Las miniaturas mandan.
Todos hemos tenido alguna vez aquel sueño recurrente en el que éramos diminutos. Un sueño alimentado, sin duda, por aquellas películas de animación como es la conocidísima «Bichos». Stonefly utiliza este tipo de fantasías para construir su mundo, llevándonos a una versión en miniatura de todo.
Los videojuegos de corte independiente son, y siempre serán, las almas de la industria. Este título que nos atañe el día de hoy es uno de los grandes ejemplos que he podido encontrar de esto. Utiliza una premisa arriesgada, tanto que una compañía grande nunca se atrevería con ella, y va con ella a muerte. Esta es una de las cosas que más aprecio de un título indie, y este, de primeras, lo tiene.A continuación averiguaremos si más allá de la convicción de llevar su idea al máximo exponente hay algo que hace especial a Stonefly. Os haré un pequeño spoiler: sí lo hay.
Historia simple, pero efectiva
Hemos visto innumerables casos de videojuegos que utilizan la historia como una mera justificación para el gameplay. Normalmente en estos casos se debe principalmente a que prefieren centrar sus esfuerzo en traer una excelente jugabilidad, porque como dice el dicho: «Quien mucho abarca poco aprieta».
En este caso podemos decir que nos encontramos a medio camino. La historia es ciertamente una justificación para traernos un divertido, a la par que desafiante gameplay, pero también resulta interesante. No contará con la mejor narrativa de todos los tiempos, pero consigue engancharnos al principio, con un misterioso robo del cuál no hablaré para evitar totalmente los spoilers.
Además de esto la manera en la que está contada la historia resulta ser muy buena, con personajes muy carismáticos y con diseños extravagantes que nos enamorarán al minuto uno.
La jugabilidad, la joya de la corona
Desde el principio tenía claro que la jugabilidad sería el mejor apartado de Stonefly. Desde el primer momento podemos notar que este título lo apuesta todo a su combate tremendamente particular, recordando a un combate con robots gigantes, pero en miniatura. Esto puede sonar ridículo así de primera mano, pero realmente funciona muy bien en la práctica.
Empecemos como es debido. Nuestro objetivo principal en la mayor parte de las misiones será recolectar una serie de recursos, que a su vez servirán para mejorar nuestra nave. Por el camino nos iremos encontrando con gran cantidad de enemigos que nos lo pondrán todo más difícil. En principio serán bichos pequeños, que no hacen mucho daño y puedes eliminarlos fácilmente, pero poco a poco se desmadrará su dificultad.
Y ya que hablamos de dificultad vamos a indagar un poco en ella. Puedo decir que este no es un juego difícil, cualquier persona puede terminarlo, pero sin duda morirá varias veces. En este sentido no tengo ninguna queja, pero la dificultad no es lo mismo que la curva de dificultad. En este caso no puedo decir que esté tan bien, dado que, de repente, y sin previo aviso, la dificultad sube de manera exponencial, pasando de matar enemigos fácilmente, a verte rodeados de cientos de ellos sin saber qué hacer. Esto estropea un poco la experiencia, haciendo que tengamos que adaptarnos de golpe a otro tipo de jugabilidad más táctica para evitar morir.
Por otro lado también es necesario que tenemos ciertas mecánicas RPG en Stonefly. Ya he comentado antes que durante las misiones nuestro objetivo será recoger ciertos recursos para ir mejorando, lo que no he dicho es que está muy bien estructurada esta mecánica. Nosotros seremos los encargados de recoger estos recursos, pero para fabricar nuevos equipamientos y demás deberemos hablar con un mercader que nos fabricará las piezas. Así mismo deberemos mejorar los diferentes ataques que podemos realizar con nuestra máquina, hasta convertirla en un arma de matar bichos.
Todo lo hablado en la jugabilidad resulta muy bueno, pero sí, tiene un problema. En un principio es divertida, a la par que desafiante, y frenética en ciertos momentos, pero poco a poco se va volviendo monótona. Llegará un punto en el que los combates parecerán iguales, variando simplemente en los enemigos a los que nos enfrentaremos.
Simpleza y belleza se dan de la mano
El apartado gráfico es, sin duda, uno de los apartados más importantes a la hora de hablar de un videojuego. Normalmente en los videojuegos independientes nos encontramos con títulos con apartados gráficos modestos, pero que al fin de cuentas resultan bonitos a la vista, y Stonefly es uno de estos casos.
En un principio puede resultar algo feo, debido principalmente a su estilo, que puede recordar a las plastilinas con las que todos jugamos de pequeño. A pesar de esto, poco a poco podremos ver la belleza dentro de este título, especialmente en cuanto a sus escenarios hablamos.
Respecto a sus escenarios, resultan ser pequeños en su mayoría (si de la parte de campaña hablamos), pero siempre tienen su magia. Ya hablando de los escenarios en los que combatiremos resultan ser mucho más amplios, pero también pierden complejidad, resultando ser todos prácticamente un calco de otro anterior, pero con diferencias en la faceta de colores, o en la colocación de enemigos y objetos en el escenario.
Así mismo la banda sonora es preciosa, acompañando estupendamente a la belleza del mundo diminuto en el que nos encontramos. Además las canciones que suenan en los combates también son muy buenas, dándonos el espíritu aventurero que necesitamos para exterminar a esos bichos.
Portento técnico a pequeña escala
Una de las mejores plataformas para jugar videojuegos independientes es, sin duda, Nintendo Switch. Por esto no es raro ver que gran cantidad de estos títulos son lanzados en esta consola híbrida, pero no siempre funcionan de la mejor manera.
En este caso me han sorprendido bastante. Esto debido a que a pesar de que en ciertos momentos la pantalla se llena de enemigos por todas partes, y se vuelve todo muy frenético, no he encontrado bajadas de frames en ningún momento. Puede parecer una tontería, pero la estabilidad de los frames es una característica importante a la hora de poder disfrutar o no de un videojuego.
Se podría argumentar que este tampoco es un título que pida demasiado a la consola, sin embargo, esto no es algo que se suela ver mucho en esta consola. Lo normal en Nintendo Switch suele ser las bajadas de frames constantes, que en ciertos títulos llega incluso a tirar por los suelos todo lo que había construido anteriormente.
Conclusión
Stonefly es un videojuego indie muy divertido, con una historia simple pero interesante, así como una jugabilidad divertida y a pequeña escala, como el juego en general. Pocos detalles empañan el resultado final, pero entre ellos hablaría de lo monótono que se vuelve después de cierto tiempo, así como de la curva de dificultad, que no está demasiado bien llevada. Dejando de lado esto, tengo que decir que este es un muy buen título, que nos permite experimentar lo que es explorar un mundo en el que todo es más grande que tu. Así mismo la optimización para Nintendo Switch es de las mejores que he visto en mucho tiempo, por lo que no dudéis en jugarlo en esta consola si tenéis la oportunidad.
Nota: 8/10
* De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Best Vision PR.