Las Fauces. Lugar solitario y tétrico donde los haya. Este inhóspito escenario es el lugar de donde tiene que huir Six. No importan las palabras que le dedique a esta obra, pues pocas son para hacerle justicia a tan original cuento. Estos son los pensamientos de un servidor sobre Little Nightmares, la obra de Tarsier Studios.
[dropcap]D[/dropcap]esde que empezamos este pequeño cuento notaremos que estamos ante un videojuego especial, único. Esas, han sido las sensaciones que yo he tenido en todo momento. Las Fauces tiene mucho que ver en todo esto. Este aterrador lugar junto a sus inquilinos, son los que nos persiguen en muchos de los momentos. Pero la cosa no acaba con estos elementos, pues hay mucho más detrás de lo que se ve a simple vista.Una aventura inigualable
Quizás sea el hedor que nos rodea en todo momento o tal vez podríamos tener la sensación de hallarnos atrapados, sabiendo que hagamos lo que hagamos, no seremos el mismo al acabar todo esto.
Estamos ante un viaje que haremos cuasi solos en su totalidad. Pocas ayudas encontraremos en este lugar. Una travesía intimista, que juega con los sonidos de una forma muy particular.
Nos sentiremos como una diminuta luz en medio de escenarios realmente grandes a nuestros ojos. Precisamente, el pequeño encendedor que nos acompaña, será realmente el único compañero que siempre estará junto a nosotros. Los seres de los que huiremos parecen sacados de los sueños más oscuros y tenebrosos. Pocas veces un cocinero ha dado tanto miedo como los que encontramos aquí. Por no hablar tampoco de la misteriosa dama japonesa. Pero sin ellos, esto no sería lo mismo. Forman parte de este siniestro mundo del que debemos escapar.
Pocos seres en los que arroparnos
Tal es la soledad en la que se encuentra Six, que las pocas veces que tengamos la oportunidad de sentirnos en alguna compañía, ella intenta arroparse en ella. Solo son unos seres que veremos a lo largo de la historia.
Durante el recorrido, seremos partícipes de que todo lo que nos rodea es importante. Pues los sucesos que vamos viendo y todo lo que ocurre a nuestro alrededor hará que Six vaya cambiando.
Puede que se vea obligada a que eso ocurra. En su interior, sabe que está teniendo un gran cambio. El culpable no es solo un hecho, ni un personaje. Lo es todo lo que le rodea. Las Fauces se va apoderando de ella poco a poco, eso es un hecho innegable. Algo que os aseguro que también nos sucederá a los que lo jueguen, es un título que intenta y consigue sumergirnos en lo más hondo.
No importa cuantas veces caigamos en la trampa. Lo verdaderamente importante de esta obra, su propósito es que conectemos con ella. Este, es un objetivo que totalmente logrado. Mucha culpa en ello tiene los sonidos. No es solo el único factor, pues también la atmósfera que nos rodeé es muy importante, de vital importancia diría yo.
Los sonidos que nos rodean
Si Las Fauces podría considerarse como uno de los protagonistas, los sonidos que oiremos no se quedan atrás. La misma atmósfera hará que nos sumerjamos muchísimo, pero hay que destacarlo. En pocos títulos he sentido un miedo escénico como en este. No vamos a oír en ningún momento una banda sonora muy presente, sin embargo todo lo que escuchemos tendrá mucho sentido y significado.
Una obra con estas características no hubiese sido lo mismo si no destacara en este aspecto. No solo es que se deje notar o no, sino que será prácticamente un elemento fundamental en todo el camino.
¿Volveremos a ver a Six?
Esta es una de las cuestiones que más os haréis. Sin duda, el final de este cuento queda cerrado. Pero puede que algunos quieran una secuela. Yo no me pongo en esa posición, pues pienso que el estudio ha logrado algo muy original. No sería lo mismo, perdería magia y esencia. También puede que muchos nos quedemos con la sensación de que el viaje ha sido muy breve. Pero tampoco debe durar más. Tarsier Studios ha conseguido crear un título intimista, único e inigualable. Por lo tanto, yo diría que abracemos esta bonita creación y no pidamos ni permitamos que se manche su recuerdo. Las Fauces deben quedar tal como están, hay que saber apreciar y abrazar esta agridulce pesadilla.