Senua’s Saga: Hellblade II

Senua’s Saga: Hellblade II – Análisis

Una increíble experiencia audiovisual, pero con carencias

Luego de tanta espera, finalmente nos llega uno de los títulos exclusivos más esperados de la marca de Xbox, me refiero a Senua’s Saga: Hellblade II, la continuación del aclamado Hellblade: Senua’s Sacrifice. De la mano del reconocido estudio desarrollador Ninja Theory, nos traen lo que promete ser su mejor título hasta la fecha.

Tras casi siete años, y aprovechando un mayor presupuesto gracias a su compra por parte de Microsoft, buscan mantener ese terror psicológico tan característico de Hellblade: Senua’s Sacrifice en una nueva aventura cinematográfica inmersiva mientras se crea conciencia en la salud mental.

Luego de tanta espera, finalmente nos llega uno de los títulos exclusivos más esperados de la marca de Xbox, me refiero a Senua’s Saga: Hellblade II, la continuación del aclamado Hellblade: Senua’s Sacrifice. De la mano del reconocido estudio desarrollador Ninja Theory, nos traen lo que promete ser su mejor título hasta la fecha.

Tras casi siete años, y aprovechando un mayor presupuesto gracias a su compra por parte de Microsoft, buscan mantener ese terror psicológico tan característico de Hellblade: Senua’s Sacrifice en una nueva aventura cinematográfica inmersiva mientras se crea conciencia en la salud mental.

Su historia logra causar una buena impresión

Funcionando como secuela directa de Hellblade: Senua’s Sacrifice, volvemos a estar en la piel de Senua, una joven orcadiana del siglo IX que se deja capturar voluntariamente por esclavistas del norte, para ser llevada por mar desde Orkney hasta Islandia, con la esperanza de salvar a su pueblo esclavizado.

Pero el viaje no sería para nada fácil, y una tormenta no tardaría en destruir el barco en el que es transportada, haciendo que Senua casi se ahogue y sobreviva de milagro. Quedando varada en la costa, nuestra protagonista vuelve a experimentar sus constantes alucinaciones, y es atormentada por voces constantes que drenan la poca sanidad que le queda.

En su viaje se encuentra con una serie de personajes únicos con distintos objetivos que ayudarán o no, a Senua, así también a nuevas criaturas tanto de pesadilla como reales, a las que tendrá que enfrentar y derrotar para no ser consumida por la locura o por los enemigos.

Es una historia realmente sencilla, dejando por un lado el trasfondo de Senua y sus traumas, esperaba algo más interesante que un viaje y encuentros con personajes no jugables no muy interesantes. Su desarrollo tiene buenas intenciones, mas no logra transmitir esas buenas sensaciones de la anterior entrega, con largas secciones de caminar que se pueden tornar pesadas, y cambios repentinos entre la realidad y las pesadillas que buscan hacernos vivir en carne propia el sufrimiento emocional que realmente se percibe poco inspirador.

Su jugabilidad le da prioridad a su narrativa cinematográfica

Senua’s Saga: Hellblade II es un título de acción y terror tipo aventura narrativo con elementos de combate, en dónde avanzamos de manera lineal por una serie de escenarios variando entre secciones de caminar, combate, y cinemáticas o escenas interactivas, casi sin elementos de exploración, y algunos acertijos eventuales muy simples.

Sin duda, lo que más destaca es su experiencia cinematográfica como tal hace volar la cabeza, a tal punto que prácticamente no tenemos interfaz ni indicaciones de ningún tipo: esto es genial para lograr una inmersión completa sin distracciones, motivándonos curiosear el entorno. Mas, esto trae otros problemas, ya que al inicio deberemos ir probando qué botón realiza cada acción, o memorizarnos los ajustes del mando.

Es digno de alabar su ambientación, como aventura de acción y terror narrativa funciona de maravilla, logrando una experiencia inmersiva pocas veces antes vista, pero el problema es que descuida todo lo demás: la exploración es prácticamente inexistente, con caminos lineales y pequeñas bifurcaciones conectadas sin un incentivo inmediato que nos motive a explorar, salvo buscar unos curiosos símbolos en los escenarios que sirven como coleccionables.

Su combate es su mayor talón de Aquiles por su simpleza, basado en un sistema de ataques normales y pesados, y contraataques, con enemigos poco inspirados que solo varían un poco sus ataques, como ataques fuertes que no podemos bloquear, o que son más agresivos o resistentes que otros. Ni siquiera hay jefes finales, aquí se nota un retroceso grave en comparación al primer Hellblade.

Visualmente es una auténtica pasada llena de misticismo

Como era de esperarse, Senua’s Saga: Hellblade II tiene una calidad gráfica espectacular: probablemente sea el título con mejor calidad visual hasta la fecha, así que queda más que claro que sus gráficos son impresionantes, habiendo un pulido cuidado al máximo. Principalmente su ambientación es magistral variando entre ambientaciones de terror y desolación, dependiendo de lo que siente Senua.

A pesar de verse increíblemente bien, carece de efectos básicos como heridas o cortes al realizar ataques con la espada, o recibirlos, lo que rompe un poco la inmersión. También carece de variedad tanto en modelado de enemigos (que se repiten de manera muy notable) y de escenarios, siendo siempre cosas como campos, cuevas o playas con tonos grises.

Estamos ante un juego altamente exigente: lo probé con un equipo con un procesador AMD Ryzen 5 5600X-6 Core, con 16 GB de memoria RAM y una tarjeta gráfica Nvidia GeForce RTX 2060 12 GB VRAM, instalado en una Unidad de Estado Sólido SSD Kingstone Nvme Gen 4 M.2 de 1 TB y con todas las configuraciones gráficas al máximo, en una resolución de 1920×1080 y tecnología de Nvidia DLSS activada en modo calidad, tuve un rendimiento promedio de entre 30 y 45 fotogramas por segundo, sin fallos o errores en mi experiencia.

Manteniendo la calidad gráfica y cambiando la opción de Nvidia DLSS a modo ultra rendimiento tuve una mejora notable de aproximadamente 45 y 50 fotogramas por segundo sin cambios visuales notables, y bajando la calidad grafica a medio y con Nvidia DLSS en modo ultra rendimiento logré llegar a los 60 fotogramas por segundo estables, aunque a costa la calidad gráfica.

Sus requisitos mínimos son un procesador Intel i5-8400 o un AMD Ryzen 5 2600, 16 GB de memoria RAM y una tarjeta gráfica Nvidia GeForce GTX 1070, una AMD RX 5700 o una Intel Arc A580, todas con 6 GB de memoria VRAM. Mientras que sus requisitos recomendados son un procesador Intel i7-10700K o un AMD Ryzen 5 5600X, 16 GB de memoria RAM y una tarjeta gráfica Nvidia GeForce RTX 3080, una AMD RX 6800 XT o una Intel Arc A770, todas con 6 GB de memoria VRAM.

En lo sonoro es una inmersión total

Al tratarse principalmente de una aventura narrativa, la musicalización es primordial, Senua’s Saga: Hellblade II sabe crear una buena aventura inmersiva gracias a su cuidada banda sonora y efectos de sonido.

Sabe variar entre momento sin música o con melodías leves y entre escenas intentas en donde la música se eleva al máximo, con intensas composiciones épicas que son una maravilla. En este apartado es genial, y hay partes que nos ponen la piel de gallina.

Se encuentra localizado completamente al castellano en todos sus textos y subtítulos, y con voces en inglés. Vuelve las voces de las furias del subconsciente de Senua, a mi juicio están mal diseñadas, ya que son muy insistentes con cosas obvias cuando pasa algo durante el juego (al punto de llegar a molestar) pero cuando nos paramos o dejamos de seguir el ritmo de juego predeterminado, mágicamente se callan, hasta que llegamos a otro punto importante, y de golpe se ponen muy insistentes, es entendible que se busca recrear esa condición mental que atormenta a Senua.

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido jugado gracias al envío de un acceso a Gamepass por parte de Xbox a través de Comunicacionrrpp.es. Se jugó actualizado a la versión 1.0.0.0.161.085 en PC Windows.

Senua’s Saga: Hellblade II
Senua’s Saga: Hellblade II
Una epopeya mágica que merecía más
Senua’s Saga: Hellblade II no es lo que esperábamos: se ve increíblemente bien que hace flipar de colores, y es lo que más llamó la atención de todo el mundo, mas, dejándolo aparte, nos queda una historia que logra enganchar al interesarnos en el viaje de Senua y la importancia de la salud mental, que a momentos se ve lastrada por su ritmo y una jugabilidad demasiado simple, que cuesta tomarle el gustillo. Estamos ante una aventura un poco corta que se puede alargar si vamos con calma a por los pocos coleccionables, mi mayor tristeza es su poca jugabilidad más que buscar algún logro que nos haya faltado. No todo es malo, y podría decir que vale la pena tan solo por lo bien que se ve y su riqueza ambiental, eso si contamos con un buen equipo para disfrutarlo al máximo, ya que realmente ofrece una experiencia audiovisual única que pocos títulos han llegado lograr hasta la fecha, y cuenta con momentos épicos muy disfrutables.
7.5
MUY BUENO