Ion Fury – Análisis PC (Steam)

Ion Fury – El Build Engine está de vuelta

Hace ya más de 20 años que disfrutamos de Duken Nukem 3D y Shadow Warrior, títulos que crearon escuela, con secuelas años más tarde, y ambos creados por 3D Realms y el motor Build Engine. Desde aquella época hasta hoy, este motor estaba prácticamente muerto, con algún juego pequeño y varios proyectos creados por fans. Sin embargo, hace un poco más de un año, se me presentó en la cara Ion Maiden (Ion Fury), creado por 3D Realms y Void Point, que recuperaba la macarranería de Duken Nukem 3D, Build Engine actualizado y la misma jugabilidad de aquella época, pero con muchos ajustes más actuales.

Pues bien, ahora ese mismo título llega renombrado bajo Ion Fury, y he tenido la suerte de jugarlo antes de su salida, por lo que he tenido tiempo de sobra para disfrutarlo. Veamos que nos encontraremos en Ion Fury con este análisis.

Ion Fury

Shelly Bombshell se pasa al Build Engine

En 2016 salía al mercado el título «Bombshell», que ya tenía de protagonista a Shelly Bombshell, y es ahora en agosto de 2019 que recibimos la precuela del título. La conocida agente Shelly Bombshell, cuya mejor habilidad es desactivar bombas, ve como la ciudad de Neo DC es amenazada por el malvado Dr. Jadus Heskel, la mente maestra de un culto transhumanista que ahora amenaza toda la ciudad. Es entonces cuando Shelly descubre que es hora de causar alguna explosión en vez de evitarlas.

El juego solo tiene «un modo», y ese es la campaña, que es para lo que están hechos estos juegos. Una buena campaña, con una duración aceptable, rejugable, desafiante, interesante y sobre todo, entretenida. Y es que Ion Fury tiene todos y cada uno de estos puntos. La campaña consta de 7 grandes niveles, que pueden durarnos perfectamente más de 1 hora cada uno si nos paramos a buscar los maravillosos secretos que tanto destacan en estos juegos.

Ion Fury

Los 7 niveles están separados por subzonas, y siempre se nos avisa antes de acabar una, por si queremos volver atrás a buscar los secretos que quedan. El diseño de las campañas cumple con el backtracking clásico las llaves de color, y un diseño de nivel excelente. Cada uno de ellos está hecho a mano, y se pueden superar de diferentes maneras si exploramos lo suficiente.

En mi caso he tardado unas 12h en terminar la campaña, porque me he parado bastante a buscar secretos, pero si vais más directos, diría que entre 7 y 9h perfectamente, pero un buen jugador siempre apunta al 100%. Además, la dificultad es bastante buena, jugándolo en lo que sería «normal» me he sentido agobiado muchas veces, pero siempre se podía superar. En las dificultades superiores hay que tener más ojo y ya sabernos las debilidades de los enemigos, y con especial cuidado en los jefes finales.

Al terminar la campaña podemos seleccionar los diferentes capítulos del juego y 3 misiones extras, entre las que se encuentra un modo horda y un desafío de bombas para terminar de completar la experiencia.

Ion Fury

Adaptándose a tiempos modernos

Quizás uno de los grandes problemas de sacar estos títulos en pleno 2019 es que se suelen sentir «demasiado viejos» por las generaciones más actuales de jugadores, ya sea por el apartado gráfico o por ser juegos con mecánicas más simples. Sin embargo, 3D Realms y VoidPoint han juntado lo mejor de los shooters clásicos y modernos, haciendo de Ion Fury un juego que se siente hecho en 2019 pero con todo lo bueno de la década de los 90s.

Por ejemplo, de la buena década de los 90s no solo nos trae el excelente diseño de niveles, también la variedad de armamento y enemigos, así como el gore gratuito que hoy día solo vemos en unas pocas franquicias. Incluso mantiene ese toque de humor que se puede ver en juegos como Duken Nukem o Shadow Warrior, con bastantes referencias por ahí sueltas.

Ion Fury

En cuanto a mejoras añadidas de shooters más actuales nos encontramos por ejemplo, con los autoguardados, mejores físicas, entornos más destructibles, mejor interacción del jugador con lo que le rodea, y un montón de opciones de las que hablaré más adelante.

La jugabilidad es una delicia

Lo mejor que he podido hacer en mis últimas semanas, sin lugar a dudas, ha sido jugar a Ion Fury. Me ha hecho recordar que no necesitamos «grandes producciones» para tener un juego de disparos en condiciones.

El movimiento de Shelly Bombshell es rápido de por sí, siempre va corriendo y a bastante velocidad, se mueve de una manera muy grácil, y esto aporta una buena base para su jugabilidad. El frenetismo del título por momentos es bastante intenso, en cuanto llegamos a una zona nueva ya hay enemigos esperando para matarnos. Podemos saltar, agacharnos, mover algunos objetos del entorno, escalar, nadar… y haremos bastante parkour en muchas ocasiones. Pero bueno, os dejamos los primeros 20 minutos para que lo veáis en acción.

En lo que respecta al arsenal, es muy interesante, ya que cada arma tiene una función especial. Por ejemplo, con el revolver puedes marcar objetivos para hacer un disparo rápido y preciso, o la escopeta también sirve de lanzagranadas. En total tenemos unas 8 armas para repartir caña a diestro y siniestro, entre las que se incluye una preciosa minigun, perfecta para salir de situaciones difíciles, aunque mi arma favorita son las granadas y el revolver.

La salud y la armadura se regeneran como de costumbre, recogiendo los consumibles por el nivel y, si tenemos, con un botiquín, por lo que siempre hay que estar atentos y mirar por los rincones.

Ion Fury

Lo que hace especial a Ion Fury es, en parte la nostalgia, pero también el hecho de que se han preocupado de que parezca más actual, además que el conjunto es prácticamente perfecto. Frenetismo, gore, buena campaña, excelente diseño de niveles, rejugabilidad, los secretos tan bien escondidos… Esto solo puede ser mejorado por lo que vamos a hablar a continuación.

Multitud de ajustes

Pese a que el motor gráfico tiene más de 20 años, tiene características de motores gráficos modernos, por lo que no en este sentido no tiene nada que envidiar a cualquier otro título. Comenzando por los ajustes de vídeo, se puede jugar bajo OpenGL o con el render clásico y admite resoluciones 4:3 y 16:9, 21:9 no estoy seguro al no tener un monitor de estas dimensiones. También cuenta con soporte a V-sync, limitador de FPS y se puede ajustar el campo de visión a nuestro gusto.

Ion Fury

Por otra parte, se puede modificar el tamaño de la interfaz y lo que vemos en ella, se puede incluso silenciar al protagonista, desactivar el autoguardado, reconfigurar los controles del teclado, la sensibilidad de ratón por eje y configurar entre el autoapuntado para que sea más libre o más clásico. En la versión de salida deberían tener soporte a gamepad, aunque en la que yo he jugado esta opción no existe aún.

Otro aspecto en el que también destaca Ion Fury, es su banda sonora, que acompaña constantemente a la perfección el título en todo momento, tanto en los niveles como cuando se trata de un jefe. En su apartado gráfico, bueno, contamos con los clásicos sprites que siempre han sido el punto de estos títulos. Sin embargo, el nivel de detalle es bastante bueno, tanto en los escenarios como los enemigos, que junto a físicas y varios efectos visuales, es una experiencia visual agradable.

Ion Fury

Contenido futuro

Pese a que no tengo claro cuáles son los planes a largo plazo con Ion Fury, que es posible que el contenido base se quede así, sí que espero ver más adelante algún tipo de expansión. Pero sí que hay una cosa que se sabe, y es que incluirá un editor de niveles compatible con Steam Workshop, por lo que gracias a la comunidad tendremos «material infinito» para nuestro disfrute.

Conclusiones

Ion Fury se puede poner la medalla de ser el sucesor de grandes clásicos de los 90s, porque realmente lo es. El equipo de 3D Realms junto a Voidpoint han conseguido un título que da auténtico gusto jugarlo, ya seas fan o no de este estilo de juegos. Recupera por completo la esencia de la época, pero recoge ese pequeño toque moderno, que es más que suficiente para que se sienta algo fresco.

Podríamos decir incluso que estamos ante uno de los mejores títulos creados con el Build Engine, y aunque parte de la culpa la tenga 3D Realms, no cabe duda que el equipo de Voidpoint ha hecho también su trabajo. Ion Fury nos deleita con una gran campaña cuyos niveles están diseñados prácticamente a la perfección, se pueden afrontar de diferentes maneras y el arsenal del que disponemos es más que suficiente. La jugabilidad es muy fluida y en general es bastante frenético, que es lo que gusta de estos juegos.

¡Ah y gore! Ver explotar a los enemigos, las cabezas volando por ahí, alguna que otra pierna suelta… No tiene precio.

Sin lugar a dudas, es un juego que recomiendo a todo el mundo amante de los shooters, tanto clásicos como modernos.

Nota 9.5/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de StridePR