Viajamos al norte donde su espíritu nos está esperando
Infuse Studio es una pequeña desarrolladora de videojuegos que, en su ópera prima, nos ofrece un juego sencillo basado en la experiencia del jugador. De ambientación nórdica y mucho que contar sin apenas hacerlo, así es Spirit of the North.
La falta de narrativa no siempre funciona
[dropcap]N[/dropcap]o es raro en la actualidad ver juegos de este tipo en los que importa más la ambientación y el desarrollo personal del jugador que la historia u otros aspectos del juego. Esta fórmula es bastante común, especialmente en los indies que prestan especial atención a esos detalles que logran un desarrollo impecable. No obstante, en Spirit of the North no termina de encajar.
Si bien al principio aparecemos encarnando a un zorro totalmente perdido, desorientado y cuyo fin es alcanzar una estela roja que recorre todo el cielo, no llegamos a saber nada más.
Mientras avanzamos en el juego, iremos teniendo mínimas pinceladas de narración de la mano de pequeños clips de video que resultan muy insuficientes para saber qué está pasando o, peor aún, de qué va el juego.
Se intenta que sea el jugador el que vaya descubriendo o elucubrando qué pasa, pero no termina de lograrlo y terminaremos avanzando sin saber qué está pasando o qué tenemos que hacer a continuación y por qué.
Avanzar y avanzar
Spirit of the North es un walking simulator con resolución de puzles sencillos y, en algún momento puntual, algo de plataformeo.
Aquí de nuevo se arrastra el problema de la falta de una narrativa sólida pues, a pesar de tener que ir avanzando por un mapa cerrado, aunque con ciertas licencias, no sabemos por qué avanzamos ni por qué hacemos lo que hacemos para ello.
En un punto del avance nos encontraremos a un espíritu de un zorro similar a nosotros que nos guiará y ayudará en nuestra historia. Además, nos concederá una serie de habilidades que nos permitirán abrir el camino.
Por el camino nos encontraremos un puñado de cosas que hacer: en primer lugar, el coleccionable por excelencia que consistirá en recoger una serie de bastones y llevarlos a un cadáver cercano para liberar su alma; en segundo lugar, existen una serie de paneles que deberemos iluminar para ver qué esconden.
Estos dos añadidos no aportan nada realmente al juego puesto que los paneles mostrarán un dibujo sin mayor trascendencia a primera vista y los espíritus solo mostrarán su irrelevante función al final del juego.
Finalmente, no existe nada de contenido postgame que aliente a mantener el juego encendido por lo que, tras completar la historia, cerraremos el juego sin más para, seguramente, no volverlo a iniciar nunca.
Un diamante mal pulido
El juego se ve precioso en cuanto separamos el enfoque del zorro y decidimos perdernos por los entornos. Los colores acompañan en todo momento haciendo que el paisaje se coma por completo nuestra atención. Mientras guiamos al pequeño animal por su aventura, iremos descubriendo diversas zonas muy diferentes entre sí generando un amplio abanico de fondos de lo más curioso.
Esta majestuosidad se ve ennegrecida por la falta de acabado en el propio zorro que no termina de resultar natural a lo que se suma los controles torpes del mismo. Si bien no tenemos más que avanzar por el mapa, en muchas ocasiones resulta algo incómodo el desenvolvimiento del animal, especialmente cuando debemos unirlo al salto. Controles poco pulidos para un walking simulator que entorpecen el correcto desarrollo.
Además, en los interiores sí que tiene cierta carencia en los acabados siendo monótono el avance por ellos pues sentiremos que estamos en el mismo sitio una y otra vez.
Un reparto difícil de entender
En cuanto empezamos el juego vemos que estará repartido en capítulos. Serán un total de 10 capítulos con duraciones dispares. Si generalmente la duración de los capítulos de los juegos no suele ser exactamente igual entre ellos, en este juego se hace aún más notable la total falta de homogeneidad. Mientras que algunos capítulos durarán de 20 a 40 minutos, otros los completaremos en apenas 5 minutos.
A su vez, en algunos capítulos tendremos 2 coleccionables, en otros 5 o incluso ninguno. Sintiendo así, en cuanto vemos que hemos perdido alguno, total pérdida pues no sabremos dónde puede estar o en qué momento nos lo hemos dejado.
Finalmente terminaremos el juego en apenas 6 horas. Lejos de que resulte corto, la duración me parece la más adecuada pues a pesar de ser tan cortito, en más de una ocasión nos terminará por parecer repetitivo por lo que alargarlo más habría resultado artificial y en detrimento del título.
Conclusión
Estamos en pleno apogeo de juegos indies y cada vez es mayor el nivel que se espera de ellos. En esta ocasión, si bien Infuse Studios ha intentado dar en el rincón del gusto, no termina de conseguirlo.
Partiendo de una premisa realmente interesante y llamativa a la par que preciosa, no consigue terminar de arrancar y ofrecernos un auténtico juego digno de mención. Se queda en lo bonito y no llega a ser un juego disfrutable de pleno.
Puede darnos unas horas de entretenimiento, pero realmente no es un título que ofrezca una gran jugabilidad ni genera esa necesidad de seguir jugando para descubrir qué sucederá a continuación.
Nota 6/10
* De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Avance Discos.