Tchia – Análisis

tchia

Awaceb, un pequeño estudio de Nueva Caledonia nos sorprende con esta maravillosa aventura donde encarnamos a la pequeña Tchia.

Una pequeña guerrera

Tchia es una pequeña que ve cómo el arrebatan a su padre. El villano de turno se lo ha llevado quién sabe a dónde, quién sabe para qué. Aunque tendemos a pensar que ser pequeña es sinónimo de frágil, ningún concepto podría definir peor a Tchia.

Tchia es una luchadora. Está capacitada para el combate y la aventura a partes iguales y por si fuera poco, cuenta con un genuino poder que le permite poseer casi cualquier cosa a su antojo.

De este modo, mientras exploramos nuestras capacidades a la vez que el mapa, iremos resolviendo un ancestral misterio y destapamos al villano que tiene aterrado a todo el mundo.

El arte de jugar

Como sabéis, no es la primera vez que hablo de un juego que se disfruta por el mero hecho de jugarlo. Hace poco os hablaba de Lil Gator y conocéis mi amor por Summer in Mara y derivados y Tchia me ha generado sentimientos similares.

Aunque en su historia esconde un trasfondo bastante pesado y complejo, si nos olvidamos de eso y solo dedicamos nuestro tiempo a explorar el mundo, nos acabaremos divirtiendo igual o incluso más.

En el juego nos movemos por un mapa de lo más variopinto. Empezamos en una pequeña isla de la que salimos con nuestro bote y atravesamos escenarios diversos desde la más frondosa y variada naturaleza a una pequeña zona urbana donde la verdad es que se pierde algo de encanto.

Si decidimos explorar el basto mar descubriremos zonas preciosas que invitan al buceo aunque teniendo en cuenta nuestro aguante (¡que no somos peces!) mientras que si optamos por la montaña nos pasaremos largos ratos atravesando campos, bosques, humedales… una maravillosa variedad que congenia perfectamente.

Todo esto lo enmarcamos en un bonito mensaje inicial por parte del estudio que nos dice que han intentado aproximar al máximo la cultura y entorno de Nueva Caledonia. Esta cercanía y mimo hace que disfrutes de verdad de la aventura.

Un juego para todos

Cuando tengo ante mis manos un juego como este, me gusta recalcar que puede ser muy buena oportunidad para introducir a los más peques de la casa en el mundo del videojuego.

Tchia es un juego bonito, pero no solo eso, de una manera sencilla explica temas complicados que igual de otro modo nos costaría más afrontar.

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Además, aunque el audio del juego está en francés y en drehu, el juego está completamente subtitulado al español, por lo que es perfectamente accesible a pesar de la barrera del idioma.

Lo bueno del juego es que no solo consiste en explorar el mapa, cosa que personalmente me cansaba ya que nuestra protagonista no es Usain Bolt precisamente, también tenemos minijuegos diversos y escenas de video interactivas a través de la música, lo que le da un toque peculiar y necesario para añadir variedad.

Aunque en ocasiones puede resultar algo lento en el desarrollo, creo que no le han dado tanta importancia porque como digo, hay tantas cosas que influyen en el juego, que lo de menos termina siendo la historia.

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Por su parte, existen un montón de actividades secundarias con las que acumular un buen puñado de horas. Desde recoger abalorios a hacer carreras en mitad del mar pasando por la búsqueda de un tesoro. Todo desperdigado por las diferentes zonas para no dejar localización vacía.

Todo tipo de actividades a realizar

Fundamentalmente nuestro avance se producirá caminando o navegando, pero como he dicho antes, Tchia tiene un poder extra consistente en poseer casi cualquier cosa del entorno por lo que no es raro vernos correr convertidos en ciervo o volar hechos paloma.

También, como si de Link se tratara, Tchia tiene un pequeño parapente con el que puede dejarse mecer por el viento desde casi cualquier altura y una vez hemos llegado a término, plantar el culo en el suelo y dejarnos escurrir por la ladera y terminar otra vez poseyendo a algún bichejo de la zona para rematar la acrobacia.

Una variedad de movimientos que se encadena con muchísima fluidez y que dejan claro que la jugabilidad ha sido trabajada.

Más llamativo me resultó el desarrollo del combate ya que aunque no esperaba tener que enfrentarme a enemigos, Tchia tiene un tirachinas que hará frente a cualquier cosa. Y si sumamos el poder poseer y lanzar objetos, el combate es una auténtica locura frenética muy divertida.

Sí que noté en según que movimientos, se vuelve algo más tosco. Principalmente a la hora de escalar o subir por una escalera, ya que Tchia no se agarra a los barrotes o el entorno sino que escala casi paralela al objeto en cuestión. De igual modo aterriza sobre copas de árboles. Quizá un pequeño fallo por decir alguno.

De verdad, ¿dónde está el fallo?

Al ir disfrutando del juego sí que hubo algunos aspectos en los que eché de menos algo más de trabajo.

En primer lugar, al llegar a la ciudad, todo se vuelve frio y ajeno. Los edificios son planos sin apenas interés real y, aunque ves a personas dentro de ellos, tú tienes vetado entrar. No hay manera de acceder a ninguno de ellos. Es una zona en la que apenas pasé tiempo porque no me aportaba nada.

En segundo lugar, los personajes no terminan de encajarme. El diseño es algo tosco y difícil de localizar en un estilo sin llegar a despuntar lo suficiente como para tener uno propio.

En tercer lugar, la música. Este apartado sin duda alguna es el que más dañó mi corazoncito. La música es algo que destaca constantemente en el juego. Hay partes musicales que podemos hacer nosotros o dejarnos llevar para disfrutarla, desbloqueamos todo tipo de melodías para invocar las horas del día, animales,… y teniendo todo esto… ¿Cómo se entiende que en el 70% del juego, en mi exploración, la música fuese inexistente? Nada más que el silencio y algún ruido me acompañaba en mi aventura haciendo que se perdiese toda esa atmósfera creada de una manera tan magnifica por lo demás.

Conclusión

Tchia es un juego muy bonito que se disfruta independientemente del tipo de juegos que te gusten y tu edad. Aunque tiene algunas carencias significativas, en términos generales es una gran apuesta de un estudio pequeño que sin duda ha conseguido llegar para quedarse.

Un juego de esos que sin tener una historia que te atrape sin saber cómo, te atrae por la sencillez y a la vez complejidad de lo que ofrece. Una bonita manera de llenar esos ratos de no saber qué hacer y conseguir un ratito de paz.

8

De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Cosmocover PR. Se jugó la versión de PlayStation 4.