Final Fantasy XVI – Análisis

Final Fantasy XVI

La franquicia Final Fantasy es una de las más míticas de los videojuegos que al día de hoy ha tenido que pasar por reinvenciones, géneros y distintos estilos que han logrado mantenerlo vigente entre las distintas generaciones de jugones.

En esta ocasión nos llega el altamente esperado Final Fantasy XVI que es lanzado en exclusiva para la PlayStation 5, desarrollado por el equipo Creative Business Unit III, una división interna de Square Enix liderada por Naoki Yoshida.

La historia es tan épica como intrigante

Como es bien sabido cada título de la franquicia Final Fantasy es una narrativa independiente, razón por la cual en esta ocasión han decidido dar un giro totalmente distinto a lo visto en anteriores juegos. Aquí estamos en una ambientación medieval oscura y retorcida, sobre reinos rivales, la ambición de poder y la familia, acertadamente comparable con un episodio de Juego de Tronos.

El juego nos lleva al reino de fantasía Valisthea, una tierra amenazada por la propagación de las tierras estigias que consumen el éter y hacen inhabitables los dominios que invaden. Aquí seguimos a Clive Rosfield, el hijo primogénito del archiduque Elwin, gobernante del reino Rosaria.

Clive se ve envuelto en una gran tragedia y jura vengarse del enigmático Eikon oscuro, Ifrit, quien desencadena el cataclismo a donde quiera que va. Todo se complica mucho más con la existencia de enormes titanes conocidos como Dominantes, ya que cada reino posee un Dominante que a su vez pueden llamar a un Eikon para combatir, aunque irónicamente estos seres han causado más devastación en los reinos que debían proteger.

La aventura de Clive se desarrolla a un ritmo progresivo y coherente, nos lleva a seguirlo durante tres etapas de su vida: adolescente, veinteañero y treintañero, en las cuales distintos eventos influyen gradualmente en la narrativa y definen a Clive.

Asimismo, cuenta con un reparto de personajes bastante rico junto con un trasfondo que iremos descubriendo gracias a las misiones secundarias que más allá de ser un relleno, ayudan a fortalecer las relaciones entre los personajes y a conectarnos con el conflicto de este mundo, además que los PNJs nos ofrecen contexto crucial que vale la pena descubrir.

Aunque hay algunos que se sienten un poco desaprovechados como Jill Warrick, que desde el inicio es presentada como un personaje intrigante, más adelante en los momentos cruciales es apartada y reducida de una manera que le hace perder todo su potencial.

Algo que me ha sorprendido, es lo bien que trabaja su ambientación sombría que me hizo rememorar pasados títulos de la franquicia al ofrecernos un tono mucho más maduro y emocional, sin sentirse forzado.

Es importante mencionar que Final Fantasy XVI le da mayor importancia a la narrativa y a la acción para ofrecernos una aventura emocionante, mas, diferente a lo antes visto en la franquicia. Aunque, no está exenta de fallos como el no darle un buen desarrollo a los antagonistas y a momentos se perciben desperdiciados, principalmente en la batalla final que no logra transmitirnos ese impacto emocional épico que nos tiene acostumbrado la franquicia.

En lo jugable tiene un excelente equilibrio en sus mecánicas

El estudio desarrollador para esta entrega se inclinó por un enfoque dedicado a la acción en tiempo real por encima del RPG, componente que sigue presente, pero de forma más ligera. Su sistema de combate gira entorno a los Eikons. Criaturas que moran en el interior de humanos conocidos como Dominantes, quienes tienen la capacidad de invocarlos a la batalla.

Desde el inicio Final Fantasy XVI nos ofrece dos modos de juego: Historia y Acción, el primero facilita totalmente la experiencia con dos accesorios de apoyo para aquellos que no desean complicaciones, mientras que el modo Acción nos permite tener el control completo de las batallas con enemigos más desafiantes, sin llegar a ser injustos. En cualquier momento de la aventura podemos cambiar el modo de juego sin penalización.

Nuestro protagonista Clive puede aprovechar las habilidades de estas poderosas bestias invocadas a través de un sencillo árbol de habilidades, que ofrece enfoques variados para el combate. Aquí es importante la experimentación para ajustar el estilo de pelea a nuestro gusto. Pudiendo restablecerlas sin ningún problema para probar nuevas combinaciones.

Los enfrentamientos con los enemigos son un subidón de adrenalina, ya que Clive puede concatenar combos físicos con ataques mágicos, con la única limitación del enfriamiento para no abusar del golpe mágico.

Aquí no hay invocaciones, por lo que podemos equiparnos hasta tres Eikons que podremos utilizar en combate y usar dos habilidades de cada uno de estos, por lo que tenemos un total de seis habilidades para alternar al luchar, además que en la cruceta podemos ubicar ítems curativos para un uso rápido.

Otra mecánica presente son los distintos tipos de esquivo, que nos permite obtener ciertas ralentizaciones en los enemigos e impactar mayor cantidad de golpes, así como una barra de ímpetu en los enemigos grandes que, al reducirla lograremos aturdirlos por un tiempo y podremos darles tremendas hostias en su momento máximo de vulnerabilidad.

Tenemos compañeros de grupo que nos apoyarán, a pesar de no poder controlarlos, la IA irá adaptando su actuación según nuestras acciones en combate. Me ha agradado su buen nivel de respuesta y de verdadero apoyo.

Es verdad que Final Fantasy XVI es lineal y la exploración es limitada, sin embargo, a título personal esto me parece bien, ya que evita que nos desviemos demasiado de la narrativa, ya que cada momento está muy bien pensado para darnos un progreso más orgánico.

Llega un momento en que tenemos cierta libertad para dedicarnos a misiones secundarias, pero, en ningún momento se percibe como un juego de mundo abierto, a pesar que algunas se reducen a ser meramente un recadero y otras más son un tanto tediosas de realizar. Aquí lo importante es el contenido argumental que nos aportan en ir conociendo más sobre el rico mundo de Valisthea.

Algo que me ha emocionado es que cuenta con el modo Nueva Partida +, tan necesario como divertido, ya que nos permite dar una segunda vuelta elevando el reto. Algo que últimamente los juegos de alto perfil suelen lanzar meses después. Por lo que es de valorarse que Final Fantasy XVI lo traiga de lanzamiento.

Sin olvidar que cuenta con salvado automático constante o salvado manual con 50 espacios disponibles.

En lo gráfico es un despliegue de calidad de magia y fantasía

El estilo de arte en arte de Final Fantasy XVI derrocha belleza, las secuencias de acción cinemáticas realizan una excelente transición al momento de pasar a lo jugable. Las batallas de los imponentes Eikons son un despliegue gráfico de locura, aunque tendemos eventos de juego rápido que nos obligan a estar atentos todo el tiempo.

El juego no se olvida de incluirnos la marca de la casa, al mostrarnos a los Chocobos y Moogles muy bien integrados en el mundo de Valisthea, asimismo, los diseños de los escenarios tienen un buen nivel de detalle con ese toque medieval de fantasía que en ningún momento desentona. Los diseños de personajes tienen ese encanto mágico con marcadas expresiones faciales, aunque algunos destacan en rasgos orientales.

El juego nos ofrece dos modos gráficos. Rendimiento y resolución, en el primero corre a 60 fotogramas por segundo a una resolución dinámica de 1440p, mientras que en modo resolución se ve a 2160p a 30fps en la PlayStation 5. En cinemáticas corre a 30fps sin importar el modo.

Con un rendimiento bastante bueno y estable, sin pantallas de carga ni siquiera al inicio de la partida. Sufre de constantes caídas cuando exploramos los entornos, mientras que en los momentos de combate se mantiene la mar de bien.

Cuenta con el siempre indispensable modo foto accesible dentro del menú atributos, que es bastante justo y sin filtros u opciones para modificar la foto, más allá de movimientos sencillos de cámara. En cuando al DualSense, hace uso de la vibración háptica y los gatillos adaptativos de forma muy superficial.

Su banda sonora es una barbaridad

En este apartado el compositor Masayoshi Soken es el encargado de entregarnos tonos llenos de esa epicidad orquestal, en donde explota su majestuosidad en las batallas agregando extras vocales que le dan ese sabor muy molón a la experiencia. Desde luego que los tonos clásicos de la franquicia hacen aparición de forma muy sutil para recordarnos que estamos en un Final Fantasy.

En las actuaciones de voz nos ofrece inglés, japonés, español latinoamericano, entre otros. En donde curiosamente la fuente original es inglés. Y que es la que más destaca a nivel actoral por encima de la japonesa, en cuanto las voces latinoamericanas son buenas y casi están al nivel de las voces en inglés, mas, provoca extrañeza que no haya actuaciones de voz en castellano.

En cuanto a los textos, tiene una magnifica localización al castellano con un tamaño de fuente excelente y opciones de accesibilidad para mejorar la lectura, incluso podemos activar que se produzcan ondas en pantalla para cada sonido.

Lamentablemente este enorme nivel de calidad de los textos no se reproduce en los textos de la interfaz que nos ofrece un tamaño bastante deficiente, aunque es legible. Habría sido bueno que Square Enix nos permita incrementar el tamaño al mismo nivel que los subtítulos.

*De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido jugado gracias al envío de una copia de prensa por parte de PLAION. Se jugó actualizado a la versión 1.02 en PlayStation 5.

Final Fantasy XVI
Final Fantasy XVI
Un Final Fantasy que rompe el molde
Final Fantasy XVI es una buena evolución a la franquicia, se notan claras influencias con Juego de Tronos, pero la narrativa toma su propio rumbo con excelentes momentos dramáticos, y nos ofrece una aventura al nivel épico que se espera de la franquicia con un protagonista que seguiremos en su evolución de una manera bastante emocionante y un mundo bastante rico por descubrir, aunque con sus pequeñas pegas en algunos personajes. En lo jugable es lo suficientemente bueno para engancharnos y ajustar a Clive al estilo de lucha que mejor nos parezca, destacando su accesibilidad para aquellos que recién se inician en la franquicia y que en cualquier momento se puede ajustar para elevar el desafío. En el estilo de arte se nota el enorme trabajo en hacer Valisthea un mundo cautivador, aderezado por su banda sonora que eleva la adrenalina en los combates y contagiarnos el sentimiento del momento. Las actuaciones de voz en inglés son las mejores, aunque las niponas y español latinoamericanas no se quedan atrás en calidad, cuenta con textos localizados en castellano para nuestro deleite.
9.5
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