Trine 4: The Nightmare Prince – Análisis Nintendo Switch

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Trine 4: The Nightmare Prince

Desde Finlandia nos llega la cuarta entrega de Trine. Con el subtítulo «The Nightmare Prince», nos ofrece una historia nueva, protagonizada por nuestros ya conocidos héroes. Trine 4 nos transporta a los orígenes dejando de lado el fallido intento por cambiar que experimentamos en Trine 3.

En busca del príncipe

[dropcap]T[/dropcap]rine 4 nos vuelve a poner en la piel de Amadeus el Mago, Zoya la Ladrona y Pontius el Caballero, quienes deberán buscar al príncipe Selius que, atormentado por sus pesadillas, ha escapado de la escuela de magia y se encuentra en paradero desconocido, hasta ahora.

Nuestros héroes serán llamados a combatir de nuevo juntos para así dar con el príncipe Selius que, no sabemos si por error o por rencor, está dando rienda suelta a sus pesadillas que tienen atemorizado a todo el mundo. Así pues, recorreremos diversos mapas en busca del príncipe, topándonos con todo tipo de adversidades por el camino.

Si enfrentarnos a las pesadillas del príncipe en el mundo real no era suficiente, debemos resolver diversos puzles que entorpecerán nuestro avance y nos obligarán a trabajar codo con codo para poder seguir nuestra aventura.

La historia, sin ser una maravilla, nos deja momentos divertidos donde nuestros carismáticos personajes volverán a lucirse como lo hacían en juegos anteriores. A través de sencillas escenas de vídeo, iremos conociendo más sobre lo que ha pasado y aún más importante, a qué nos enfrentamos.

Puzles y más puzles

Si habéis jugado a Trine anteriormente, sabréis de qué hablo. Trine se caracteriza por eso y en esta ocasión no iba a ser diferente.

Cada uno de nuestros personajes tendrá una serie de habilidades que debemos conjugar para solventar el puzle ante el que estamos y poder así seguir avanzando. Amadeus es capaz de hacer aparecer objetos y moverlos a su antojo; Pontius dispone de un poderoso escudo que reflecta rayos de luz y de una embestida con la que salvar grandes distancias; por su parte Zoya cuenta con un arco con flechas elementales y una cuerda que permite descolgarse de casi cualquier sitio.

Además, según avancemos iremos consiguiendo una serie de mejoras para las habilidades que ya tenemos, así como otras nuevas. Es importante que recordemos cuáles son las que ya hemos desbloqueado pues nos veremos casi obligados a usarlas de inmediato. No obstante, todos los puzles tienen varias maneras de solventarse por lo que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad.

Árbol de habilidades

A pesar de todo eso, los puzles acaban convirtiéndose en una repetición de las mismas o similares soluciones una y otra vez.

Como digo, debemos usar de manera conjunta esos poderes por lo que, si jugamos solos, debemos cambiar constantemente de un personaje a otro. Esto es tan sencillo como darle a un botón. No debemos olvidar que el juego cuenta con un divertido modo cooperativo, pero, deberemos pasar por caja (y pagar el servicio online) para poder disfrutarlo.

Pero no todo iban a ser puzles, Trine 4 tiene un marcado carácter plataformero y a la resolución de puzles debemos añadir nuestra capacidad para movernos entre plataformas. Otro fallo del juego es que terminan siendo siempre los mismos escenarios con un toque diferente (llueve, hay nieve, vamos bajo tierra o a pleno sol).

Juego en cooperativo

Además, y para añadirle algo de variedad, contamos con algún que otro sencillo combate, pero lejos de agradar, es uno de los puntos débiles del juego. Dadas las limitaciones que tienen nuestros personajes para luchar (salvo Pontius), los combates son realmente fáciles y repetitivos. Según llegamos a la zona, se bloquean las salidas y aparecen unas plataformas sobre las que están los enemigos. Los enemigos son siempre los mismos teniendo un máximo de 4-5 diferentes cuyos ataques son idénticos. Los hay cuerpo a cuerpo y a distancia. Algunos permanecen fijos en el escenario de lucha mientras que otros se lanzan a por nosotros sin sentido alguno. Sus ataques son lentos y salvo un par, no nos infligen casi daño. Son fases sencillas de completar si usamos a Pontius y dejamos de lado al resto del equipo.

Jefes finales contra tipos duros

Si los combates contra los enemigos básicos no son nada del otro mundo, los jefes finales sí están bien trabajados.

A nivel estético son bonitos pero contundentes, dejando claro que tenemos ante nosotros un reto mayor y que debemos emplearnos a fondo para salir airosos, aunque finalmente no suponen un gran esfuerzo. Para finalizar cada acto, debemos enfrentarnos a un jefe final. En ocasiones nos obligarán a usar un determinado personaje mientras que en otros podremos cambiar entre ellos.

Jefe final

Cada personaje debe hacer frente a un jefe de manera personal y veremos cómo la batalla se adapta a nuestras habilidades, siendo, por ejemplo, el combate de Amadeus un puro ejercicio mental de resolución mientras que Pontius debe hacer uso de la fuerza bruta.

Estos combates revisten mayor complejidad que las fases intermedias ya que debemos ver los puntos fuertes y débiles de nuestro enemigo y aprovecharnos de ellos. Aun así, no dejan de ser sencillísimos y no tendremos grandes dificultades para superarlos.

Un cuento jugable

La estética es lo más destacable del juego. Como viene siendo habitual, tenemos una paleta de colores amplísima perfectamente conjugados para crear unos entornos de cuento magníficos. Nos veremos rodeados de fantasía allá donde miremos y vayamos. Ya he hecho referencia a la escasez de escenarios, pero la verdad es que están tan mimados y acaban siendo tan bonitos que acabaremos por restarle importancia a su repetición.

Jugando un cuento

La banda sonora acompaña en todo momento el entorno idílico que han creado generando una atmósfera aún más atractiva para el jugador. Ari Pulkkinen se pone a los mandos de nuevo para deleitar nuestros oídos con una sencillez digna de un mago. Podremos disfrutar del juego con todos nuestros sentidos, dejándonos mecer entre las notas armoniosas de cada melodía.

Dificultad nula salvo en cooperativo

Como ya he dicho, la dificultad de Trine 4 se reduce a cero. Según iniciemos nos deja elegir entre fácil y normal y entre el modo tradicional o ilimitado.

En el modo tradicional nuestro personaje puede morir y debemos esperar al siguiente punto de control para revivirlo mientras que, en el ilimitado, al pasar unos segundos volveremos a tener a todos ellos vivos. Esto sumado a la escasez de retos y posibilidades de morir deja al concepto de muerte reducido a lo absurdo.

Inicio del juego

En cuanto a los puzles, la curva de dificultad es correcta salvo por el empujón final. Es lógico que según avancemos y consigamos nuevas habilidades, el propio juego nos obligue a usarlas, pero cuando estamos cerca del final y especialmente en el último jefe, la dificultad vuelve a caer en picado suponiendo una gran decepción para el jugador.

Todo esto es radicalmente diferente si jugamos en cooperativo pues el juego cuenta con un sistema de dificultad dinámico y adecua al número de jugadores la dificultad por lo que, a más jugadores, más complejo será el juego. Si a esto sumamos el caos que supone ponerte de acuerdo con tus amigos, se convierte en una experiencia divertidísima.

Podemos jugar un total de cuatro personas a la vez (repitiendo personaje) en modo ilimitado, aunque lo recomendable serían tres (uno por héroe).

Más largo de lo esperado

Según empecemos Trine 4 veremos que está dividido en cinco actos. Estos actos a su vez se dividen en tres o cuatro escenas por lo que tenemos un total de casi 20 niveles. Tardaremos unas 10-12 horas en completar esos niveles, aunque como digo, cabe la posibilidad de rejugarlos ya no solo por el gusto de batirnos de nuevo sino por conseguir todo lo que ocultan.

Avance de la historia

El mapa está plagado de zonas secretas que contienen tres tipos de coleccionables (cartas, tesoros y bagatelas) así como los frascos rosas y dorados que cogeremos para poder comprar habilidades. Por tanto, si queremos completar al 100% nuestra odisea, es posible que acabemos dedicándole unas 20 horas.

Conclusión

Trine 4 vuelve a los orígenes dejando de lado el fracaso de su antecesor. Con sencillez consigue atrapar al jugador, que ve como su intelecto se ve retado una y otra vez hasta conseguir el esperado premio final.

Sin tener nada que destaque especialmente, mantiene su línea de juego bonito a la par de divertido. La variedad de soluciones hará que podamos disfrutar una y otra vez de este juego sin que realmente lleguemos a cansarnos de él.

Nota: 7/10

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Avance Discos.