Ion Fury: La cara más clásica de los shooters
Tras su impecable paso por PC a través de la plataforma Steam haciendo las delicias de todos los aficionados de los shooters clásicos en primera persona, una vez más nos ponemos en el papel de Shelly Bombshell para ponerle fin a la amenaza del Dr. Jadus Heskel en Ion Fury, aunque en esta ocasión en su esperada edición física para PlayStation 4 y Nintendo Switch, gracias al acuerdo para su distribución en nuestro país a través de Meridiem Games.
Todo hay que decirlo, esperaba este momento como agua de mayo, ya que por primera vez podríamos experimentar, en consolas, la jugabilidad de este FPS que mezcla el frenetismo de DOOM con la ambientación del clásico Duke Nukem, un cocktail explosivo que nos subirá las pulsaciones hasta nuestros límites. Veamos qué tal le ha ido su adaptación en PlayStation 4 en este análisis.
Shelly «Bombshell» al rescate
[dropcap]T[/dropcap]al y como ya lo comentamos en el análisis de la versión PC (Steam) Ion Fury nos pone en la piel de la desactivadora Shelly «Bombshell» Harrison, líder del equipo de Respuesta Nacional de las GDF, cuya misión es liberar la ciudad de Neo DC de la amenaza del Dr. Jadus Heskel de una inminente masacre. Comenzaremos con pocos detalles sobre el argumento, apenas unas imágenes introductorias y un breve léeme en el menú principal donde ponernos en situación. Aunque aquí, para lo único que hemos venido, es para gastar munición volándolo todo por los aires y, es que una vez metidos en faena, tampoco es que nos importe demasiado.
Así pues, su desarrollo nos lleva a través de siete niveles diferentes muy bien diseñados, bastante amplios, con recovecos por todos lados y como no, llenos de enemigos acechándonos en cada rincón sin que nos den un minuto de descanso. Los enemigos lo tienen muy claro, van a por nosotros y, en muchas ocasiones, nos sorprenderán con maniobras para pillarnos por sorpresa. Ion Fury se trata de un videojuego muy frenético, a la antigua como ya he comentado anteriormente, y con un control de movimiento rápido y suave a partes iguales, que hace honor a los grandes clásicos del género.
El Build Engine sigue estando a la altura
Si que es verdad que estamos hablando de un motor gráfico de la época de los ’90 con más de veinte años a sus espaldas, pero, tras una serie de ajustes, los chicos de Voidpoint han conseguido poner a punto al motor Build Engine para la ocasión, estando a la altura de las circunstancias en todo momento y consiguiendo que su estética clásica, mezcladas con técnicas actuales, case perfectamente en esta generación.
En cuanto a rendimiento por norma general el videojuego corre perfectamente, por lo que este port realizado por los mismos desarrolladores para PlayStation 4 no dejará indiferente a nadie que lo juegue. Tampoco me he encontrado ningún bug de importancia, algunos típicos en un motor gráfico tan antiguo. ¿Error? No lo sabemos, ya que termina por darle ese puntito retro que tanto gusta a los fans de esta tendencia que cada vez está más presente.
Sin embargo, respecto a la versión Steam, sí que ha dado un paso atrás en cuanto a opciones gráficas se refiere, en la versión para consolas nos quedamos sin cambios de resoluciones, render clásico, V-Sync, limitador de FPS o de campo de visión entre otras, por un menú de opciones de imagen más simple.
Jugabilidad frenética
En cuanto a la jugabilidad, en nuestro análisis en la versión Steam comentamos que no tenía soporte para gamepad. En esta versión hemos podido disfrutarlo, en especial yo, y la verdad es que está muy bien adaptado. La experiencia de juego es excelente, con una buena distribución de botones bastante típica en los shooters, y con una muy buena respuesta a los movimientos. Shelly Bombshell puede hacer prácticamente de todo, corre, salta, nada, escala, se agacha… y por supuesto, ¡dispara!
Y hablando de disparar, en su aventura, la protagonista dispondrá de un amplio y potente arsenal de armas, y con razón, ya que afrontar esta misión precisamente no va a sernos un camino de rosas; revolver, escopeta, ametralladoras, ballestas, bombas… hasta un total de ocho armas distintas van a sernos necesarias para afrontar los siete niveles de los que dispone esta aventura, y en los que bastantes veces nos veremos en aprietos cuando escasee la munición.
Opciones por doquier
Por decir algo malo encontré pequeños errores en el apuntado con algunas armas, corrigiendo a ojo en los disparos más lejanos y, en ocasiones, en las cajas de colisiones, pero para nada termina por echar a perder la experiencia de juego. Además, para los que les guste personalizar los controles existen varias opciones en el menú de juego. En el apartado de ajustes del mando encontramos opciones de apuntado automático, sensibilidad, configuración de zonas muertas de los sticks y más opciones para adaptar nuestro estilo de juego a la ocasión.
Finalmente, en este apartado, tampoco faltan los famosos autoguardados, el daño localizado, los entornos destructibles, la interacción del jugador con prácticamente todos los decorados y por supuesto, ese toque gore típico de los ‘90 que siempre gusta, además de muchos más detalles que hacen sentir que estamos ante un juego de última generación, aunque visualmente no lo sea.
Solo apto para los más exigentes
En cuanto a la duración, Ion Fury tiene una duración por encima de lo habitual en el género. La campaña está formada por siete niveles diferentes divididos en subniveles y llenos de secretos. Además, aunque disponemos de un único modo de juego, acabárnoslo puede ocuparnos alrededor de 11 horas, eso si no nos entretenemos demasiado en buscar los secretos dentro de los niveles que, como detalle, han tenido la delicadeza de avisarnos cuantos nos hemos dejado atrás antes de pasar a la siguiente subzona.
Así mismo, el videojuego cuenta con cuatro niveles de dificultad: Primera sangre, Matanza excesiva, Ulravíscera, Furia Máxima, cada cual con más desafiante hasta límites insospechados. Y finalmente tres niveles de bonificación, disponibles desde el principio. Estos se tratan de Crisis en Columbia, Reina de la colina y Prueba de bombardeo, también con sus respectivos niveles de dificultad. Un contenido adicional que hará que sigamos disfrutando de este shooter durante varias horas más si queremos continuar con la experiencia.
Conclusión
Una vez más volvemos a ponernos en la piel de Shelly «Bombshell» para salir más que satisfechos con la experiencia en Ion Fury. Este videojuego sigue dándonos un buen puñado de horas de diversión en su salto para consolas, PlayStation 4 y Nintendo Switch, en el que se citan todos los elementos que un buen FPS debería tener, frenético, divertido, durable y sobre todo difícil. Sin embargo, esta versión queda un paso por detrás de la versión de Steam. Pequeños detalles como las descafeinadas opciones de imagen y no traer un editor de niveles, compatible con Steam Workshop en la versión Steam, hacen que no consiga estar a la altura de su versión homóloga para PC. Por lo tanto, si te gusta la acción y creciste con los shooters en los años ‘90, Ion Fury es una opción que recomiendo encarecidamente.
Nota: 9/10
*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Meridiem Games.