Pharaoh: A New Era – Análisis

Si a finales de los 90 te cautivó Sierra con Pharaoh, en 2023 volverá a hacerlo con este remake. Pharaoh: A new era rescata y pule la maravilla de juego que ya era.

La atracción de Egipto

El ser humano es bastante homogéneo en cuanto a gustos culturales y es raro dar con alguien que no sienta atracción por el imperio egipcio. Una cultura de hace miles de años tan avanzada a nivel tecnológico y técnico solo hace que despertar interés en los estudiosos.

Todavía hoy, y con años de investigación por medio, seguimos teniendo más sombras que luces en cómo conseguían crear esas estructuras magníficas como son las pirámides o las esfinges.

Pharaoh nos acercaba un poco a todo eso. Un city builder que te mantenía durante horas frente al ordenador deseando descubrir con qué más podrías deleitar a tus ciudadanos.

Confieso que para mí Pharaoh fue un juego muy importante ya que siendo bien pequeña le dedicaba muchas horas con mi hermana y nos encantaba hacer y descubrir todo lo que nos dejase de la cultura egipcia a través del juego.

Crea tu imperio

Como digo, Pharaoh era (y es) un juego tipo city builder. Tu trabajo consiste en conseguir que la gente se mude a tu ciudad haciéndola atractiva y próspera mientras mantienes tu estatus político con las demás ciudades.

La dinámica es siempre la misma: llegas a una zona cercana al Nilo donde lo único que hay es un camino. Tu misión es construir viviendas con acceso a cosas básicas como agua y comida para que la gente emigre.

Obviamente, un imperio es insostenible sin avances por lo que, según crezca nuestra ciudad, debemos construir nuevas instalaciones como médico, policía, bomberos, quioscos para el ocio…

Aunque lo básico esté cubierto, nunca y digo NUNCA debemos olvidar a los dioses. Si algo se ha sacado en claro tras años de investigaciones es que los egipcios eran extremadamente creyentes y en el juego debemos serlo. Al iniciar una misión tendremos asignado un dios que será el mayor protector de la ciudad, pero no el único. Esto hace que debamos rendir culto a cuantos dioses tengamos, pero siempre destacando al principal. Si no lo hacemos, deberemos atenernos a las consecuencias (que no suelen ser buenas).

Relájate en el Nilo

Pharaoh nos ofrece dos de juego: modo misión y modo libre.

En el modo misión formamos parte de una importante dinastía. Este modo de divide en periodos subdivididos en misiones. Aquí nos asignarán unos objetivos que deberemos cumplir para poder avanzar hasta el siguiente punto. Lo bueno de esto es que generalmente el único requisito que debemos cumplir para no perder es no tener una deuda de 5000 debens, por lo que podemos tomárnoslo con calma y disfrutar del avance. De hecho, una vez que consigamos el objetivo, el juego nos pregunta si queremos seguir creciendo como ciudad o avanzar a la siguiente.

Por otra parte, tenemos un modo libre. En él simplemente tenemos un mapa con un camino y podremos desarrollar nuestro imperio a gusto, sin tener que cumplir con ningún objetivo. Jugar por el disfrute de hacerlo. Y ya os digo que Pharaoh se deja disfrutar.

Todo en orden

Recordemos que Pharaoh llegaba en un momento de pleno auge de los city builders, entonces, ¿qué le hace especial? Personalmente me considero una persona que enseguida se cansa de los juegos de este tipo y con Pharaoh me cuesta cansarme.

En primer lugar, cuenta con un sencillo y no cansino sistema “tutorial” donde te va poniendo al día de TOOOODO lo que puede pasar en tu ciudad. Simplemente cuando empecemos a jugar, nos irá introduciendo poco a poco los edificios y servicios nuevos que podemos (y debemos) tener en la ciudad para que prospere. Con cada nueva edificación es probable que lleguen nuevos problemas. Por ejemplo, ¿quién quiere poner un médico si llevo jugando un rato y no pasa nada? No lo pongas y la malaria llegará a tu puerta.

Una manera sencilla pero contundente de enseñarte cómo se desarrolla el juego que personalmente me gustó muchísimo.

Por otro lado, como mejora de este remake, se ha facilitado la construcción de los edificios haciendo que ahora sea más cómodo y sencillo.

Algo que no recuerdo si estaba o no, pero que es realmente útil es la opción que nos permite poner un filtro sobre nuestra ciudad indicándonos un problema concreto. Así podremos saber qué zonas no tienen agua, acceso al médico, quienes no pagan impuestos… una maravilla.

Siempre se puede mejorar

Si se han esforzado en hacer un remake, espero que no solo hayan metido cuatro funciones nuevas… y así ha sido.

Se nota que le han lavado la cara. Pharaoh ya se veía bien, pero ahora han dotado a cada construcción de estilo propio que destaca sobre las demás y las hace más realistas. Cada animación está trabajada y lograda.

A nivel técnico, ya era genial, pero han añadido pequeñas mejoras que frustraban un poco al jugador habitual (y las indican en el juego) y que ahora lo hacen más accesible y fluido.

También han incluido en este remake, la expansión de Cleopatra que sumaba una bolsa de horas considerable al juego base además de nuevos edificios y cómo no, historia de lo más interesante.

Lo que más me gustó de este remake, es que vuelve a estar completamente en castellano y mantiene las voces originales. Pequeños detalles que hacen que un juego como este haya sido tan esperado entre los fans.

Algo que he echado de menos es un pequeño minimapa que me permita desplazarme de una zona a otra. Al principio no lo necesitas, pero cuando tu ciudad vaya creciendo…

Como punto negativo, quizá señalar que si bien este tipo de juegos debe buscar un equilibrio para que ni sea pesado ni sea un paseo, en determinados momentos he puesto máxima velocidad para ver cómo avanzaba todo hasta conseguir la meta, pues ya tenía mi civilización completamente desarrollada. Según he visto, no suele ser lo habitual (igual es que le eché demasiadas horas en mi Windows 98…).