Jugar a videojuegos es una afición que fácilmente tendremos desde niños, aunque también podemos adquirirla con una edad más adulta.
¿Pero qué sucede cuando tenemos una pareja?
[dropcap]E[/dropcap]s muy fácil que no compartamos las mismas aficiones, pero ello no tiene por qué ser un impedimento para compaginar nuestro ocio con nuestra convivencia. Hay que saber que, como todo en la vida, el exceso se convierte en un problema o una barrera.
Este post va dedicado a gente de una edad más temprana. En esta etapa es posible dedicarle muchas horas a una afición, cosa que cuando convives con otra persona es más complicado.
Debemos saber que no a todo el mundo le gusta el mundo de los videojuegos; puede que incluso lo rechacen totalmente. Pero el respeto mutuo y el ceder a las peticiones tanto de uno como de otro facilitara mucho la convivencia.
También, bajo mi punto de vista, todo es cuestión de acercarle dicho mundo a la otra persona para saber si se puede compartir dicha afición o no.
En mi caso, os puedo comentar, que si la persona con la que estáis quiere probar y jugar a algún videojuego vais a ver que es una gran experiencia. Como os comento, he jugado muchas horas a juegos como TrackMania, Counter Strike o Crash Bandicoot. Incluso algunos con una temática más dura de entrar al juego, como puede ser el MMO “Runes of Magic”. Tardes enteras (incluso noches) para superar alguno de estos juegos, y tengo que reconocer que jugando en pareja los disfruté el doble.
Con este artículo os quiero transmitir que todo en su justa medida es bueno. Podéis disfrutar tanto de vuestras aficiones como de las de vuestra pareja, y juntos todo será mucho más fluido.
¿Y vosotros disfrutáis del videojuego solos o en pareja?