The Wanderer: Frankenstein’s Creature – Análisis Nintendo Switch

The Wanderer: Frankenstein's Creature

Recomponte de las cenizas, conviértete en Frankenstein

Todos conocemos por una u otra vía la historia de Frankenstein. Y es que este ser creado por un loco con sueños de grandeza ha sido tan utilizado a lo largo de los años que es imposible no saber qué pinta tiene.

La Belle Games le ha dado la vuelta a la historia y nos pone en las pieles de Frankenstein del que descubriremos que igual no es el monstruo tan horrible que nos venden.

Seamos el lobo

[dropcap]A[/dropcap]hora el cuento ya no viene de la boca del bueno, sino del que siempre se ha considerado el malo. Ahora somos la criatura y tenemos sentimientos.

El juego comienza con nuestra creación. Totalmente desorientados intentamos buscarle un sentido a por qué estamos ahí y cómo hemos llegado. Avanzamos por un sitio desconocido mientras nos hacemos a nuestros sentidos y nos llegan todo tipo de sensaciones.

El equipo ha sido capaz de plasmar esa sensación de pérdida a través del uso de los colores. Mientras que al empezar todo será negro y blanco, según vayamos situándonos y avanzando todo tipo de colores llenarán la pantalla. Igual pasará con los sonidos.

Nuestra aventura por tanto se dirigirá a intentar saber el motivo de nuestra creación.

Decidamos qué queremos ser

Una vez que hemos avanzado un poco, veremos que ante nosotros se abre un abanico, si bien limitado, de posibilidades. No debemos olvidar que, aunque queramos ser buenos, el mundo nos verá con otros ojos. Así, en muchas ocasiones nos veremos acorralados, presas del dolor y el pánico y es aquí donde entra “el juego”.

Lo único que diferencia a Wanderer de una película es que nosotros nos movemos y que, en contadas ocasiones tendremos que elegir cómo actuar. Aquí es donde reside el verdadero quid del juego. Hay pocas decisiones, pero serán totalmente opuestas por lo que es donde decidiremos qué queremos ser, si el monstruo o el héroe.

También habrá un par de puzles que resolver a lo largo del juego sin resultar trascendentes a nivel jugable y quedando relegados al olvido.

No obstante, según avancemos veremos que, a pesar de ser buenos, la vida no nos trata igual y es posible que acabemos irremediablemente lidiando con un destino cruel. Así, estas decisiones sirven para ver cómo decidimos portarnos, pero no para luchar contra el destino.

Arte en estado puro

Sin duda alguna lo mejor de este juego es lo increíblemente cuidados que están los detalles. El color es el que marcará el ritmo de la historia. En todo momento nos hará sentir de una forma u otra pasando de la más pura curiosidad al más terrible dolor.

Todo irá cambiando en función de lo que hagamos y de lo que esté pasando en ese momento en la vida de nuestro personaje. Pasaremos de tonos grises, negros y rojos a todo tipo de tonalidades pastel que endulzarán nuestro camino.

Es una locura lo que han conseguido solo con los colores, aunque, la BSO por su parte también cumple perfectamente ese papel apoyando en todo momento el paisaje. Una combinación genial para ponernos en la piel del pobre Frankenstein.

Los paisajes están trabajados a fondo dando una sensación de profundidad increíble mientras los recorremos. Además, hay muchas localizaciones diferentes todas ellas muy logradas que dotarán de un mayor realismo nuestro avance. Notaremos el paso de las estaciones y viviremos diferentes lugares mientras seguimos intentando entender qué somos.

Frankenstein el terrible

Mientras que en lo visual y sonoro el juego se lleva todos los galardones, no debemos olvidar que esto no es ni una película ni un cuadro y que realmente lo que importa es que tenga una buena jugabilidad.

En su versión para Nintendo Switch el juego se vuelve injugable. El personaje desoirá las órdenes de los joysticks y avanzará hacia donde le parezca bien. Eso siempre que avance. A nivel personal se me hizo imposible terminar el juego puesto que, llegados a una pantalla determinada, por más que yo moviese hacia arriba el joystick, el personaje iba hacia abajo hasta que ya no se movía.

Este punto me pareció terrible porque un juego con tal carga sensorial como tiene debería haber pulido hasta el mínimo detalle jugable para que realmente fuese una aventura que disfrutar y conocer.

La duración del juego, teniendo en cuenta estos problemas técnicos, se alarga mucho más de lo necesario puesto que en muchas ocasiones tocará perder muchísimo tiempo intentando que se mueva el personaje.

Conclusiones.

Aunque partimos de una premisa muy interesante y llamativa, con detalles mimados, no puedo recomendar el juego. Al menos no en su versión para la híbrida de Nintendo ya que lo único que conseguiremos será desesperarnos y acabar abandonándolo.

Desconozco si da estos fallos en otras plataformas, pero, si no los tiene, dadle una oportunidad pues es un juego curioso y que como digo, tocará la fibra sensible de una forma totalmente diferente.

Nota 5/10

De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de ICO Partners.