Skully – Análisis PS4

Skully la canica

Antes de comenzar, tengo que confesar que he analizado Skully con «expectativas bajas» por no ser el género de juego al que suelo dedicar mis horas, que sumado a mi situación actual, pues no es que lo empezase con muchos ánimos. Sin embargo, Skully ha acabado sorprendiéndome en algunos aspectos, mientras que en otros tiene que mejorar. Todos estos puntos los iremos viendo en este análisis que espero os ayude a decidiros sobre si echarle una mano o no a este título.

Una aventura que va… rodada

Skully comienza de una manera que podemos denominar como demasiado deprisa. El juego te planta frente a Terry, una especie de dios de la naturaleza, que es quien nos recoge y nos «crea». Digo crea entre comillas porque no somos más que una calavera con un poco de arcilla mágica. Y realmente al inicio no se nos cuenta mucho más, comenzamos en una zona de playa que sirve un poco de tutorial y para delante.

Pasado un buen rato ya nos cuentan que Terry tiene planes para nosotros: hacer que sus hermanos dejen de pelearse y así parar la destrucción que están causando. Añadir que los hermanos de Terry representan diferentes elementos de la naturaleza: fuego, agua y aire. A lo largo de la aventura de 18 capítulos, unas 6 horas jugándolo con toda la calma, descubriremos que todo se debe a una gran pérdida, y que Terry está mucho más afectado de lo que puede parecer durante el principio de la aventura.

De hecho, una de las cosas buenas que tiene el juego, es que a nivel argumental no se desarrolla nada mal, aunque sin ser una excelencia. La historia progresa a un ritmo adecuado y se va poniendo interesante a cada capítulo y con cada nueva información que obtenemos. Además, aunque nuestro personaje sea completamente mudo, podemos hacernos perfectamente a la idea de lo que está pasando por su cabeza, y de hecho, se convierte en una pieza fundamental de camino al final del título.

En este sentido el juego funciona incluso mejor de lo esperado, de hecho donde más me ha fallado es en lo jugable, y eso que también viene algo completo en este sentido.

Se juega bien, pero comete fallos

En términos de jugabilidad Skully viene bastante bien completo, desde los controles cuando somos una simple calavera, hasta el final del juego, donde las diferentes transformaciones ganan todas sus habilidades. Y sí, no siempre seremos una pelota rodando por el campo, también podremos manejar unos pequeños «golems» que nos ayudarán a afrontar los diferentes desafíos.

Todo lo que rodea a las transformaciones está muy bien, me gusta su planteamiento, incluso la manera que tiene el juego de pedirte que utilices el máximo de 3 transformaciones activas para resolver puzles. Sin embargo, aquí comete uno de sus fallos junto a cómo están diseñados los escenarios.

En ocasiones muchos de estos puzles se pueden literalmente saltar, ya sea porque tienen otra manera mucho más sencilla de resolverse o, porque bien, el mapa permite saltar literalmente. Hay  muchas zonas, especialmente de inicio, que puedes colocarte en zonas altas y atravesar al otro lado. En la mitad/final, más de una vez, se puede resolver las cosas lanzando la calavera o saltando con el golem que corre. Y esto al final, rompe un poco con el conjunto general, porque lo plantea medianamente bien, pero en la ejecución se queda a medias.

Coleccionables omisibles

Otro problema que he encontrado son los objetos a recoger. El problema es que estos objetos «no sirven de nada», únicamente para desbloquear poco a poco «un libro de arte» con bocetos, diseños y cosas así. Personalmente esto no me llama, los estuve recogiendo durante los primeros niveles, pero llega un punto en el que te puede dar igual y pasas bastante de estas florecillas. Cierto es que hay algún secreto por explorar un poco más a fondo, pero tampoco es para tirar cohetes. Incluso los enemigos son muy omisibles, por eso ni los comento.

Se podría resumir en el clásico buen planteamiento mala ejecución, y aunque no es algo que eche por tierra todo lo demás, sí que es cierto que lastra un poco la experiencia final. Por lo demás, como comento, muy buena utilización de las diferentes transformaciones, muchísimas zonas de plataformas desafiantes, algún que otro puzle que sí exprime al máximo del juego, buenas sensaciones en cuanto al control y una historia medianamente interesante. Lo único malo que le veo de verdad es lo dicho, en general ofrece una buena experiencia y creo que merece darle una oportunidad.

El arte y la música

Skully también tiene una pequeña carga buena de arte, y no me refiero simplemente a que los niveles sean bonitos de ver, o haya diferentes biomas. Ya que, aunque comencemos en la playa , vamos a acabar paseando por bosque, montaña, cuevas… Toda la isla al completo.

Donde más se aprecia la carga artística de Skully es en sus «cinemáticas». Lejos de las clásicas cinemáticas, estas se presentan un poco como un cómic con diferentes composiciones fijas en las que vemos los personajes, con diferentes expresiones muy bien realizadas. Eso sí, todas con doblaje en inglés, bastante bueno, y un toque cómico que le pega bastante al juego, incluso en los momentos más difíciles del final.

Técnicamente aceptable

Vamos a partir de la base de que es un juego sin mucho presupuesto, como muchos otros de los que analizamos en la web, por lo que no podemos esperar algo especialmente grande en este aspecto. En términos de rendimiento el juego funciona muy bien, eso sí, aunque la calidad gráfica la verdad no está muy allá. De vez en cuando vemos alguna textura un poco borrosa o incluso los personajes, pero es algo muy puntual.

Lo que sí que me ha agradado es no encontrarme fallos, o al menos no graves o que impidan jugar. Tiene los ya comentados, pero no es algo que te impida disfrutar el juego o te bloquee en algún punto de la aventura. Por lo demás, añadir que tiene los textos completamente en castellano y subtítulos.

Conclusiones

Skully es uno de esos pequeños títulos que pasan sumamente desapercibidos, como la gran mayoría de juegos que no gozan de mucho presupuesto ni grandes campañas de marketing hoy día. Y es que sin ser una obra maestra de juego, más bien algo sencillo, ha conseguido distraerme 3 días con buena cara y, además, centrado en el juego. Digamos que personalmente, me quedo con el progreso de la historia más que con el conjunto entero. Hubiese preferido niveles lineales a tope y algo más centrado en esa historia, que la libertad de explorar y al final no dejarlo bien pulido.

Nota: 7/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Avance Discos.