir en mínimos históricos, una extraña presencia tóxica de miasma se ha expandido en todo el mundo por lo que asentamientos humanos se ven obligados a vivir bajo tierra.
La narrativa nos presenta a John, un minero de pocas palabras que en una de sus expediciones se encontró a Sam dentro de una extraña cápsula, por lo que decide adoptarla. Ambos viven en relativa paz hasta que Sam empieza a tener visiones sobre la superficie y su deseo de salir al exterior la motiva a aventurarse a una zona prohibida de la Isla Cantasija.
Sam y John son expulsados por el alcalde, iniciando su aventura al desconocido exterior a descubrir asentamientos tan bellos como extraños que están plagados de amigos extravagantes como enemigos extraños y peligros inesperados.
Lo poco sociable de John es altamente compensado con Sam, que habla hasta por los codos. Además de ser una niña muy sobrada con secretos que poco a poco irá descubriendo con el avance de nuestra aventura.
Si bien, la narrativa puede ser un poco seria, rápidamente la locura empieza a hacerse presente con cada PNJ con el que interactuemos, con referencias chistosas y encanto en cada dialogo, mientras vamos conociendo su gran mundo, para después dar vuelta a la página y devolvernos a esa atmósfera lúgubre con un pequeño giro argumental. Todo esto para motivarnos a seguir avanzando para ver qué es lo que les espera a John y Sam en esta irreverente aventura.
En la jugabilidad sabe ponernos a prueba en sus mecánicas con curiosos acertijos de entorno
Estamos ante un juego de acción-aventura con un toque RPG y solución de acertijos, en donde deberemos explorar el mundo con una perspectiva isométrica. En nuestra aventura estaremos en calabozos en donde será necesario superar pequeños acertijos de entorno, con coleccionables que nos incrementa el número de corazones de vida y peleas contra jefes.
Tenemos la posibilidad de intercambiar entre John y Sam. John está equipado con su fiel satén multipropósito que le permitirá cocinar jugosos platillos con efectos temporales y atacar a los enemigos, además de contar con bombas. Mientras que Sam cuenta con magia que le permite paralizar enemigos e iluminar algunas zonas. No se cuenta con la habilidad de esquivar, así que es muy importante estar en constante movimiento.
Conforme vamos progresando el juego nos va enseñando sus mecánicas de forma muy intuitiva a tal grado que al atorarnos en alguna sección solo basta con poner atención al escenario para descifrar qué arma debemos utilizar para abrirnos paso.
Los enemigos al derrotarlos de forma poco común dejarán caer corazones, así que será necesario viajar al pueblo más cercano para reabastecernos de ítems, gracias a su sistema de juego rápido nuestro ritmo de avance no se ve afectado.
En determinados momentos en las mazmorras tendremos que separar a nuestro dúo por distintos caminos para poder ayudar a uno avanzar haciendo uso de sus habilidades únicas para superar los obstáculos. El mapa nos ayuda a localizar nuestro objetivo, en caso que hayamos perdido el camino.
En otras secciones estaremos apoyando a nuestro dúo a vivir una vida tranquila en tareas como arrear cerdos voladores, mientras que en otros tendremos que escapar cagando leches por nuestra vida. Eastward nos ofrece mucho por explorar de forma opcional, pero, que vale la pena realizar, ya que encontraremos secretos y mejoras que nos harán la vida más sencilla.
El juego cuenta con función de salvado automático con cuatro ranuras distintas dentro de la misma partida. Las peleas contra jefes no son muy desafiantes y requieren más astucia, ya que el entorno nos dará pistas de cómo responder los ataques.
Dentro de Eastward tenemos un pequeño JRPG de pelea por turnos, llamado Earth Born que es una mezcla entre Dragon Quest y Earthbound de 8 bits, el cual está muy bien trabajado en sus mecánicas, a pesar de lucir bastante simple.
En lo gráfico es un imaginario que sabe encantar a la vista
El juego corre a una resolución de 1080p a 30 fps estable en una Nintendo Switch en modo sobremesa mientras que en modo portátil va a 720p. Su rendimiento es estable todo el tiempo, mas, sufre de constantes cierres inesperados, así como hipos gráficos cuando hay muchos enemigos en pantalla, algo que por fortuna no es devastador en razón que el juego de forma continua salva nuestro progreso. Aunque, es muy molesto estar jugando o viendo una cinemática cuando de repente el juego nos expulsa de la partida.
Eastward es verdaderamente hermoso con su estilo de 16-bit, cada escenario que visitemos brilla con su propia personalidad con un excelente trabajo en la iluminación, asimismo, cada personaje con el que interactuamos se distingue muy bien con diseños intrigantes y curiosos. Se nota claramente su inspiración en la animación japonesa noventera.
Su banda sonora es cautivadora
En lo musical me ha maravillado el compositor Joel Corelitz (quién ha participado en juegos como Death Stranding, Halo Infinite, The Unfinished Swan y Gorogoa), supo llenar de vida cada pueblo que visitemos y se siente único no solo por su diseño, también con sus melodías correspondientes con ese toque misterioso que sabe acompañarnos mientras exploramos el área. En las peleas, la acción sabe hacerse presente y se siente la tensión con cada uno de sus tonos.
El título no cuenta con actuaciones de voz, afortunadamente todos los textos y menús tienen traducción en perfecto castellano localizado. Constantemente solté carcajadas con cada ocurrencia y lo bien que se adaptaron las frases a nuestro idioma me hicieron gozar el juego como pocos.
Los diálogos se ven a través de globos de texto, aunque tenemos posibilidad de activar subtítulos adicionales para que aparezcan en la parte inferior de la pantalla y no perdernos de ningún detalle. A pesar del enorme trabajo en la traducción, ocasionalmente uno que otro signo de puntuación no es el correcto en su apertura y hubo alguna referencia de género mal indicada al referirse a un hombre. El tamaño de los textos es magnífico y sin importar que juguemos en modo portátil o TV, se lee todo a la perfección.
Conclusión
Eastward es una joya oculta como pocas, gracias a su narrativa sencilla que sabe incentivarnos a seguir adelante, así como su estilo de juego que sabe aplicar las mecánicas de los míticos juegos de aventura con acertijos que saben ponernos a prueba sin sentirse forzados. Nos puede tomar alrededor de 25 a 30 horas superar la aventura principal, sin embargo, su mundo es tan cautivador que con facilidad podremos perdernos por más horas buscando sus secretos ocultos.
Su arte pixel retro es una perla llena de encanto con un toque lúgubre. Su rendimiento es muy bueno con uno que otro cierre inesperado, musicalmente nos transporta a su mundo gracias a sus bellas melodías, cuenta con textos excelentemente localizados en castellano vía actualización que adaptan muy bien las ocurrencias de este bello y alocado mundo distópico.
9,5
*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido jugado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Meridiem Games. Se jugó la versión 1.1.5