Final Fantasy VII Remake – El remake de la nostalgia
Todavía recuerdo esas tardes cuando era pequeño jugando a Final Fantasy VII, el original, sin llegar a comprender lo que estaba haciendo del todo, y años más tarde, con más conocimiento, ir entendiendo de que trataba este título. Fue uno de los primeros RPGs que jugué, y junto a muchos otros definieron mis gustos en el género. No hace falta ser un nostálgico para darse cuenta de que Final Fantasy VII Remake es algo que prácticamente todo fan de la saga está deseando. Desde que el original se lanzó el 31 de enero de 1997, hasta este 10 de abril de 2020 hemos tenido que esperar para disfrutar de esto, en una generación llena de remakes y remasters.
Nos hemos puesto una vez más en la piel de Cloud, cargados de nostalgia por revivir los momentos que hace años vivimos, ver que nos espera, con toda la esperanza de volver a vivir aquella maravillosa experiencia de hace años. Así que os voy a contar que es lo que he visto en Final Fantasy VII Remake, tanto lo que me gusta, como lo que no.
La Midgar que recordamos, pero más profunda
Una de las primeras cosas que voy a tratar es la historia de Final Fantasy VII Remake, pues para conseguir que una parte que en su día duraba entre 4 y 5 horas, han tenido que cambiar y añadir muchas cosas, aunque ya os digo que la historia base es bastante fiel pese a los cambios. El único cambio realmente importante a nivel narrativo lo encontraremos al final de nuestra aventura, punto que discutiré algo más adelante brevemente.
Comenzando un poco con el regreso al original, todos recordamos una historia madura y en una atmósfera muy oscura, Midgar no era precisamente una maravilla de ciudad cuando se hablaba de los suburbios de esta. Por mucho que la ciudad se mostrase bastante tecnológica gracias a Shinra, los monstruos, pobreza y corrupción seguían siendo los grandes males de esta ciudad. Esto sigue así, pero quizá se ha suavizado un poco, Midgar ya no resulta tan oscura en ambientación como lo hacía el original, aunque ahora podemos ver cosas que antes sería imposible.
Midgar está más viva que nunca, podemos ver a su población interactuando entre ellos, saber sus preocupaciones, echarles una mano y ver como nuestras decisiones en la historia acaban afectándoles, aunque nosotros creemos que estamos haciendo el bien. Lo que nos lleva a situaciones que en el original pasan desapercibidas totalmente y aquí pueden permitirse el lujo de desarrollarlas más.
Sí que es cierto que como digo, parte de atmósfera de oscuridad que tenía el original se ha ido, ahora todo es mucho más alegre en cierta medida, exceptuando los momentos delicados de la historia, donde recupera plenamente la esencia del original.
Una mejor narrativa, pero…
El punto más favorable en Final Fantasy VII Remake en la narrativa de esta nueva entrega lo encontramos en el desarrollo de los personajes, los cuales tienen personalidades muy marcadas, y ahora podemos ver cómo es su evolución desde la misión inicial. También se profundiza bastante más en cada uno de ellos, haciendo hincapié en los motivos por los que lucha cada uno y toda su historia personal, cosa que en el original no se hacía. Incluso algunos personajes aparecían apenas unos momentos y pasaban totalmente a un plano muy lejano.
Por ejemplo, ahora podemos ver de mejor manera la evolución de Cloud como persona. Se aprecia plenamente como deja de ser ese «Soldado» tan serio y dedicado únicamente a sus intereses, y comienza a ser una persona más empática y preocuparse por los demás. Al final formar parte de Avalancha le hace bien a Cloud. En el caso de Barret podemos ver su dedicación a su hija, su lucha por el planeta y cómo lo que quiere es realmente dejar un planeta «sano» para generaciones venideras. Incluso Tiffa, de quien en el original si nos contaban bastante, ha ganado algunos puntos en este aspecto.
Como novedades puras en este punto encontramos algunos añadidos a nivel argumental como un capítulo dedicado a Biggs, Wedge y Jessie, que si bien rompe bastante con el ritmo del juego (algo que le dedicaré un apartado), está interesante para aquellos que quieran saber más del resto de personajes. También hay pequeñas cinemáticas y diálogos a lo largo del juego que nos permite aprender más sobre la historia de muchos de estos personajes. En general, sin entrar en spoilers, se ha agregado una buena cantidad de contenido adicional en cuanto a narrativa de personajes.
En cuanto a la historia en general, sucede todo de igual manera que en el original, con pequeños cambios desde el inicio que, si no jugaste al original, podrían no llegar a entenderse hasta casi el final. Por ejemplo, Sefirot aparece muchísimo antes en esta entrega y controla a Cloud de una manera mucho más agresiva. También hay un elemento nuevo, los ecos del destino, que ayudarán en cierto modo a que todo se desarrolle como debería. Incluso tenemos cambios «significativos» que aportan un extra al original, pero hablaremos de todo esto en el siguiente apartado.
Con un ritmo totalmente inconsistente
Aunque todo pueda estar sonando de maravilla, es porque hasta ahora estaba hablando de puntos que el juego ejecuta bien. La narrativa del juego está bastante bien llevada, pero tiene fallos, es un poco de los 2 mundos, una de cal y otra de arena.
Por un lado, cuando el Remake se centra en los eventos del original y los lleva a cabo de seguido, estamos ante una auténtica joya, eso es prácticamente innegable, aunque la nostalgia ayuda bastante a esto, lo reconozco. Sin embargo, cuando se trata de añadir elementos nuevos, no todo lo hace como debería. Hay un par de problemas que pueden llegar a hacer de Final Fantasy VII Remake una aventura un tanto tediosa, y es sin duda su falta de un ritmo consistente.
La aventura comienza, con perdón de la expresión, de putísima madre. Super intenso, muy dinámico, movidísimo y directo a la nostalgia. Es todo lo que un fan del título podría desear. Pero lo malo viene después, cuando la aventura se convierte en una gráfica senoidal del entretenimiento y el aburrimiento.
Al igual que juegas 3 horas de seguido con una enorme cantidad de buen contenido, buena narrativa y unos combates la mar de interesantes, te tragas 2 horas de puros diálogos donde se mezcla lo importante con lo irrelevante, cinemáticas para casi todo, minijuegos que no aportan nada y contenido estirado de manera muy artificial. Incluso sin entrar en detalle a todo lo malo que acabo de nombrar, podemos quedarnos con 2 cosas que son el mayor punto flaco del título: linealidad y contenido irrelevante.
2 puntos débiles a tener en cuenta
Vale, Final Fantasy VII en PlayStation 1 no es que fuese el juego menos lineal de la historia, pero no te acribillaban con tanto contenido extra con el fin de extender su duración. Había zonas con más diálogos o algunos momentos de calma, pero en general echaba hacia delante rápidamente centrándose de nuevo en su argumento principal, al menos en esta misma parte del juego. En el Remake tenemos el gran problema de que, prácticamente todo el juego, es un extenso pasillo con un par de ventanas en las que asomar el hocico.
Podría estar bien si se mantuviese un poco el ritmo entre los momentos tensos y los tranquilos, pero es que es que decae de sobremanera en algunos puntos. También os digo que cuando se pone intenso, se pone muy intenso. Esto lo sumamos a un par de elementos como los maravillosos carteles de dirección prohibida, que ensucian por completo la mínima exploración que tiene el título, y las misiones secundarias, carentes de interés general y basadas en un clásico sistema de recado y/o combate, que hacen un conjunto bastante tedioso.
Imaginad estar peleando contra un jefe final tras unas intensas 2h de combates por el camino, derrotarlo, estar en el punto más alto y que de repente te den una charla de 1h entre cinemáticas y diálogos y que, entre estos, haya cosas de nulo interés para la historia. Es básicamente lo que ocurre y, para mí, el fallo más grande del título. Un poco más adelante retomaremos esto hablando del post-game y cosas que hacer.
Un sistema de combate prácticamente perfecto
Durante las últimas entregas de la franquicia hemos ido viendo diferentes sistemas de combates, algunos mejor y otros peor, pero parece que poco a poco se van acercando a una buena fórmula que equilibre el juego y haga de los enfrentamientos algo épico. El sistema de combate de Final Fantasy VII es lo más cercano a un sistema por turnos hecho de manera actual, al menos en la dificultad normal, pues en las otras 2, el combate se vuelve un paseo, o bien se automatizan demasiadas cosas.
El sistema de combate es en tiempo real, al menos lo que se refiere a acciones básicas como atacar, esquivar o defenderse, mientras que para realizar acciones de más importancia como el uso de objetos, habilidades o magia necesitaremos usar un fragmento de la barra de combate. Para llenar esta barra tendremos que realizar ataques principalmente, por lo que siempre estaremos haciendo algo. Además, podemos alternar entre los personajes del grupo en pleno combate, por lo que aumenta de sobremanera la estrategia y el dinamismo.
Cada personaje controlable, que en este caso se queda en Barret, Aeris, Cloud y Tifa (Red XIII solo apoya en los últimos capítulos), tiene una habilidad especial que se puede usar sin tener fragmentos de la barra BTC. Lo bueno, es que cuando digo diferentes, son muy diferentes, y cada una de ellas se adapta mejor a una situación de combate u otra, por lo que lo mejor es ir probando y ver cuando es mejor ejecutarlas.
Para dañar a los enemigos, en este caso, no lo haremos directamente. Primero tendremos que llenar la barra de vulnerabilidad, lo cual expondrá al enemigo y será cuando le quitemos vida de verdad, algo bastante similar a lo visto en el arco de Final Fantasy XIII. En lo personal, me encanta el sistema de combate, porque es un poco híbrido entre lo viejo y lo actual, y permite mantener la emoción a la par que la estrategia.
Quizás las únicas pegas que pondría es que para terminar el juego en dificultad normal no he sufrido demasiado, muchos enemigos son muy débiles, y aunque los jefes dan pelea, si sabes su debilidad lo tienes todo hecho. Cuando más brilla el sistema de combate es quizá en el contenido post-game, del cual insisto, hablare un poco más adelante.
Volviendo a usar la materia, pero con extras
Una de las grandes cosas que se sigue manteniendo en el título es el sistema de materias, que funciona de igual manera que en el original. Literalmente, igual. Cada arma y accesorio contará con unos huecos para engastar la materia, luego en combate ganarán puntos y subirán de nivel, proporcionando nuevas habilidades. Obviamente hay nuevas materias que se ajustan a la jugabilidad actual, pero contamos con un puñado de las ya conocidas.
La principal diferencia en cuanto a las materias y lo que se puede engastar en ellas, así como en el propio desarrollo de personajes, es la nueva mecánica de nivel de arma. El personaje no solo subirá de nivel y ganará estadísticas mediante la materia, también mediante el arma. Cada personaje ganará puntos de arma según progresemos y eliminemos enemigos, además de con los manuales.
Estos puntos se invierten en un tablero de «materias» que nos darán diferentes bonificaciones como ataque, daño mágico, vitalidad, más espacios para materias… Hay muchas diferentes, y el nivel de arma se aplica a todas, solo hay que distribuir los puntos una vez adquiramos una nueva.
Como extra, además, cada arma que hay en el juego dispone de una habilidad especial que podemos adquirir de forma permanente, solo tenemos que completar nuestra pericia con esta, haciendo lo que nos indique el arma. Por lo que lo ideal es conseguir la habilidad de esa arma lo antes posible, y ya os aseguro que tampoco es difícil.
En conjunto, entre el sistema de combate en sí, junto al desarrollo de personajes, hacen que el combatir en Final Fantasy VII Remake de auténtico gusto. La única pena es que durante la historia principal hay pocos combates que realmente se vuelvan difíciles, o bien exploten completamente el conjunto del sistema. También lo mismo pasa con las invocaciones, que pasan a ser compañeros invocados a los que darles un par de ordenes hasta que acaben haciendo su ataque final, que en mi caso solo las he usado para aguantar algunos golpes extras.
Contenido Post-Game
Una vez que nos hemos quedado a cuadros con el final del título, que prácticamente no se guarda muchas cosas para las siguientes entregas, y solo Square Enix sabrá qué hacer cuando llegue el momento, desbloquearemos el contenido post-game. Esto se traduce, en esencia, la opción de repetir capítulos, dificultad difícil, terminar de completar el desarrollo de personajes y completar misiones secundarias, como el nuevo simulador de combate.
Si bien tengo que confesar una cosa, todo lo desagradable del juego mejora notablemente cuando tenemos «libre albedrío» y podemos dedicarnos a hacer lo que queramos. El simulador de combate además tiene misiones difíciles que pueden suponer un reto, además de la propia dificultad difícil, que es un cambio bastante grande respecto a normal. En esta última ahora tendremos que equiparnos bien, conseguir buena materia, habilidades, conseguir ciertas sinergias entre personajes y aprovechar al máximo el sistema de vulnerabilidad.
Una vez tengamos las secundarias completadas, realmente solo queda subir la materia, personajes y acabar el juego al 100%, consiguiendo todos los coleccionables que hay como las pistas de audio y todos los capítulos de nuevo en dificultad difícil. Admito, que es cuando el juego ya ganó mi atención, debido a las bajadas de ritmo anteriores reconozco haberlo jugado un poco a disgusto, pero aquí mejora. Lo malo es que es ya pasadas las 30h de juego que comienza esto.
Técnicamente muy bueno, aunque hay cosas a nombrar
No es prácticamente ninguna sorpresa que una compañía como Square Enix nos muestre juegos que técnicamente están tremendos, y Final Fantasy VII Remake no iba a ser menos. Sin embargo, hay ciertas cosas que llaman mi atención en el juego. Voy a comenzar diciendo que los modelados, animaciones y texturas de lo que vienen siendo los elementos principales, está todo en general muy pero que muy bien hecho. Ver a los personajes de nuevo con estas calidades (pese a ya verlos en Advent Children) es espectacular.
Por otro lado, el rendimiento del juego es muy sólido, a 30 fotogramas por segundo en PS4 y PS4 PRO con alguna pérdida ocasional no relevante. En este sentido donde más pierde el juego es con algunos elementos que no se ven del todo bien, o ensucian el completo. Entre estos elementos encontramos, por ejemplo, algunas texturas de puertas que parecen casi entre PS1/PS2, además de algunas que tardan en cargar bastante y de mientras se ven terribles.
Otra pequeña pega, aunque menos importante en este aspecto, es el hecho de que muchos fondos son literalmente fondo.jpg, es una técnica bastante usada, pero el problema está en cuando estas se ven demasiado borrosas y no terminan de encajar visualmente con su entorno, y en Final Fantasy VII Remake pasa muy a menudo
La banda sonora vuelve a la carga
Como fan de la saga Final Fantasy, siempre le he dado mucha importancia a la banda sonora de los títulos. En el caso de Final Fantasy VII Remake estaba esperando volver a oírla, y me he encontrado con un poco de cada cosa. Los temas antiguos, los originales, adaptados de nuevo suenan espectaculares, los pelos como escarpias en alguna que otra ocasión. Sin embargo, me he encontrado muy a disgusto por así decirlo con algunos temas nuevos, que en muchas ocasiones ni siquiera pegaban con el título.
¿Es el final un nuevo comienzo?
No quiero entrar mucho en este apartado, principalmente por no entrar mucho en spoilers, pero a estas alturas muchos habréis acabado el juego o bien escuchado sobre el final del mismo. En lo personal, creo que se van a centrar en como continuaba la historia, pues esta entrega ha sido bastante fiel en general, aunque sí que me espero algunos cambios. Siempre diré que por mucho que recordemos a Final Fantasy VII como una «obra maestra», no es así, la entrega tenía unos cuantos fallos y lagunas a nivel argumental, no hay más que ver la cantidad de otros productos relacionados con este título en cuestión.
Muchos de estos fallos creo que se van a ir arreglando unificando muchas de las otras entregas en una sola, aunque seguramente haya cambios, y espero que sean a mejor. El final es ligeramente «inconcluso», pues se pueden sacar muchas conclusiones, dependiendo de si te lo tomas literal o interpretas lo que se dice durante este. Me gustaría hacer un artículo respecto a esto, pero no tengo mucho tiempo últimamente.
Conclusiones
Final Fantasy VII Remake es uno de esos juegos que me ha dejado un sabor raro, me ha gustado, pero a la vez no. Me ha dado alegrías y decepciones, no le quito el hecho de que sea un buen juego, en absoluto, pero tampoco es la mayor obra de la saga. Hay cosas que quizá necesitan más horas de desarrollo, o simplemente sentirse menos artificiales y que todo fluyese de una manera mucho más orgánica, por mucho que se mantenga fiel al original en muchos aspectos.
Como Remake, está muy bien el traslado de la obra de 1997, al menos su primera parte, no está del todo mal llevada, exceptuando los puntos comentados en el análisis, que para mí un poco críticos. Los que buscasen un Remake del original y sean más fanáticos del título, estoy segurísimo que les encantará, pero a gente que busque además un juego equilibrado con algo menos de fanservice y más contenido propio sólido, es posible que se topen con una experiencia similar a la mía. Pues el contenido añadido, y algunas situaciones apuntan al fanservice más puro, mientras que otras simplemente hacen que el juego se sienta lo más artificial posible.
El resumen de todo esto, por mucho que sea un análisis es que, si te llama un mínimo, pues compralo y juzga. Es un juego cuyos valores se pueden medir diferentes según usuario y la nostalgia de cada uno, es algo complicado, especialmente cuando solo tenemos una primera parte y no un completo. Solo nos han dado una porción del pastel, sin siquiera saber cómo serán las siguientes entregas, y esto a mí me crispa todavía más.
Nota: 8/10
*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Koch Media.