SCHiM - Análisis

SCHiM – Análisis

El arte de innovar

Schim es una arriesgada apuesta que aterriza a saltitos en nuestras plataformas para darnos un juego diferente y muy curioso. Y como ya sabéis que todo lo nuevo y diferente me gusta, he ido de lleno a por él aunque no ha llegado al resultado que me hubiese gustado…

Un pequeño pegote, un gran cometido

En este juego somos un Schim, algo así como el alma de algo. Aunque en un principio pensé que sería algo así como la sombra, según avanza el juego te das cuenta de que es algo más (y eso que no cuenta mucho).

Nuestro pequeño Schim se ha separado de su dueño y deberá recorrer diversos escenarios para volver con él aunque no será tan sencillo como pueda parecer ya que el muchacho no se está quieto. Avanzaremos conociendo toda su vida, pasando por las etapas más importantes de las mismas y por otras tan corrientes como comprar una pizza.

Aunque la premisa parezca bastante simple, la verdad es que si prestas atención a las pequeñas «explicaciones» de historia, es una auténtica delicia.

Así, dando pequeños saltitos de sombra en sombra, recorreremos el mundo en busca de nuestro compañero humano.

La belleza de lo sencillo

Si algo llama la atención de Schim es lo sencillito que se ve y se siente. En lo estético, no hay más que un fondo de un único color donde aparecen pequeños elementos de escenario con sus respectivas sombras (lógicamente) para que podamos desplazarnos. Nada más. Escenarios variados, pero sencillos, con pocos detalles, pero con mucho mimo y cuidado.

Schim es el claro ejemplo de que muchas veces menos es más...

Por su parte, la narrativa también es sencillísima. No hay escenas de vídeo ni diálogos infinitos. Solo hay pequeñas secuencias que nos muestran la vida de nuestro compañero y que van de la mano de nuestro propio progreso en el nivel. Una manera diferente de contar la historia que encaja perfectamente en el juego en su conjunto.

Sencillo, pero igual demasiado…

…pero si de algo peca es de tener un desarrollo de niveles prácticamente nulo. Cuando empecé a jugar la verdad es que no sabía qué iba a encontrarme y al cabo de las horas terminé el juego y seguía sin haber entendido gran cosa.

Los niveles son bastante repetitivos y simplemente consisten en saltar de sombra en sombra para avanzar. En algunos sí que añaden algo de «dificultad» ya que dependemos de cosas que se mueven o de interacciones concretas, pero en la mayoría de ellos no es así. Es más, algunos niveles podemos superarlos en cosa de un par de minutos o incluso en segundos. Creo que falta ingenio, innovación y especialmente desafío. Igual con niveles más enrevesados o largos donde el papel del schim fuese importante y no un mero ser que se mueve entre lo puesto la cosa sería diferente.

Por su parte, el HUD es inexistente. Lo único que tenemos es la opción de mantener pulsado un botón que nos indique hacia dónde tenemos que ir, pero esta indicación muchas veces no es clara ya que nos lleva a un coleccionable o a ningún sitio en concreto.

También me chirriaba la cámara. Se puede mover de manera errática y en muchas ocasiones a pesar de cambiarla y colocarla de las cuatro maneras posibles, siguen quedando huecos fuera de nuestra visión.

Aquí me llama mucho la atención que una vez que saltamos a la sombra de algo o alguien, se nos permite interactuar con ello, pero la verdad es que queda en nada. Un par de estornudos, un pitido de un coche, … al final, salvo en contadísimas ocasiones, esta interacción es totalmente olvidable.

¿Una pausita?

Me resulta triste y es que, si bien queda muy por debajo en mi lista de juegos de puzles/plataformas, quedaría muy bien en la de aventura gráfica.

Schim podría ser una aventura gráfica sin problema alguno. El diseño de niveles es sencillo, bonito y cumple su función. La historia habla por sí sola. No hacen falta diálogos ni textos, con sencillas fases de avance semi automático consigue contar una historia bonita, profunda y a un nivel muy alto.

Es un juego de esos para los ratos en los que necesitas desestresar ya que es muy relajante. La gama de colores es básica ayudando a crear esa esfera de calma y acompaña la banda sonora en todo momento. El escenario holandés ayuda a perderte en esas calles tranquilas y preciosas. Y dado que la dificultad es casi inexistente, va perfecto para olvidarte de es jefe del que no pasas en Elden Ring.

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido jugado gracias al envío de una copia de prensa por parte de PressEngine. Se jugó a la versión de Nintendo Switch.

SCHiM - Análisis
SCHiM
Sombra aquí y sombra allá, muévete, muévete
Schim es un juego bastante flojo en cuanto a lo que podría ser. Es entretenido hasta cierto punto, pero termina aburriendo en largas jornadas de juego. Destaca su apartado visual y sonoro, pero peca de simple en el desarrollo de niveles y mecánicas. Un juego de puzles que resulta escaso en la elaboración de los mismos y que de haberle dado más protagonismo al pequeño bichejo, habría resultado en un buen juego. Espero que al igual que pasaba con Assassin's Creed, si se animan a sacar una segunda parte, arreglen todo lo que adolece esta y nos den una maravilla de juego.
6
Bueno