Shenmue III – Análisis PlayStation 4

Shenmue III

Shenmue III, una saga que perdura en el tiempo

Mucho tiempo ha pasado desde las primeras entregas de esta aclamada saga. Shenmue debutó en Dreamcast allá por el año 1999. Su éxito fue tal, que solo hicieron falta dos años para que Shenmue II viera la luz. Tuvo que pasar un tiempo, bastante largo, para que los fans más acérrimos recibieran alguna noticia de la saga. Y es que en 2015 fue anunciado Shenmue III, junto con su Kickstarter que, en muy poco tiempo, rompió dos récords Guinness superando los seis millones de dólares.

Este pasado 19 de noviembre, la tercera entrega, Shenmue III, salió a la venta por fin. La encargada de desarrollar este título ha sido la compañía nipona, Ys Net, que contaron con componentes del equipo original de Shenmue. Han pasado dieciocho años desde su última entrega, pero ¿Shenmue III está a la altura de sus antecesores? ¿cómo ha envejecido la saga? Lo descubrimos en el siguiente análisis.

La historia continúa después de un largo tiempo

La historia de Shenmue III no es de las más elaboradas que hayamos visto en esta industria. De hecho, se puede resumir, dando incluso detalles, en unos escasos dos minutos.

Comenzamos en un pequeño pueblo de china llamado Bailu, donde junto con Shenhua, tendremos que encontrar al padre de esta y descubrir el misterioso motivo de la muerte de nuestro padre. Durante las primeras horas nos dedicaremos a interactuar con los lugareños de la zona, buscando así información sobre el padre de Shenhua, el cual se encuentra en paradero desconocido. Poco más tarde nos enteramos de que unos matones están irrumpiendo en el pueblo, buscando a los canteros por alguna razón que desconocemos.

El tiempo que transcurre desde que investigamos donde está el padre de Shenhua, hasta que lo descubrimos y nos trasladamos a la segunda ciudad del título, es bastante elevado. El juego alarga de forma artificial la historia haciendo que recolectemos una cierta cantidad de dinero, venzamos a un maestro del kung fu o aprendamos una cierta técnica. La fórmula se vuelve a repetir cuando perseguimos a los bandidos a la segunda ciudad. Esta localización llamada Niaowu, la cual está más llena de vida y tendrá más actividades para realizar. 

Recolecta, aprende, lucha y repite

En esta segunda mitad del título, descubriremos la razón de porqué los bandidos buscaban a los canteros, el espejo del Fénix y del Dragón.

Mientras investigamos para encontrar la guarida de los bandidos y al padre de Shenhua, disfrutaremos de una ciudad llena de vida y actividades. Si hay algo por lo que se caracteriza la saga Shenmue, es por meterte de lleno en un mundo realmente vivo. Por la mañana puedes ver a los pescadores en el muelle y los vendedores en sus puestos. Por la noche la actividad baja, de manera que, si quieres encontrar a alguien, el mejor lugar será su casa. De hecho, en una de las misiones en Bailu, tendremos que hablar con uno de los canteros en busca de pistas, pero no podremos hablar con él hasta las 20:00 que regrese de trabajar. Este, es uno de los aspectos que más me llamó la atención sobre Shenmue III.

Mecánicas repetitivas y tediosas

Pero, ya que hemos hablado un poco de la historia y de la ambientación de Shenmue III, quiero explicaros como se juega y como me sentí yo al jugarlo.

Tenemos tres recursos que deberemos manejar con cuidado: la energía, el tiempo y el dinero. La energía está representada por círculos verdes en la esquina inferior izquierda, junto al mini mapa. Este recurso se irá agotando a medida que vayamos realizando acciones como andar, correr, luchar, etc. Aunque tenemos que tener en cuenta que no se gasta igual de rápido andando que corriendo, así que ojo con eso. Tenemos dos maneras de recuperar energía, comiendo o durmiendo.

Energía, tiempo y dinero

Tanto en Bailu y en Niaowu, podremos encontrar puestos de comida o tiendas en los que comprar, ya sea un melón, un plátano o una manzana para recuperar una cantidad especifica de energía. Recomiendo comprar el ajo negro, que, con un coste de diez Yuanes, recuperaremos trescientos de energía. Aunque siempre podemos dejar caer la noche y dormir, ya que a la mañana siguiente dispondremos de todas las unidades de energía.

El dinero es otro de los factores a tener en cuenta junto con el tiempo. Los Yuanes podremos ganarlos en varios lugares y con diferentes actividades. En Niaowu dispondremos de muchas más. Cortar madera, recolectar plantas para luego venderlas, coleccionar juguetes encapsulados para las casas de empeños o apostar tokens en las carreras de ranas son algunas de las actividades que podremos realizar para ganar dinero y así poder comprar más comida. Estos dos factores también cuentan con la hora del día, ya que no se puede realizar las mismas actividades de noche que de día. Por ejemplo, si un personaje de una misión regresa a casa a las 20:00, debemos asegurarnos que tendremos la suficiente energía o comida, para afrontar una posible pelea, y eso se consigue con dinero o gestión de la energía.

Un mundo lleno de vida

Una forma rápida para conseguir dinero es ir a los puestos donde tienen un símbolo del Ying-Yang y comprar una lectura de color. El adivino nos dirá nuestro color de la suerte, ese color es al que deberemos apostar en Luna, Ave, Flor, Viento, uno de los juegos de los que dispondremos en los lugares de apuestas.

Apostaremos la mitad de nuestros tokens al color que nos dijo el adivino. Tenemos una probabilidad muy alta de ganar, pero también podemos perder. A no ser que tengamos muy mala suerte, deberíamos ganar unos veinte mil tokens en un momento. En ese instante vamos a canjear nuestros tokens por gemas y posteriormente venderlas en cualquier casa de empeños.  Este método es el más fácil que he encontrado para hacer dinero, pero como depende del azar, lo mismo te puede llevar diez minutos que treinta y cinco. Es por ello que, en ocasiones de perdidas consecutivas, se hace tedioso y aburrido.

Jugabilidad ¿nostálgica?

Respecto a la jugabilidad, se siente antigua. Los movimientos de Ryo se sienten pesados, tipo tanque como en Resident Evil. Dispondremos de un botón para correr, otro para abrir el inventario, otro para hablar y un último botón (triángulo) para sacar un pequeño menú que nos indica brevemente como debemos realizar la acción que ejecutamos en ese momento. Algo así como un mini tutorial del que disponemos cuando queramos.

El título está repleto de mini juegos. Cortar madera, apostar, máquinas recreativas, trabajar en el puerto, todo se plantea como un mini juego simple, donde se nos pide presionar un botón en un momento determinado. Al principio resulta divertido y desafiante, pero es un recurso recurrente para el título. Por esta razón, no en pocas ocasiones se vuelve una tarea automática, vacía y tediosa. Por no decir que crea una fuerte disonancia ludonarrativa, ya que nos llevará un día o dos conseguir el dinero necesario para cumplir cierto objetivo, cuando lo que tendríamos que hacer en realidad es enfrentarnos a los bandidos, ya que sabemos incluso su localización.

Sistema de combate desafiante

El combate en Shenmue III es la parte más dinámica del título, por lo que disfrutaremos del cambio de ritmo y experiencia. Ryo dispondrá de tres niveles: Vitalidad, Poder de ataque y el nivel de kung fu. En ambas ciudades encontraremos uno o varios dojos dedicados al kung fu. En ellos podremos practicar con los postes, que no son más que mini juegos que nos harán aumentar la vitalidad. Para aumentar el ataque debemos entrar en el propio dojo y enfrentarnos a los discípulos del mismo, bien subiendo de nivel las técnicas compradas o desafiando a los alumnos situados en el ranking del dojo. La vitalidad influye en el número de círculos de vitalidad de los que disponemos. El poder de ataque es fácil, cuanto más alto, más daño hacemos a nuestro enemigo.

Las técnicas las podemos comprar en varios establecimientos a lo largo del juego en ambas ciudades, siendo en Niaowu donde hay el mayor número de ellos. El precio puede variar entre cien, doscientos o tres mil, siendo estas últimas las más potentes. Para aprenderlas simplemente deberemos ir a un dojo y decirle al maestro que queremos practicar, no luchar. Será entonces cuando practicaremos con un adversario donde ni él nos quitará vida, ni nosotros a él. Cada ciertos segundos, aparecerá un indicador en pantalla para que aprietes una combinación de botones, si lo haces rápido y bien, el indicador aumentará. Pero si lo hacemos lento o fallamos, el indicador quedará estático o aumentará muy poco. Al final del entrenamiento nos darán el resultado del entrenamiento, mostrándonos las veces que hemos acertado.

Buena curva de dificultad

En la lucha, veremos las técnicas que hemos aprendido en la esquina inferior izquierda. Podremos cambiarlas con L1 y ejecutarlas con R2. De esta manera, ya no tendremos que pulsar la combinación de botones para realizar dicha técnica. Con L2 podremos cubrirnos, pero no podremos hacerlo eternamente, ya que disponemos de una barra de aguante que se agota con cada golpe del contrincante.

En el combate, deberemos aprender a ser pacientes y no golpear a lo loco. El enemigo aprenderá, según su nivel, cuales son nuestros movimientos y técnicas, por lo que si usamos mucho tiempo la misma, sabrá cubrirse de ella y no podremos ocasionar daño. Hay técnicas de todo tipo y desde el menú podremos configurar cuales son los ataques que nos aparecerán en cada combate, como una especie de «mazo». Tenemos golpes bajos, altos y medios. Golpes de contraataque, de larga, media y corta distancia. Tenemos golpes con una recuperación de pose muy corta y otros que si fallamos quedaremos a merced del enemigo. La curva de dificultad está muy bien definida, te enseña los movimientos, a cubrirte y esquivar para luego enfrentarte a los mejores luchadores con un conocimiento más elevado. Sin duda uno de los puntos que más me han gustado de Shenmue III ha sido el combate.

Quick time events dignos de Flash

Aunque si hay algo que me ha molestado de este sistema, es que, en algunas ocasiones al terminar una pelea, salta una cinemática de cómo hemos derrotado al enemigo, teniendo que pulsar por último una serie de botones. Pero hacerlo a la primera no es tarea sencilla, ya que disponemos de un tiempo irrisorio para pulsar el botón. Es mejor fallar y aprenderlo de memoria que intentar hacerlo a la primera.

Gráficamente precioso

Al juego le han sentado bien los años en un sentido: los gráficos. Shenmue III es precioso lo mires por donde lo mires. Bailu es, a mi parecer, la zona más bonita del título. Haciendo que las grandes distancias sean un recorrido enriquecedor.

Aunque hay algunos momentos en las que las texturas fallan desde ciertos ángulos, normal hoy en día para cualquier juego, la estética china está muy bien lograda, tanto los paisajes como los edificios. De la banda sonora no puedo decir lo mismo. Está, se escucha, aunque no destaca en ningún momento. Incluso se hace extraño y te saca un poco del juego cuando tiene cambios bruscos al entrar o salir de una zona. Pero se le puede perdonar un poco con las melodías asiáticas.

Un ritmo largo y estirado

No quiero terminar el análisis sin comentar el punto que más me ha molestado del título. Porque Shenmue III no es un mal juego e incluso me lo hubiera pasado muy bien si no fuese por el ritmo y extensión artificial del tiempo de juego. Como he comentado, en cierta misión tienes que conseguir dos mil Yuanes. La manera más rápida es apostando, pero ni tan siquiera esa manera es rápida, ya que puedes tardar diez o treinta minutos en conseguir el dinero. En una ronda puedes conseguir mil quinientos, pero luego tendrás que volver a empezar para conseguir el restante. Es un proceso que no aporta nada. Si fuera un proceso de entreno con minijuegos, al menos lo entendería por el hecho de estar practicando kung fu y así derrotar al oponente. Cuando, en el transcurso de este proceso te paras a mirar Twitter, es que hay algo que el título está haciendo mal.

Pero no, tienes que ver a un adivino, que te diga el color de la suerte (cuyo efecto dura dos horas), y apostar siempre a ese color con la posibilidad de fallar. Además, existe la posibilidad de perder todos los tokens, con lo que tendrás que trabajar cortando leña, lo cual es un método muchísimo más lento. Como guinda del pastel, siempre que hagas este proceso no podrás saltar los diálogos, tendrás que verlos. Y no creas que la gente de Niaowu habla rápido, no, no tienen otra cosa que hacer y se toman su tiempo, créeme. Quizás, si todo el proceso de ganar dinero para técnicas o para comprar objetos de misión no hubiera sido tan terriblemente tedioso, en mi memoria, Shenmue III, pasaría a ser uno de los juegos que he disfrutado, pero no es el caso.

Guiños y secretos

Como añadido extra, quiero mostrar unos pequeños guiños que me he encontrado en el juego. Ya dije que Shenmue III está lleno de vida, carteles, gente andando de un sitio para otro y tiendas. Pues siempre podemos poner la cámara en primera persona y ver todo en detalle. Quizás podemos encontrar una consola un tanto famosa. O simplemente una mención a un videojuego.

Conclusiones

Shenmue III no es un mal juego, pero envinagra la experiencia alargando la historia más de la cuenta. El sistema de combate es entretenido, sobretodo en su última etapa, donde incluso nos enfrentamos a más de cinco enemigos al mismo tiempo. Toda la vida que tienen sus calles y las diferentes interacciones que podemos tener con todos los habitantes, lo hacen sin duda un título especial. Entiendo por qué en su época sembró tanto éxito. Si eres un nostálgico, Shenmue III es una recomendación casi obligada. Aunque en mi caso, no me ha dejado muy buen sabor de boca.

7/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Koch Media