Injection π23 – Análisis PS4

Injection π23: llega el terror nacional

Los títulos producidos en España cada vez son más gracias a la labor de PlayStation Talents, que da la posibilidad a pequeños estudios independientes de producir su juego. Esta vez nos encontramos con el equipo de Abramelin Games, que dentro de PlayStation Talents Málaga han desarrollado un título de survival horror: Injection π23. El título pretende llevarnos de vuelta a los tiempos del survival horror clásico, donde la exploración, gestión de recursos y puzzles eran lo que caracterizaba estos juegos y no tanto el correr y los «jumpscares» como hoy en día.

Joy, ¿dónde estas?

Injection π23 comienza de una manera algo confusa, nuestro protagonista está divagando, mostrando los pensamientos que pasan por su mente. Es una persona que actualmente está rodeada por la soledad, muchas ideas pasan por su cabeza, viendo prácticamente el lado negativo de todas sus acciones… y que ha perdido la fe.

Tocan a su puerta, parece no haber nadie… aunque abre igualmente, y su perro, Joy, se escapa de casa. Decidimos ir tras él, pero da la casualidad que nos atropella un autobús, y al despertar, ya nada es igual. El pueblo en el que vivimos parece estar invadido por monstruos, y tampoco parece haber nadie con vida.

A lo largo de nuestra historia, sin entrar en muchos spoilers, se tratan temas bastante diversos y muy de manual para los fans de las conspiraciones. Tenemos de fondo una misteriosa orden religiosa, experimentos con humanos, trata de personas, rituales ancestrales, antiguos demonios, visiones de lo más extrañas y nuestro protagonista, que tampoco está en su sano juicio. Todo esto mezclado junto a la banda sonora (que en cierto modo recuerda a Silent Hill), el aspecto del pueblo, y el sonido ambiental, es lo que hace principalmente que nos encontremos ante un survival horror.

Las criaturas que encontramos tienen un punto medio entre los diseños de Silent Hill y Forbidden Siren, totalmente desfiguradas algunas de ellas, otras asimilándose a demonios o incluso con formas más humanoides. Si bien es cierto que sus animaciones son algo toscas y a veces los movimientos muy rápidos, cumplen su función de crear una sensación de agobio.

Una jugabilidad clásica

Injection π23 trae de vuelta una jugabilidad más clásica que lo que acostumbra el género hoy día, usando diferentes tipos de cámaras, sin autoguardado, gestionando los recursos que tenemos, explorando para encontrar todo lo posible y con un gran puñado de puzzles. Es en general una vuelta a los juegos más clásicos de PS1 y PS2. El planteamiento es bastante bueno, sin embargo, su ejecución se queda a medio camino.

Hay puntos realmente muy buenos como los cambios de cámara, no solo por las diferentes perspectivas, sino porque se le saca provecho según que puzzles. También que haya que darle un poco a la cabeza y menos a los disparos, me parece lo más correcto y que se debería hacer más a día de hoy.

El juego está dividido en 8 capítulos principales, con algún sub-capítulo extra en el que se nos deja explorar un poco más y nos puede llevar unas 8-9 horas terminarlo la primera vez. Aunque respecto a este punto, aclaro que es rejugable, de hecho, es OBLIGATORIO rejugarlo, más adelante hablaré de esto en profundidad. Lo mejor de todo es que el juego te incita a que lo explores, hay muchas referencias ocultas por los niveles y jugando con las perspectivas veremos unas cosas u otras.

La dificultad base del juego no es que sea difícil en sí, el problema es que se entorpece la experiencia con los enemigos de por medio y los fallos ocasionales del título. Por ejemplo, el juego te recomienda usar el sigilo, pero a veces es más recomendable correr lo suficiente como para que dejen de seguirnos, o el apuntado, que solo encuentro manera de hacerlo efectivo en primera persona. Sin embargo, al terminarlo tendremos el modo difícil y pesadilla.

Puzles hasta en la sopa

Creo que, sin duda, a los más veteranos del género, lo que más nos va a gustar y llamar la atención es la cantidad de puzles que hay a lo largo del juego. Cuando jugamos nuestra primera partida en nivel normal, sí que es cierto que hay puzles que son super sencillos y otros que tienes que pararte a pensar la situación, volver a echar un vistazo y encajar las piezas, pero el juego va a un nuevo nivel cuando lo terminamos.

Como he comentado hace nada, se desbloquean los modos difícil y pesadilla.Recomiendo ir directamente a pesadilla porque es donde encontraremos todo lo posible para terminar el juego al 100%. En este modo, no solo los enemigos hacen más daño, hay nuevos puzles. De hecho, podría casi considerarse como otro juego totalmente diferente. 

Y esto realmente me ha asombrado, de verdad, porque de haber sido algo similar desde el principio, en mi caso me hubiera enganchado más el juego. Estos nuevos puzles son mucho más difíciles que los vistos en el modo normal, requieren pensar más allá de lo que hay a simple vista, convirtiendo la experiencia en algo más cercano al género del survival horror, y es una lástima tener que acceder a ello después de acabar el título, porque la primera experiencia, en mi caso, no ha sido del todo satisfactoria. Creo que la experiencia buena, la de verdad, está en este modo.

Contenidos transmedia y funciones extras

Otro factor bueno a destacar del juego, es que hay contenido por todas partes al final, y conseguir el 100% puede ser un auténtico infierno, convirtiéndose en nuestra pesadilla personal. Además del contenido base del juego, podemos ir desbloqueando diferentes contenidos extras, como trajes o los coleccionables. Pero esto no queda aquí, los coleccionables nos aportarán aún más contenidos mediante el contenido transmedia.

Hay una serie de códigos QR que nos permitirán descargarnos aplicaciones a nuestro teléfono móvil (solo Android) y una expansión jugable (PC, PSVR, Oculus) que complementan la experiencia del título, siendo incluso necesario completar todo este apartado para llegar al 100% y conseguir el final bueno. 

En este aspecto, igual se les ha ido de las manos, es increíble la cantidad de coleccionables y como está estructurado todo para ir desbloqueando, con cosas tan complejas que requieren usar aplicaciones fuera del juego y que incluso nada tienen que ver, como conversores de código octal. También hace uso del micrófono en el juego, creo que es el primer título que juego que lo hace en PS4, e incluso de la realidad aumentada… Es una auténtica locura para un equipo pequeño, y a la vez que me parece increíble me resulta tedioso, como jugador quiero todo en el mismo sitio al ser posible.

Incluso hay un modo oleadas en el que tenemos que enfrentar contrarreloj a diferentes monstruos, también necesario para alcanzar el 100%

Muy mejorable técnicamente

Está claro que el título no está desarrollado por un equipo grande ni con mucha experiencia en el desarrollo, el juego presenta unos cuantos fallos bastante gordos que pueden llegar a frustrar la experiencia, y otras cosas que, simplemente, pueden llegar a ser molestas como las interfaces.

Lo más molesto es las veces que he perdido progreso en el juego debido a los fallos, ya sea porque se congelado la pantalla o por un fallo con el sistema de guardado, que al cargarlo no se había guardado el progreso de ese nivel.

Luego tenemos los típicos problemas como una tasa de fotogramas por segundo inestable en algunos momentos, efectos de luz algo exagerados, animaciones algo bruscas, desproporción en los elementos del nivel respecto al personaje o incluso que en alguna ocasión la interfaz no quede del todo claro lo que tenemos seleccionado.

Son cosas menores respecto a lo anterior, pero que también se deberían cuidar para dar al usuario la mejor experiencia, ya que puedes presentar un producto buenísimo en otros apartados y verse lastrado a largo plazo por todos estos errores.

Conclusiones

Con Injection π23 he tenido una experiencia bastante agridulce, quizá yo tenía unas expectativas diferentes, posiblemente  el haber sido víctima de fallos que hacen perder el progreso me ha frustrado hasta puntos inimaginables. Es buen juego pero, es mal juego, y esta sensación confieso que me ha llevado a hacer un análisis más… ¿simple? de lo que estoy acostumbrado. Hay muchísimos puntos a favor del título, como he comentado, pero los puntos negativos me han pesado mucho más en esta aventura. 

Quiero pensar que el poco tiempo que se da de desarrollo en PS Talents es en parte culpable de que el juego no esté completamente pulido, de hecho, se actualiza cada poco tiempo solucionando lo que se puede e intentando mejorar, y se agradece. Soy consciente de que es un equipo pequeño y sin experiencia, y que estos fallos pueden estar presentes, pero aun así… La sensación final es lo que es.

En lo personal y lo que he hablado con el desarrollador, espero que para la segunda entrega de Injection π23, al tener más tiempo y experiencia, nos encontremos ante una entrega bien pulida en todos los aspectos posibles, porque en Abramelin Games hay potencial, y merece que se le dé una segunda oportunidad.

**De acuerdo con nuestra política, informamos a nuestros lectores que este título ha sido analizado gracias al envío de una copia de prensa por parte de Precision Spain.