Redfall – Análisis

Un estudio con un historial intachable nos propone un juego muy alejado de lo que suelen ofrecer al usuario, el cual suscitaba muchas dudas desde los primeros tráilers, dudas las cuales se han terminado confirmando luego de su lanzamiento. Una odisea vampírica en la que nada consigue encajar como debería, y termina siendo una mancha en el expediente de Arkane Studios, aunque no es un título que no se pueda disfrutar.

Hay varias cosas que os tenemos que confesar. La primera es que nunca tuvimos mucho hype por este lanzamiento, y es que si bien somos enamorados de los anteriores trabajos de Arkane, este título parecía no contar con el alma de este estudio. Lo segundo es que nuestra experiencia con Redfall ha resultado, como os contaremos a continuación, toda una montaña rusa de emociones, con momentos en los que no sabíamos muy bien que pensar.

Ahora ya lo hemos jugado durante bastantes horas, y hemos tenido tiempo para sopesar todas nuestras impresiones de este exclusivo de Xbox. Por ello, a continuación vamos a intentar expresaros, de la mejor manera posible, todo lo que hemos sentido en nuestro periplo por el pueblo de Redfall.

Jugablemente resulta una decepción

Estamos hablando de un shooter, que aspira a conseguir la misma gloria que en su momento lograron títulos en los que claramente se inspira, como puede ser la franquicia Left 4 Dead. En ese sentido, podemos decir que lo consigue, porque hasta cierto punto consigue hacernos rememorar a la mencionada saga de Valve, pero el problema es que eso hace que parezca un juego de más de una década, o incluso más, porque la jugabilidad de Redfall se siente mucho más descuidada.

Las armas de fuego es lo más importante dentro de Redfall, y es que son el pilar fundamental de este título, por lo que una de las cosas más importantes resulta ser la sensación que proporcionan al usarlas. En este sentido, podemos hablar de cómo existen muchos títulos que basan gran parte de su experiencia en el feeling que proporcionan las armas, y terminan enamorándonos gracias a eso, pero no podemos decir que este videojuego de Arkane sea uno de eso. Las armas se sienten artificiales, y es que ni el retroceso (prácticamente inexistente), ni su funcionamiento o el diseño de sonido consigue que el combate a distancia resulta francamente satisfactorio.

Además de las ya mencionadas armas de fuego podremos usar diferentes poderes, que dependerán del personaje que decidáis escoger nada más empezar. En nuestro caso, decidimos usar al que está indiciado para el sigilo, dado que estábamos ante un videojuego de Arkane, reconocidos especialmente por esta clase de videojuegos. Por desgracia, nos terminamos llevando una gran decepción, cuando nos dimos cuenta que el sigilo en este juego resulta inútil, por lo que siempre tendremos ir de frente, disparando con todas nuestras armas disponibles.

Pese a todo esto, no podemos decir que sea una experiencia aburrida, y es que con amigos, o incluso solo, resulta una experiencia disfrutable, pero la cual peca de simpleza, y de graves problemas técnicos de los que hablaremos a continuación.

Una estructura de misiones claramente enfocada en el multijugador

Desde hace tiempo sabíamos que Redfall sería un juego multijugador cooperativo, en el que tendríamos que aliarnos con otros usuarios para poder llegar a librar al pueblo de la invasión de vampiros que lo acecha. Para poder llegar a tranquilizar a los usuarios menos afines a esta clase de títulos, los desarrolladores quisieron dejar claro que sería perfectamente jugable en modo de un solo jugador, y que sería de lo más disfrutable, pero la verdad es que se nota bastante que estamos ante un juego multijugador.

Por ello, muchas veces se nota que es necesario enfocar ciertas misiones desde varios frentes, además del hecho de que los vampiros muchas veces son demasiados para uno solo. Aún así, el peor problema del sistema de misiones no es este, sino que es exageradamente simple, tanto así que la mayoría de misiones se resuelven de maneras iguales. Las misiones de recadero son extremadamente comunes, e incluso terminaremos cansándonos de algunas de ellas, porque la repetitividad es algo extremadamente común.

Por su lado, la historia del juego resulta ser extremadamente poco interesante. En la mayoría de ocasiones terminaremos completando las misiones por inercia, y no porque queramos conocer más sobre los acontecimientos que ocurren en Redfall. El problema es que no solo es la simplicidad del argumento y los acontecimientos, sino que además las cinemáticas pecan de ser simples y vagas, dejando de lado los sorprendentes CGI que vimos en algunos vídeos promocionales.

Una inteligencia artificial que tiene poco de inteligente

Este es, probablemente, el mayor problema de este juego sea su inteligencia artificial. Estamos hablando de un título que basa gran parte de su experiencia en su combate, la cual pese a todos los problemas que tiene, puede llegar a ser divertida, pero el problema viene cuando hablamos de los enemigos a los que tenemos que enfrentar.

Esto no se debe solo a que sus diseños sean simples y repetitivos, sino más bien a la inteligencia artificial con la que cuentan, y es que tiene tantos problemas que consigue sacarnos completamente la experiencia. Muy rara vez actuarán de manera coherente, llegando a darnos la espalda en muchas ocasiones, e incluso dejar de dispararnos cuando nos ponemos justo delante de ellos. Esto, como comprenderéis, no resulta en absoluto aceptable que en un juego triple A, con estas características, tengamos una IA tan desastrosa.

Por supuesto, esto se debería arreglar con parches, pero en la actualidad, un tiempo luego de su lanzamiento, seguimos sin poder decir que esté del todo arreglado. Ocurre menos, eso si, pero seguimos encontrándonos con estos problemas.

Múltiples problemas técnicos y de rendimiento

Sin duda este es uno de los problemas más llamativos del juego, y es que además de su terrible inteligencia artificial, también nos encontramos gran cantidad de bugs, tanto de gameplay como de gráficos, así como problemas de rendimiento bastante graves.

Por ahondar en esto último, debéis saber que nosotros lo hemos jugado en PC, con un dispositivo que cumple ampliamente los requisitos mínimos y recomendados, y aún así hemos sufrido de bastantes bajones de frames. Además, lo que ha sido más notable mientras estábamos jugando eran los problemas de texturas, las cuales aparecían y desaparecían, e incluso terminaban haciendo que sufriéramos de múltiples bajones de frames, los cuales molestaban y bastante.

Esto no es mejor en la versión de consolas, y es que estamos hablando de un juego con un apartado gráfico poco notable, y que no puede superar los 30 fps en Xbox Series X, la consola de actual generación de Microsoft. Por supuesto, ya está anunciado un modo rendimiento para esta versión del juego, pero no poemos entender por qué no ha estado desde el lanzamiento.