Un viaje que no queda tan redondo como pretendía.
Creo que podría decir, sin temor a equivocarme, que uno de los debates más antiguo y recurrente dentro de nuestra industria es el que tiene que ver con la dificultad de los videojuegos, y de cómo las empresas deberían adaptar estos para que la mayor cantidad público pueda acceder a ellos. Por esta razón, siempre hay que mirar con lupa cualquier videojuego que aspire a proporcionar un buen desafío, especialmente porque la diferencia entre ser retador y frustrante es cada vez más pequeña.
En este caso, venimos a hablar de un videojuego de corte independiente, y además de uno que pertenece al género más explotado por este tipo de equipos: los metroidvanias. Podríamos decir que desde el boom que supuso Hollow Knight gran cantidad de equipos pequeños han decidido aventurarse en este género, proponiendo en muchos casos cosas nuevas que consiguieron enamorarnos. A pesar de esto, también han existido aquellos que no pasan de ser un producto que no aporta nada y cuya única razón de existir es unirse a la ola que ha supuesto este género en los últimos años.A continuación averiguaremos si Souldiers, uno de los títulos independientes más esperados de este año, pertenece al selecto grupo de metroidvanias que consiguen enamorar o no pasa de ser un juego decente pero sin llegar a más.
La fina línea entre la dificultad y la frustración
Podríamos decir que la mayor de las exigencias por parte de una parte de la comunidad de videojugadores es la adición, en cualquier título, de un selector de modos de dificultad. Estas mismas personas aseguran que así cualquiera podría jugar a cualquier videojuego, independientemente del tiempo que tenga para dedicarle, pero esto no podría ser más falso, y Souldiers es un videojuego que muestra esto muy bien.
Ya lo habréis podido intuir, pero lo digo igualmente: el Souldiers podemos encontrar un selector de dificultades, algo que puede ser un alivio para muchas personas, pero desde ya os digo que no debería hacerlo. Sí, en un principio si se nota la diferencia, pero de verdad os digo que la dificultad más fácil es también bastante difícil, tanto que consigue traspasar la fina línea entre lo difícil y lo injusto en muchos momentos. Normalmente diría que esta dificultad es parte de la visión del autor, y que por tanto debe ser respetada, pero entonces me cuesta mucho entender cual es el punto de añadir un selector de dificultad. Si desde un principio se pretendía que fuera un juego difícil era tan fácil como dejarlo sin selector, obligando a todos los jugadores a jugarlo de esa manera. Seguiría siendo frustrante, y por tanto también lo hubiéramos criticado por ello, pero por lo menos no nos daría falsas esperanzas.
Por supuesto, esta dificultad no viene solo de los combates, dado que el diseño de nivel resulta tremendamente confuso e irregular, haciendo que nos perdamos más veces de la cuenta. Sí, perderse es algo intrínseco de los metroidvania, pero no hasta este punto, en el cual acabamos cansándonos más rápido que tarde. Podríamos decir que lo que más salva el diseño de nivel es su apartado visual (del cual hablaremos más adelante), pero si hablamos de cómo los niveles afectan a la jugabilidad, es necesario decir que esta no este no es especialmente brillante.
Varias maneras de jugar
Souldiers nos propone, desde el primer momento, diferentes formas de jugar, eligiendo entre varios arquetipos definidos, siendo estos el guerrero, el arquero y el mago. Creedme cuando os digo que en este caso sí podemos decir que se nota totalmente la diferencia de jugar con uno u otro, tanto que parecen juegos completamente diferentes.
Esto resulta un muy buen punto a favor del juego, no solo porque de esta manera el factor de rejugabilidad es enorme, sino porque significa que los desarrolladores han conseguido hacer que un mismo título funcione con tres maneras totalmente diferentes de jugarlo. Sí, sigue existiendo el problema del diseño de niveles, porque este no varía en nada con los diferentes personajes, pero el combate sí que está bastante bien pensado. Se siente ágil y divertido, especialmente en el personaje del caballero, el cuál se moverá por toda la pantalla atacando a los enemigos con su espada.
Por otro lado, los enemigos son variados, y aunque injustos por momentos (especialmente si hablamos de los jefes) podemos decir que en muchos casos resultan divertidos de combatir. Además, como habréis podido deducir, este factor de los tres diferentes arquetipos hace que con cada personaje se tenga que elegir como abordar los combates contra cierto tipo de enemigos. Esto añade un factor de estrategia muy interesante, siendo este uno de los detalles que más me ha encandilado.
Nos trasladamos a otra época
Lo primero que salta a la vista cuando ves tráilers de este título es su apartado gráfico, y es que consigue en un momento trasladarnos a otra época. Ese estilo retro está consiguiendo ponerse de moda en los últimos años, y nos hemos encontrado de todo, desde juegos que se ven muy bien hasta otros que no hay por dónde cogerlos. En este caso podemos decir que Souldiers se sitúa más en el lado de los buenos.
No es todo el tiempo tan espectacular como parece en las imágenes, es más, tiene momentos en los que no termina de cuadrar, pero cuando intenta lucirse lo hace de manera espectacular, regalándonos estampas dignas de estar en nuestros fondos de pantalla. Esto se ve acompañado por unos diseños de personajes y enemigos que, a pesar de no ser tan destacables, consiguen tener buen nivel y adecuarse al resto del estilo visual.
Conclusión
Souldiers es un metroidvania que intenta destacar pero que no consigue hacerlo en ningún momento. Su combate puede ser su mejor baza, así como su factor de rejugabilidad, pero también podemos encontrar problemas en su diseño de nivel, dificultad y demás aspectos. Consigue entrar por los ojos eso está claro (principalmente por su apartado gráfico es otra de sus mayores bazas), pero tiene varios problemas que son imposibles de ignorar.
A pesar de esto, si os gusta mucho el género, y no teméis adentraros en una aventura complicada, encontraréis un juego divertido e interesante por momentos, que intenta dar todo de sí, aunque esto no sea suficiente para terminar de despegar.
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*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de JESÚS FABRE PR